JANA LEO, NO VIOLARÁS
Redacción
El jueves 17 de mayo de 2018, entre las 18 y las 21 horas ABM Confecciones acogerá un taller-campaña que Jana Leo presenta bajo el título de «No violarás».
El taller, gratuito, está abierto a todas las víctimas de agresiones sexuales que quieran participar (inscripciones a través del correo abm.confecciones@gmail.com) y en él se trabajará para producir las “facturas de un abuso y traducir el relato de las personas que sufrieron abusos a un formato que también recuerde a los violadores que estas facturas no prescriben y que, por tanto, siempre tendrán pendiente lo que hicieron”, explica Leo.
El segundo taller, que se realizará el viernes 19, quiere enseñar el daño físico. La primera pieza es la foto de su útero, amoratado, que sirvió en EEUU de prueba forense para condenar a su violador. “No estoy segura de si aquí en España se realizan estas fotos del interior, o de si las víctimas tienen acceso a ese material forense, pero cuando yo vi esa imagen me di cuenta de hasta qué punto me había dañado”, explica. El taller busca recopilar estas imágenes, o si no existen investigar de manera colectiva por qué no están, o cómo se puede evidenciar el daño físico interno.
El proyecto también cuenta con la producción de tres cortometrajes basados en relatos e historias reales y que estos días rueda en Madrid: El Portal, sobre las violaciones por parte de desconocidos; La Novicia, sobre los abusos realizados en el colegio o en la familia; y La Jauría, sobre las violaciones en grupo y las que se producen cuando las mujeres se relacionan con hombres en situaciones de flirteo.
El 20 de mayo de 2018 (19 h.) en La Neomudéjar de Madrid, Jana Leo presentará la performance en tres actos con el mismo título «No violarás».
La performance, que mezclará escenas de los tres cortos, tendrá su propia banda sonora que la artista ha escrito para la historia sobre la agresión en grupo. “Le envié la letra a mi amiga Silvia San Miguel, del grupo Las Xoxones, y compuso la música enseguida”, afirma Leo. Dice así: “Salimos de caza, violación en masa, hoy salimos de caza; La ligo en un bar, se la llevo a los demás, no puede estar mal si lo hacemos todos”.
En palabras de la artista: «La obra No violarás está dividida en tres piezas que tratan de enseñar el proceso para ayudar a desarticularlo e impedir que la “ilusión” de lo que está pasando cubra lo que realmente pasa: los hechos. Así mismo tratan de mostrar una fórmula de la violación: represión sexual y machismo, que ambas incluyen la búsqueda de sexo de forma inapropiada. El machismo toma a la víctima, como un/a sirviente sexual, alguien a quien usar y degradar. La represión castiga la libertad sexual con violación. La violación es socialmente inaceptable y a la vez algo tolerado. Desde el punto de vista del agresor la violación es un “performance” o fantasía que se lleva a cabo. En el “performance” me interesa el paralelismo entre acto criminal, y acto artístico: planificar y llevar una acción a cabo de una manera distante. En La Jauría (violación en grupo) se dice: “Te has montado una película en la cabeza: no estás jugando limpio, acosas, secuestras, agredes o violas a alguien”. En El portal el violador repite “Me gusta ver como disfrutas”. La escena hace imposible creer que ella esté disfrutando. Ambas piezas hacen explícito que el consentimiento de la víctima es sólo técnico. La violación siempre lleva implícita la amenaza de muerte. La víctima sigue el juego al violador para seguir con vida. La opinión pública según la cual hay “colaboración” en una violación con quien ha sido agredido, implica que la honra es lo primero y castiga a la víctima por no morir. De la misma forma que una declaración firmada por un interrogado bajo tortura no tiene validez, el declarar que “No quiero” en circunstancias de coacción máxima para que algo se considere sin consentimiento es un mero trámite. Es difícil entender exactamente cómo y por qué la violación es una experiencia traumática, aunque para todos es evidente que lo es. Las piezas tratan de enseñar la conversión de la víctima en un objeto para el uso, no una persona o un producto para el consumo, como pasa con los animales que son comida. Este trabajo trata de desmantelar la simplificación que justifica el abuso sexual y de mostrar el efecto del mismo en la vida diaria de quien la sufre. A nivel educativo, a diferencia de los materiales formales que educan a las potenciales víctimas sobre cómo evitar la violación, se trata de educar y responsabilizar a los/las potenciales agresores/as».
Todo este proceso de trabajo prolonga su ensayo Violación Nueva York, reseñado el pasado año en M-Arte y Cultura Visual:
http://www.m-arteyculturavisual.com/2017/11/07/jana-leo-violacion-nueva-york/
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