En Palma de Mallorca, el sábado 19 de septiembre de 2015 se celebra la Nit de l’Art, con la participación de 17 galerías y una decena de centros institucionales, que suman exposiciones, intervenciones específicas y actividades: mesas de debate y proyecciones.
A las intervenciones de dos figuras tan destacadas para el arte contemporáneo, como son Paloma Navares y Rebecca Horn, se añaden otras artistas interesantes. En galerías, Katharina Pfeil, María José Argenzio, Carolina Amigó, Lin Utzon y Hristina Milanova. Más la intervención Doble cel en el Patio de Studio Trissorio de Marisa Albanese y el dibujo de Kelly Cumberland y Michael James Walker para la Plaça Porta de Santa Catalina. Y en el programa Noves Presències: Francesca Ofre, Verónica Lorenzo, Natxa Pomar y Marta Pujades.
En La Llotja, con el título Corazón en brasas, la artista alemana Rebecca Horn presenta una obra site specific que invita a meditar sobre la inspiración y la luz que ofrece Mallorca, lugar al que la artista viaja a menudo. Se trata de un conjunto escultórico dedicado a Ramon Llull, formado por una obra central, una escultura de luz de 18 metros de altura y 16 esculturas expuestas a su alrededor. La instalación está compuesta por materiales muy diferentes: piezas electrónicas, espejos, acero, luz, chumberas y sonido, cristalizando el mensaje y la relación entre el tiempo y el espacio que mantiene la artista. Las chumberas caracterizan la presencia de la isla balear, y la música de Hayden Chisholm refleja los movimientos de las esculturas.
En el Espai Born del Casal Solleric, bajo el título Velados, cantos de amor y muerte, Paloma Navares, siempre comprometida en la reflexión sobre la mujeres a través de nuevos medios, presenta una microretrospectiva diseñada para la ocasión.
En la Sala de Exposicions de la planta baja del Pati de la Misericòrdia, la artista danesa Lin Utzon, que ha residido muchos años en la mallorquina Can Lis −construida por su padre, el arquitecto Jørn Utzon−, presenta obras de gran formato sobre yeso y otras de pequeño formato sobre madera.
Maria José Argenzio (Guayaquil, 1977), seleccionada por la revista Vanguardia como una de las 12 mujeres más relevantes de las artes en Ecuador, es una de las grandes promesas del arte latinoamericano actual. Después de recubrir un árbol de banano en pan de oro en 2010, y de construir nueve columnas corintias a partir de fondant pastelero en 2012, la artista retoma los temas del colonialismo y la falsificación del pasado identitario de su país natal, para presentar su primer proyecto producido para La Caja Blanca, cargado de tintes autobiográficos: las ansias de reafirmación del status familiar a través de la conexión con antepasados colonos. En ese sentido, María José evoca la idealización, por parte de la sociedad ecuatoriana, de las estructuras sociales importadas en época colonial, a través de materiales engañosos que representan la falsa opulencia. Sus magníficos tejidos bordados son realizados por artesanos tradicionales para construir una iconografía nostálgica que denuncia el rechazo de esta sociedad hacia los orígenes ancestrales indígenas de su país natal.
Inspirada en la física de la «caída libre», Hristina Milanova reinterpreta la naturaleza, mediante la innovadora combinación de los materiales con la fotografía digital, la escultura y la resina, en Gerhardt Braun Gallery.
En ABA ART LAB se presenta la pieza site-specific titulada El laboratorio de Dios de la artista Katharina Pfeil (Colonia, 1968). A través de diversos soportes, materiales y elementos, sus obras se convierten en poemas de múltiples niveles que evocan la experiencia individual y colectiva, el sentido del tiempo y de la consciencia.