Fina Bernad. Conservadora de la Fundació privada Fornells Pla i Conxa Sisquella
Con esta pequeña muestra en el mismo taller donde se gestaron muchas de las obras expuestas, la Fundación Fornells-Pla i Conxa Sisquella de la Garriga quiere reconocer y al mismo tiempo rendir homenaje a esta creadora que cultivó la pintura y el grabado en la segunda mitad del siglo XX.
Conxa Sisquella nació en Centelles 1926 y murió en 1996 en Barcelona, fue una artista vocacional, dedicada a la tarea artística desde muy joven, se interesó por la pintura de la mano de su tío el pintor Alfred Sisquella, que había formado parte en los años 1920 en Barcelona del grupo inconformista “els evolucionistes”, aunque luego se recluyó en Sitges practicando pintura de caballete.
Conxa se formó en el taller de M. Alsina y en la escuela de Bellas Artes de Barcelona, sus primeros pasos profesionales fueron el retrato por encargo. En 1950 se casa con Francesc Fornells-Pla, artista polifacético, con el que llevará una vida en común llena de complicidades, creando en 1993 la Fundación en su casa-taller de la Garriga, con el objetivo pedagógico de difundir el arte contemporáneo.
Las pinturas presentadas en esta exposición, comprenden desde los primeros años 1940 hasta la década de los 1980. Estas obras, explican el itinerario plástico y la mirada de esta mujer que desde los inicios de su carrera luchó con energía y dedicación constante al oficio.
El punto de partida es una figuración con sensibilidad existencialista que evoluciona hacia la abstracción. Una abstracción que primero se manifiesta con la acción gestual que después derivará en un lenguaje tonal sutil, de gradaciones y contrastes simultáneos, donde el color rosa será una constante.
Observando detenidamente la obra de Conxa Sisquella sentimos como se entretejen proyecto vital, artístico, estético e historia. La posguerra, la estrecha apertura del final del franquismo, la estancia en Estados Unidos, la primera democracia son etapas que encontramos reflejadas en su proceso personal y artístico.
El primer éxito que obtiene Conxa Sisquella es el primer premio del Salón Femenino de Madrid de 1947. Participa en los “Salons d’Octubre” de Barcelona entre 1949 y 1957, es un período de expresionismo trascendente acorde con el pensamiento cristiano de la pintora. La pincelada es densa y la paleta muy oscura, son propuestas enérgicas y al mismo tiempo delicadas.
En la pintura sobre soporte de cartón La sala de espera, de 1952, iniciará el interés por la experimentación con los materiales de soporte en su pintura de superficie.
La producción pictórica de los años 1960 es bastante escasa, se corresponde con una época de reflexión y formación en diferentes técnicas de impresión. La evolución plástica en estos años la podemos seguir en su producción sobre papel, dibujos donde la mancha substituirá al objeto. En 1969 realiza una estancia de seis meses en EEUU, donde profundizará en la técnica del grabado en el Smithsonian Institution de Washington, exponiendo en una galería de Nueva York y en Filadelfia.
A partir de 1970, empieza una época de liberación y reafirmación pictórica que se traduce en la práctica del expresionismo abstracto, la pintura de acción i el dripping. Introduce la tela de saco como soporte, muchas veces reciclada a partir de sacos de café. Sus collages textiles, zurcidos o simplemente pegados van a ser una constante en sus creaciones. La sensibilidad matérica y el gusto por las texturas y esgrafiados también definirán su producción hasta el final.
La década del 1980 representa para Conxa Sisquella una auténtica eclosión de creatividad informalista y al mismo tiempo la culminación de su lucha por la independencia personal. Tiene un taller para ella sola, un espacio dónde expresarse a sus anchas, es el momento de la fascinación por las telas de gran formato, donde encuentra las tonalidades y las atmósferas que tanto la acercan a la música. Obras como Serie azul, Paralelismo en rosa i azul o Sinfonía en rosa son representativas de este brillante período.
La exploración constante del color, todas sus gradaciones y transparencias, la manipulación de la materia, nos hablan de que más allá de la pintura, hay una inquietud de conocimiento, de ir al fondo de las cosas.
La oportunidad de mostrar parte del itinerario de la pintora Conxa Sisquella en el Festival Mirades de Dones/Festival Miradas de Mujeres, nos parece una excelente ocasión para recordar a la artista y así contribuir a la creación de genealogía femenina.