Cristina Lucas, Desnudo en El Prado, serie Desnudos en el Museo/Nudes at the Museum, 2011. 120 x 180 cm
INVISIBLE NUDE, HACIA LO SALVAJE Y TOUCH AND GO DE CRISTINA LUCAS
María José Aranzasti
Invisible Nude es el título de la serie de fotografías Desnudos en el Museo de la artista con gran reconocimiento internacional Cristina Lucas (Jaén, 1973), que se presentan en la Galería Vanguardia de Bilbao, obras realizadas entre los años 2010 y 2012, en color siliconado. En esta exposición se muestran las fotografías Desnudo en el Prado, Desnudo en el Museo Nacional de Arte Antiga de Lisboa, Desnudo en el Louvre, Desnudo en el Kröller Muller, en la ciudad de Otterlo en Holanda, y Desnudo en la Walker Art Gallery Liverpool, con una edición de tirada de 5 ejemplares de cada una.
Todas estas fotografías tienen en común entre sí la normalidad con la que las obras artísticas de desnudos cuelgan en las paredes de los museos, pero donde el desnudo real es siempre cuestionado. La acción desarrollada por la artista es sencilla, en la cultura occidental siempre ha estado presente la belleza del cuerpo humano. Las fotos son el resultado de una performance llevada a cabo con distintos modelos en estos museos, a los que salvo en el Museo del Prado no se pidió permiso para sacar las fotos. Los guardianes vigilantes que aparecen van pixelados.
Los modelos en cada una de las fotos adoptan alguna similitud con las obras representadas, con guiños en las posturas y, en definitiva, un diálogo con las obras de desnudos elegidos, muy relevantes en la historia del arte. Con estas fotos se pone en relación y en comunicación los desnudos, el real de la acción y el de las obras, a la vez que se establece una presencia importante de los vigilantes del museo que, según la artista Cristina Lucas, siempre se mostraban muy tensos, incluso enfadados, o bien acudían al chef curator o, en última instancia, al director, que siempre se comportaba “muy razonablemente”.
Para poder introducir la máquina de fotos en el Museo del Prado y sin especificar qué fotos se iban a sacar, la artista debió cumplir con una serie de requisitos, como firmar que no se iba a comer ni a beber en el museo aunque, obviamente, no aparecía ninguna alusión al hecho de desnudarse. Tuvo que ser muy rápida la artista, ya que la modelo no tuvo tiempo ni de desprenderse totalmente del abrigo, “cuestión de dos segundos” afirma Cristina Lucas. Hay un intento de postura de equivalencia en el gesto de la modelo con la Maja desnuda de Goya.
Cristina Lucas, Desnudo en el Museo Nacional de Arte Antiga, serie Desnudos en el Museo/Nudes at the Museum, 2011. 120 x 180 cm
En el Museo de Arte Antiga de Lisboa, frente al impactante Martirio de San Bartolomé de José de Ribera, el vigilante, enfadado, mira directamente a la artista, contrastando su postura con la del modelo, que mira hacia el suelo. La comunicación entre el desnudo del San Bartolomé, que según el martirologio romano fue desollado vivo, con el del modelo en postura cabizbaja y la del vigilante es evidente.
Cristina Lucas, Desnudo en el Louvre, serie Desnudos en el Museo/Nudes at the Museum, 2011. 120 x 180 cm
Junto a Hermes atándose la sandalia (s.IV a.C.), seguramente copia romana de un original griego en bronce de Lisipo, se muestra con una marcada y amanerada pose este modelo desnudo masculino, construyéndose una comunicación de este con la obra y con la sombra de la vigilante, mientras el público asistente sonríe.
Cristina Lucas, Desnudo en el Kroller Müller, serie Desnudos en el Museo/Nudes at the Museum, 2011. 120 x 180 cm
La modelo desnuda se sitúa de manera tan precisa que deja visualizar la obra de Venus con Cupido de Lucas Cranach el Joven (1537), creando un juego de miradas con el vigilante y el personaje mayor que miran detenidamente a la modelo, a la vez que el espectador participa también de esta acción desde el exterior, pero formando un hilo conductor en este juego de participación. La artista reconoce que el vigilante de este museo se sorprendió en un principio, no puso gran resistencia y dejó hacer la acción.
Cristina Lucas, Walker Art Gallery Liverpool, serie Museos/Museums, 2010. 120 x 180 cm
En esta sede, que fue la primera, los guardias –comenta la artista– corrieron despavoridos hacia el guardia jefe, quien se mostró muy enfadado. La modelo, totalmente desnuda, se encuentra en la misma línea al lado de La expulsión de Adán y Eva del paraíso.
Hacia lo salvaje es un vídeo realizado en 2012, con una edición de seis ejemplares, que estuvo presente también en Bilbao en la exposición del Barroco exuberante del Guggenheim en 2013 junto con otra importante obra en su trayectoria, Más luz (2003), sobre el alejamiento de la Iglesia como institución mecenas del arte contemporáneo.
