Paz Tornero
Rich Gold (1950-2003)[1] fue artista digital, inventor, diseñador de juguetes, escritor, animador, investigador y compositor americano. Afirmaba que “A lo largo de mi vida, he llevado y me he quitado cuatro gorras: artista, científico, diseñador e ingeniero. Me pongo una después de la otra como un payaso en el circo. A veces me pongo simultáneamente dos o más gorras”[2].
Hoy en día contamos con numerosos estudios dirigidos a incrementar la creatividad y la innovación, y no enfocados exclusivamente a emprendedores jóvenes y adultos, más importante aún, tenemos a nuestro alcance las herramientas adecuadas que potencian el pensamiento creativo en los niños. Sin embargo, teniendo presente la cita de Rich Gold, ¿a qué se debe la actual brecha entre los hombres y las mujeres en las ciencias? ¿Y en aquellos casos donde la práctica conlleva el dominio conjunto de las artes y las ciencias, por ejemplo el arte electrónico o el bioarte?
Alice[4] y Bettina[5], dos jóvenes estudiantes de ingeniería en la Universidad de Stanford, se han percatado del bajo porcentaje de mujeres en las clases de matemáticas y ciencias, lo que implica también aquellos entornos destinados a la innovación tecnológica. Su preocupación las ha llevado a crear un juguete capaz de atenuar dichas diferencias, según las autoras, entre las futuras generaciones de mujeres y hombres. Ambas exponen que las niñas son excelentes resolviendo problemas, también en la deducción de soluciones y la experimentación. Sin embargo, la realidad es bien distinta. Solamente el 15% de las estudiantes de primer año en la universidad intentan especializarse en ciencias, tecnología, ingeniería o matemáticas (STEM) y menos del 11% de los ingenieros son mujeres (datos procedentes de Estados Unidos).
Sin embargo, en España las cifras en concreto de arquitectas son mayores: «En 2007, el porcentaje de mujeres supera por primera vez el 50% del total del alumnado matriculado en primer año de carrera, y en el caso de la Escuela de Madrid sube hasta el 57%. Hoy el 30% de los colegiados son mujeres, aunque todavía se concentren en la categorías de asalariados/colaboradores y sus salarios sean notablemente inferiores a los varones. Porcentaje aún pequeño pero significativo[6], en vías de una normalización que se está produciendo quizás de una manera más lineal que en las artes visuales, con siglos de tradición a sus espaldas»[7].
Las creadoras consideran que los juguetes para niñas son en su mayoría muñecas y princesas, y sostienen que existe una clara conexión entre estos juguetes y su baja participación en carreras científicas. Por ello, se propusieron dar vida a un proyecto que impulsara el acercamiento temprano de las niñas a las ciencias diseñando juguetes especializados. Le dieron el nombre de Roominate y con este kit (recomendado para niñas menores de 14 años) pretenden incrementar la participación de la próxima generación de mujeres innovadoras en tecnología.
Roominate contiene piezas de madera y otros objetos con los que diseñar habitaciones decoradas con muebles e integra circuitos que al conectarlos dotan de interactividad cada habitación, como ventiladores e interruptores de luz. De esta manera, las niñas utilizan su creatividad para diseñar, construir, conectar y decorar su sala interactiva. Los módulos que conforman las habitaciones son apilables, así que pueden construir estructuras expandibles. Las piezas están hechas para ser simples e intuitivas y facilitar la exploración. Las autoras afirman ser más que una empresa de juguetes. Quieren inspirar a las niñas, que consigan ser grandes artistas, ingenieras, arquitectas y visionarias “tenemos la intención de darles todas las herramientas para alcanzar ese potencial”, comenta una de sus autoras.
Kit Roominate.
Consiguieron apoyo económico gracias a la plataforma Web Kickstarter, un sistema crowdfunding (de financiación en masa) destinado a impulsar proyectos creativos de diseño, música, video, arte, juegos y tecnología. Durante el proceso de elaboración del producto han contado con la colaboración de más de 200 niñas con el fin de conseguir el prototipo adecuado para lanzarlo al mercado, periodo en el que trabajaron en conjunto con el museo Children’s Creativity en San Francisco. Los han probado de forma individual, en grupos grandes y otros más reducidos, con y sin la guía de un adulto. Como resultado de estas experiencias, las autoras exponen lo mucho que han aprendido sobre la forma en que las niñas juegan. Gracias a las piezas que contiene el kit, han comprobado cómo usan la imaginación para decidir qué construir y crear. Utilizando prototipos rudimentarios al principio, constataron que Roominate despierta la creatividad y el entusiasmo en las niñas de manera notable.
Roominate se vende en la página web http://www.roominatetoy.com/ y es el primer producto fabricado por la empresa de juguetes Maykah, Inc., perteneciente a Alice y Bettina.
Notas:
[1] Rich Gold también fue director de proyectos científicos, teórico de las marcas corporativas, futurólogo y miembro del Foro Económico Mundial. Dotado de una exuberante capacidad adaptativa, se sintió cómodo tanto en los ambientes undergrounds de las artes de vanguardia, como en el académico y de los negocios, trabajando en diversas ocasiones para Sega, Mattel y Xerox PARC.
[2] GOLD, Rich, La Plenitud. Creatividad, Innovación y hacer “cosas”. Barcelona, Gedisa, 2009, p. 35.
[3] Ibídem.
[4] Alice estudió Ingeniería Mecánica en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Después de graduarse en 2010 llegó a Stanford para obtener un Máster en Diseño de Ingeniería Mecánica. Se graduó en junio de 2012.
[5] Bettina se graduó en el Instituto de Tecnología de California en 2010 con una licenciatura en Ingeniería Eléctrica. En marzo de 2012, completó un Máster en Ingeniería Eléctrica en la Universidad de Stanford.
[6] El porcentaje es superior a Francia (sólo un 15% de arquitectas en 2004) y aunque inferior respecto a países como Portugal (24%), Italia (29%) y Finlandia, con un porcentaje del 38% en ese mismo año. En Grecia, ya en 1993 ellas representaban el 38% de los arquitectos.
[7] DE LA VILLA, Rocío, «Artistas y arquitectas entre los feminismos.» En Oliva María Rubio/Isabel Tejeda (dirs.), 100 años en femenino. Madrid, AC/E, 2012, p. 193.