CATACLISMO

BINOMIO ARTE URBANO Y MUJER

María José Magaña

Entrevista a una de las fundadoras de la Asociación Madrid Street Art Project, Diana Prieto Martín.

El arte urbano está en boca de todos, se podría decir que está de moda y que ha entrado por la puerta grande en los museos, como la exposición en la Tate Gallery de Londres en el 2008; en las galerías, por ejemplo la madrileña iam gallery; en las salas de exposiciones institucionales, como la exposición Gráfika en el Instituto Cervantes en el 2011; o en el mercado del arte, con obras tan cotizadas como las realizadas desde el “anonimato” por Banksy.

Podemos hablar de muralismo urbano, graffiti, arte contestatario y/o lúdico, instalaciones en el espacio público, etc. Pero lo que más nos interesa destacar es que también a las mujeres les interesa expresarse usando los espacios de la calle y que, si miramos bien, podemos encontrar mensajes que tienen que ver con las reivindicaciones y preocupaciones feministas.

Hasta ahora se hablaba del arte urbano, en general, como portador de unos valores relacionados con lo masculino: la necesidad de remarcar el ego, de delimitar el territorio, la exaltación de la rivalidad y la competitividad en la ocupación de los espacios emblemáticos, etc., pero estos son valores a desterrar o por lo menos a poner en tela de juicio.

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BR1, pintura en pared, Brooklyn
New York, abril de 2013

De ahí el interés de MAV por ahondar en este tema. María José Magaña entrevista a una de las fundadoras de la Asociación Diana Prieto Martín (http://madridstreetartproject.com/).

MJM- ¿Consideras que el boom que está viviendo el arte urbano es positivo? Y por otro lado, ¿crees que debe entrar en los museos y en el mercado del arte? ¿Podría llegar a perder parte de su esencia si pierde por el camino la temporalidad y el carácter efímero?

DP- Creo que el sitio del arte urbano está en la calle, en el espacio público, en lugares abandonados por la sociedad, etc. Entendido como tal, el arte urbano tiene un “disfrute” efímero, como la música o la poesía urbana; por lo tanto, no puede estar alojado en los museos, aunque por supuesto pueden existir actividades relacionadas con el arte urbano, o incluso exposiciones relacionadas con el arte urbano o con obras de artistas que trabajan en la calle. ¿Y por qué no? No hay nada negativo en el boom del arte urbano, más al contrario darlo a conocer es positivo, y ayuda a difundir su valor, a apoyar a sus creadores a quienes les otorga reconocimiento y recursos; además, propicia más creación, nuevos proyectos, debates, encuentros, reflexiones, etc. De todas formas, estas son las tareas que para mí debería tener un museo, o por lo menos un centro de arte contemporáneo.

Desde luego que es positivo aunque no fundamental, el arte y el arte urbano existirán con o sin museos, estos pueden facilitar y ayudar en muchos aspectos, pero no determinan su existencia, ni siquiera su valor.

Personalmente, si el arte urbano entra o deja de entrar en el mercado del arte es algo que no me preocupa demasiado. Primero porque no sé muy bien qué significados puede entrañar la entrada en el mercado; es decir, ¿qué es lo que entra? ¿Qué es lo que se comercializa, un trozo de muro? Si es así, estoy en desacuerdo, puesto que creo que la naturaleza del arte urbano, su razón de ser, es la calle, el espacio público; desde luego, no es estar en una sala de exposiciones, en un museo o en la casa de un coleccionista. Si nos referimos a la documentación o incluso restos matéricos que puede generar una intervención en el espacio público, me parece similar a otro tipo de manifestaciones artísticas de carácter efímero como una performance o una instalación site specific, con la que se comercia. Y si nos referimos a obras que realizan artistas urbanos para mostrar en una exposición, creo que esto no es arte urbano, sino obras creadas por artistas que normalmente desarrollan su trabajo en la calle, pero que además tienen otra faceta artística, digamos indoor, lo cual me parece perfecto. No soy partidaria ni de la demonización ni de la adoración del mercado del arte, mientras el trabajo de un artista sea honesto y no se adultere debido a las reglas de este mercado, cualquiera de las opciones me parece correcta.

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Pintura de Sixeart «La muerte del graffiti», en una sala de exposiciones, 2011

MJM- ¿Por qué y para qué montar una asociación que defienda el arte urbano? ¿Para contribuir a su difusión o con un objetivo educacional?

