Muere la diva de Navarra de la investigación del arte conceptual computerizado Elena Asins (Madrid, 1940 - Azpiroz, 2015)
Por Asun Requena
Si Elena Asins levantase la cabeza y viese el titular que le he colocado, diría como mi abuela, “Dios me libre del día de las alabanzas”, y así era ella. Como vivió, murió, silenciosa, tranquila.
Comprometida con el arte como proceso vital, no le importó la fama, sino el avance del arte y la investigación, buscando su propio camino, y marchó fuera de nuestras fronteras para saciar su sed. Estuvo en París, Stuttgart o Nueva York, aunque comenzó su investigación en Madrid. También pasó por Pamplona en los famosos Encuentros de 1972, momento en que la ciudad se desbordaba con artistas nacionales e internacionales con grandes proyectos tanto de carácter monumental como efímeros.
Su investigaciones sobre abstracción geométrica monocromas y por “computador” dejaban descolocados al mundo artístico que no conocía todavía la tecnología como tal, y menos conectada al arte. No estaba al alcance del individuo de a pie.
Fue un “Leonardo Da Vinci” en tiempos de “abarcas”, además de ser una mujer en un mundo de hombres y en una España que comenzaba a despertar.
Mi conocimiento de la investigación de Elena fue tardío. En un viaje que realicé a la industrial Eibar (Guipúzcoa) a Alfa Arte, antigua fábrica de máquinas de coser que llevan el mismo nombre, en su museo de artistas que han fundado allí, me sorprendieron unas obras, y dije:
– Estas obras de Oteiza no las conocía.
A lo que me contestaron:
– No son de Jorge, son de Elena.
– ¿Qué Elena?, pregunté.
– Elena Asins.
– ¡Madre mía! Aquello me encantó.
Empecé a investigar sobre tu trabajo, observando que muchos estudios sobre esas formas planas eran anteriores a los de Oteiza, o paralelos, sobre lógica formal y estudios geométricos.
Tras sembrar las bases del conceptualismo en el 69 en la exposición de “arte objetivo” expone en la Biblioteca Nacional de Madrid en el 79, y empiezan a llover los premios, entre los que destacan la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2006 y el Premio Nacional a las Artes Plásticas en 2011, acompañado de una retrospectiva en MNARS.
Elena era álgebra, música, Cantos de Orfeo, Canons 22, materialidad e inmaterialidad.
Inició su carrera en el 63 con el grupo Castilla 63. Últimamente trabajaba en un proyecto para el Museo Universidad de Navarra.
Se ha ido en el medio rural, el que tanto reivindicó, el que ella eligió.
Adiós Elena, agur.