Con una duración de 16 minutos el espectador asiste en esta película a la aparición, justo al inicio, de la figura del “salvaje” en la majestuosa fachada del palacio renacentista de Guadalajara, hoy Museo, y al emplumamiento de una mujer, tras cortarle el verdugo su hermosa cabellera, en un acto solemne, al ritmo del sonido machacón e insistente del tambor. A continuación, a esta joven se le unta por todo el cuerpo con brea, para que las plumas se adhieran hasta convertirse en una especie de ave. Este monstruo es una metáfora de cómo, por iniciativa propia, “por algo personal, como señala Cristina Lucas, se elige salir de ese camino de la Ilustración, que nos ha llevado en Occidente a guerras, violencia, amoralidad política, a un fracaso de esta civilización occidental”.
El castigo o suplicio otorgado a las personas emplumadas que debían ir extramuros de la ciudad al destierro para no poder volver más, se convierte en este magistral vídeo en un escaparse hacia lo salvaje, a una naturaleza donde este ser, casi animal, se camufla en un lugar bellísimo y paradisíaco donde se integra perfectamente.
Asistimos y nos adentramos con el vídeo en una naturaleza mágica, en la que el bosque, en pleno esplendor otoñal, se conjuga con el agua limpia y cristalina que fluye mientras la joven mujer/ave se mimetiza con el paisaje. Una metamorfosis en un entorno de armonía total, en una naturaleza en la que encuentra otro ser, en la que ya no va a estar sola porque hay más seres como ella, en una naturaleza inserta en este planeta que nuestra civilización está destruyendo día a día.
La música de Tristán e Isolda de Wagner, la Sonata nº 14 de Rachmaninov, Venus de Gustav Holst, Cuarteto para cuerda en Fa mayor de Ravel y Cabalgata Nocturna y Amanecer opus 55 de Jean Sibelius, que acompañan a esta obra, se suman al sentimiento de la emoción y, en algunos momentos, incluso de lo sublime.
Cristina Lucas, Hacia lo salvaje, 2012
Touch and Go es otro vídeo de 2012, encargo de la Bienal de Liverpool, también con una edición de 6 ejemplares. La ciudad de Liverpool, al igual que la de Manchester, fue el epicentro de la revolución y desarrollo industrial con la proliferación de fábricas de manufacturas. En la actualidad, Liverpool reúne un escenario de edificios industriales abandonados como si fueran fantasmas, porque la mano de obra es más barata en otros países como China, la India, etc. En estos dos lugares se forjaron, a través de los sindicatos, los derechos de los trabajadores en continuas protestas que derivarían luego a Marx a escribir El Capital, temática muy interesante dentro de la trayectoria de Cristina Lucas, que ha cursado con el mismo título su reciente exposición en Matadero, Madrid.
Para Cristina Lucas los obreros saben perfectamente cómo tirar piedras contra un sistema para lograr sanidad, educación, horarios de trabajo de 8 horas, descanso semanal, vacaciones. Los derechos se han conquistado tirando piedras. Ahora los derechos de los trabajadores salen muy caros, por eso las empresas se trasladan a otros lugares donde no tienen cabida.
Europleasure International LTD es una de esas empresas fantasmas cerradas en la época de Margaret Thatcher, además de ser la protagonista principal de este vídeo, y por ella desfilan antiguos trabajadores, mujeres y hombres, solos o acompañados, uno tras otro tirando piedras y rompiendo los cristales. Si en la época de Thatcher, Liverpool contaba con más de un millón de habitantes, hoy son medio millón de habitantes en una ciudad reconvertida al sector servicios, a la cultura del entretenimiento, la de la propia Bienal, la de los partidos de fútbol, de los Beatles, los turistas y los bares… “La cultura como rescatadora de una ciudad”, tal como señala Cristina Lucas.
Touch and Go, tocado y hundido, resulta ser un vídeo plásticamente muy hermoso. Cristina Lucas alude en la etimología de la palabra touch de tocar, pero también de emocionarse. Tuvo la suerte la artista de poder contar con un gran entendido y técnico al utilizar una cámara especial para crear unos efectos muy lentos, la cámara Phantom (captura 3000 imágenes por segundo) y la de un compositor local que creó una música verdaderamente mágica, una versión de Revolution de los Beatles por medio de un organillo, a modo de pianola antigua. Eso es de lo que se trata en esta película, precisamente, de Revolución.
Cristina Lucas, Touch and Go, 2010
Cristina Lucas, Touch and Go, 2010
Cristina Lucas, por todas sus obras artísticas realizadas hasta la fecha, ha sabido situarse en el panorama internacional del arte desde unos postulados en los que la ironía y el humor están siempre presentes, junto a una profunda reflexión sobre la instrumentación del poder, el cuestionamiento de la libertad, poniendo siempre en relieve las problemáticas y enfrentamientos que día a día asolan y se instalan cómodamente en nuestra sociedad contemporánea sin que por ello nos deje de emocionar y conmover a través de sus performances, fotografías, vídeos, instalaciones o dibujos.
Cristina Lucas, Invisible Nude, Galería Vanguardia, Alameda de Mazarredo 19, Bilbao. Hasta el 17 de junio de 2014.