DP- Madrid Street Art Project es una asociación que pretende la difusión, el apoyo y la puesta en valor del arte urbano partiendo de la escena de la ciudad de Madrid. Todo esto surge del encuentro de dos personas, amantes del arte y en especial del arte urbano, que no somos creadores, pero que aportando nuestros conocimientos y experiencias –en la docencia, en la documentación fotográfica, en la gestión cultural, en la comunicación, etc.– queremos contribuir al mejor conocimiento del arte urbano, a su dinamización, a que sucedan más cosas en torno a él y a que sus creadores reciban más propuestas y sean mejor valorados.

Por otro lado, creemos que el arte urbano contribuye a pensar en otros valores de la sociedad, así como a propiciar la reflexión intrínseca acerca del espacio público, de lo que es y de lo que está ocurriendo con él. Es por lo que nosotros, desde nuestra asociación, queremos ser un revulsivo para provocar la reflexión sobre el uso y abuso del espacio público.

También nos parece fundamental el binomio arte urbano y adolescencia. Los adolescentes, los chavales, los jóvenes, que en tantas ocasiones son tachados por la sociedad como ociosos, frustrados o apáticos, para nosotros no es un punto de partida válido, y sobre todo es susceptible de cambiarse. Para ello, los Safaris Urbanos y los Talleres nos parecen una herramienta muy adecuada como planteamiento de trabajo colectivo. Es impresionante la motivación que el arte urbano puede provocarles y lo que les estimula para realizar sus propias creaciones artísticas, ayudándoles a cuestionarse lo que les rodea y a expresar sus preocupaciones y sentimientos.  Es necesario mostrarles que la cultura y el arte son algo más que el Museo del Prado y Velázquez, que los artistas pueden ser personas de su entorno, como ellos, mujeres y hombres, de diferentes capas sociales y que tienen inquietudes y salen a la calle a expresarse de una manera artística. Los jóvenes nos interesan especialmente, pues hemos comprobado que funciona como metodología para su desarrollo personal como futuros adultos.

MJM- ¿Habéis tenido alguna referencia o seguido algún modelo previo para llevar a cabo este proyecto?

DP– No hemos seguido ningún modelo concreto, aunque estuvimos muchos meses pensando e ideando qué queríamos ser, qué forma dar a nuestras inquietudes, y también por dónde empezar y cómo plantearnos el futuro próximo. Vimos que en España no había nada parecido a lo que queríamos, por lo que tuvimos que empezar casi desde cero, aunque mi compañero en el proyecto, Guillermo de la Madrid, ya contaba con un blog (www.escritoenlapared.com) en el que, de una forma personal, documentaba el arte urbano de Madrid, uno de los blogs más reconocidos e interesantes del “mundillo”. También debo decir que en ciertos aspectos tomamos como referencia: Street Art London y Graffitimundo, proyectos relacionados con el arte urbano, ubicados en Londres y Buenos Aires.

En Barcelona también existen algunos proyectos que trabajan con el arte urbano, pero no se ajustaban a lo que nosotros queríamos, a nuestro modo de ver las cosas, a nuestros objetivos y propósitos.

MJM- ¿Cómo elegís los itinerarios –Safaris Urbanos– que trazáis por la ciudad para “atisbar” y desvelar el arte que se encuentra en las calles?

DP- Lo más importante es pasar mucho tiempo recorriendo y mirando las calles de Madrid. Después de esto, tenemos en cuenta dónde están las mayores concentraciones de intervenciones artísticas en el espacio urbano, que se encuentran en su mayor parte en el centro, y acotando un poco más, sobre todo en los barrios, y alrededores, de Malasaña y Lavapiés. Y por último, volvemos a recorrer la calle, teniendo en cuenta los aspectos más pragmáticos, como: la duración del paseo a pie, que no debe sobrepasar la hora y media; la diversidad de usos de lenguajes en las intervenciones que se vayan a visitar, y en relación a los artistas, las técnicas y los materiales que emplean; la ubicación accesible de las obras; el posicionamiento del artista, los significados conceptuales, sus contenidos, la temporalidad o fragilidad de las obras; y sobre todo, lo que permita apreciar la diversidad de este tipo de expresión, y que además nos de pie a que surjan todo tipo de temas, debates y reflexiones, ya que los Safaris están pensados como formatos para la comunicación y el diálogo.

