Aunque había nacido en Nueva York, Vivian Maier (1926-2009) era una de esas personas que encarnaban la típica sensibilidad europea de mujer liberada e independiente. Aún siendo intensamente discreta y celosa de su privacidad, Vivian solía predicar animadamente su propia y muy liberal visión del mundo a todos aquellos que quisieran escucharla. Decididamente desprendida, llegó no obstante a llenar unos cuantos de armarios con todo tipo de cachivaches encontrados, libros de arte, recortes de prensa y pasquines políticos.
De origen francoaustrohúngaro, la juventud de Vivian Maier fue un continuo vaivén entre Europa y Estados Unidos, antes de regresar a Nueva York para instalarse en 1951. Habiendo aprendido fotografía dos años antes, se puso a rastrear las calles de la Gran Manzana, refinando sus destrezas artísticas. En 1956, Vivian abandonó la costa Este, marchándose a vivir a Chicago, donde pasó casi el resto de su vida trabajando como niñera. Durante su tiempo libre, se dedicaba a hacer fotografías, que escondía celosamente de toda mirada ajena. Fotográficamente activa hasta finales de los años noventa, dejó una obra de más de 100.000 negativos. La pasión de Vivian por documentar la realidad se amplió también a una serie de filmes caseros y de grabaciones sonoras. Captó toda suerte de destellos de la “mitología americana”, instantáneas de la demolición de construcciones históricas en aras del imparable desarrollo, escenas nunca vistas de las vidas de personas de otras comunidades étnicas y de los indigentes, así como algunos de los rincones más carismáticos de Chicago.
Espíritu libre pero también alma orgullosa, acabó sus días sumida en la pobreza, siendo únicamente salvada por tres de las personas que había criado como niñera. Para cubrir deudas tras su fallecimiento, empeñaron los muebles de Vivian, ignorando lo que contenían algunos de sus armarios: una cantidad ingente de negativos que había ido ocultando ahí a lo largo de toda su vida. La enorme obra de Vivian Maier vio por fin la luz cuando, en 2007, fue descubierta en una casa de subastas local en el Northwest Side de Chicago. Desde entonces, su obra no ha parado de deslumbrar al mundo entero. A día de hoy, con aproximadamente el 90 % del archivo fotográfico ya recuperado, la obra de Vivian forma parte del arte de la fotografía callejera.
Vivian Maier, Street Photographer, Sala Municipal de Exposiciones San Benito, Valladolid. Del 8 de mayo al 8 de julio de 2013.