MJM- ¿Y qué hay de Madrid-Río y los barrios como Carabanchel, Tetuán, etc.? 

DP- Los murales de Madrid Río están muy bien, pero sucede algo parecido con los barrios, hay cosas interesantes pero demasiado aisladas como para hacer un paseo a pie. Por otro lado hay espacios de especial concentración, como el Campo de La Cebada, el Patio Maravillas, Esto es una plaza, La Tabacalera, etc., que tenemos en cuenta como punto de encuentro en todas nuestras rutas, donde se pueden ver grandes murales, que es algo excepcional en Madrid. Hay que tener en cuenta que el arte urbano es muy perseguido por parte de las autoridades, y debido a ello, suelen ser intervenciones que se puedan realizar con cierta rapidez, discretas y de pequeño tamaño. Así, en estos espacios autogestionados u ocupados, los artistas pueden realizar intervenciones con más calma y tranquilidad, que se convierten en numerosas ocasiones en lugares de encuentro de los artistas residentes en la ciudad con artistas «en tránsito» por Madrid y otras personas relacionadas con el arte urbano y el activismo. Y en este sentido cabe mencionar la iniciativa de La oficina de gestión de muros de la que se encarga Milagros.

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Bastardilla, artista colombiana con intervenciones en Madrid.
Pintura en la fachada del Local B de La Karakola, 2010. Lo que en principio había interpretado como una acción en el interior del local, acabó quedándose fuera.

MJM- ¿Nos puedes comentar otro tipo de actividades que realicéis desde la asociación?

DP– Sí, está claro que los Safaris Urbanos son nuestro “plato estrella” y la actividad con la que hemos comenzado, pero también estamos organizando charlas y talleres con artistas urbanos, para adultos y para adolescentes, con un contenido teórico y práctico al mismo tiempo, de reflexión y de acción, en espacios gestionados por nuestra cuenta o en centros educativos. Cada actividad está pensada y organizada a la medida de las personas que la van a experimentar, lo que se denomina trabajo personalizado.

Otro de los proyectos que tenemos en mente, es la recuperación de espacios públicos, abandonados, en desuso o deteriorados, para nuevos usos o para el disfrute e implicación de los ciudadanos, a través del arte urbano.

Las tres personas que formamos MSAP al 100% somos bastante perfeccionistas, no queremos dejar nada sin pensar y antes de actuar nos planteamos muchas dudas e interrogantes. Queremos tener en cuenta cada detalle, cada contexto, así como a todas las personas implicadas en el “mundillo” y entorno del arte urbano. Queremos ser respetuosos con las obras y con los artistas, y todo ello hace que, en ocasiones, tengamos la impresión de avanzar lentamente, y tener que superar numerosos obstáculos. Además, todos tenemos nuestros trabajos aparte, por no hablar de las ocupaciones familiares, por lo que nuestra dedicación a MSAP es fuera del horario laboral, en nuestro tiempo libre, y sin pretensiones económicas.

MJM- Y dado que llevamos un rato hablando sobre arte urbano, creo que ya es hora de que nos comentes lo que para ti es el arte urbano y si crees que conviene distinguirlo del mundo del graffiti. 

DP- Ufff… ¿La definición de arte urbano? No creo que la tenga que dar, ni siquiera me parece realmente necesario, ni relevante… ¿Por qué habría que clasificar y encasillar una expresión cultural tan libre y espontánea? No, a mi no me interesa, sí me interesa en cambio la reflexión y el pensamiento alrededor del arte urbano y las cuestiones que lo conforman, pero no la definición, la categorización, ni la creación de dogmas. En este sentido, tampoco me parece importante decidir dónde termina el graffiti y donde empieza el arte urbano, qué es una cosa y qué es otra. Evidentemente ambas son expresiones en el espacio público, que pueden tener desde un carácter territorial, pasando por la reivindicación de causas e ideas, hasta la expresión artística más estética o conceptual. Ambas conviven en la calle, a veces se quieren y se respetan, otras se odian, a veces se mezclan, y en ocasiones no tienen nada que ver. Creo que esto es lo realmente interesante.

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Instalación del colectivo Lefthandrotation en una calle de Madrid.

MJM- ¿Piensas que el arte urbano tiene algo que aportar en estos momentos? ¿Se puede hablar del arte urbano como generador de unos valores determinados, que pueden estar vinculados con el momento de crisis actual? ¿Es una respuesta o un modo de escape a la frustración de los jóvenes? ¿Puede tacharse de rebeldía juvenil contra el poder establecido?

DP- Siguiendo con mi idea de que el arte urbano es una forma de expresión bastante libre y personal, creo que puede ser un medio y vehículo de expresión de todo lo que estamos viviendo y sintiendo en estos momentos. Digamos que es un modo de expresión menos controlado, a pesar de estar perseguido por las autoridades, y por lo tanto, un espacio donde expresar cuestiones que el “sistema” no quiere que sean visibilizadas. Además, en mi opinión, el mero hecho de crear en la calle es un claro posicionamiento de reivindicación del espacio público como tal, es decir, como realmente público y no controlado por las administraciones, o bien vendido o alquilado a las marcas mediante las instalaciones de publicidad.

Pero también te digo, que no creo que todo el arte urbano tenga un componente reivindicativo explícito, pues es un modo de expresión y creación que surge de la introspección personal. Así que tampoco pienso que esté ligado exclusivamente ni a la cultura juvenil –aunque claro, hoy en día, ¿Hasta cuándo dura la juventud, hasta los 40, los 50…?– ni a la rebeldía anti-sistema. El arte urbano puede ser eso, pero va mucho más allá de esos límites o encasillamientos.

Por otro lado, por supuesto que hay artistas con un trabajo directamente crítico o de lucha como el de DosJotas por ejemplo, o si las podemos incluir en esto del street art, me encantaría nombrar a G.I.L.A. siempre tan combativas, activistas y sobre todo, en femenino.

MJM- ¿Cómo percibes que el ciudadano de a pie entiende el arte urbano? Según tu experiencia, ¿cómo reacciona la gente de la calle y los vecinos? ¿Los únicos interesados son los que acuden a los Safaris o los propios artistas? ¿Y los turistas? ¿Cómo reaccionan las instituciones y el poder público? ¿Y qué hay de los artistas que no practican arte en la calle?

DP- También la manera en que se recibe y se percibe el arte urbano es muy heterogénea. Nuestra experiencia con los Safaris es increíblemente positiva. En un grupo de quince personas, de una u otra manera interesados en el arte urbano de Madrid, algunos por mera curiosidad, otros con un nivel de conocimientos importantes sobre el tema u otros simplemente cercanos al mundo del arte y la cultura, siempre tenemos sorpresas, que suelen venir acompañadas por las reacciones auténticas y enriquecedoras del vecindario. Provocamos desde la admiración, hasta la perplejidad, desacuerdos, dudas, reflexiones, sonrisas complicidad, disfrute, conexiones, relatos, etc. ¿Qué más se puede pedir? A primera vista, según mi percepción, a todo el mundo le gusta el arte urbano, todos quieren que se haga y exista, artistas, instituciones, vecinos, paseantes, turistas, etc., pero claro, siempre que sea una intervención estética, “bonita” o colorista, pero no hay duda que el arte urbano va más allá de esto, más allá de lo meramente formal. Tenemos que entender que el arte urbano, la expresión artística y cultural en el espacio público, puede visionarse como un mural colorista en la calle, pero también puede hacer uso de otro tipo de lenguajes y técnicas, como la contrapublicidad, los collages, las plantillas, los tags, los posters, los mensajes directos, las pegatinas, etc. O lo aceptamos todo, o una cosa no puede existir sin la otra.

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Pintada en un muro de Malasaña, descubierta durante un Safari Urbano, 2012.

MJM- Por otro lado, ¿Crees que el arte urbano se estudia suficientemente desde la universidad, como investigación o como metodología artística, o por qué no como movimiento artístico globalizador y contemporáneo?

DP- Desde mi experiencia personal, como licenciada en historia del arte, que ha pasado por tres universidades diferentes, puedo decirte que jamás ningún profesor me habló del arte urbano. No sé, tal vez tuve mala suerte… Así que no seré yo quien cargue contra la Universidad como sistema e institución anticuada y alejada de la realidad, pues el sistema mismo se encarga de evidenciarlo… Dicho esto sí que hay gente como Javier Abarca o Fernando Figueroa estudiando el arte urbano desde la Universidad y desde un método y punto de vista académico, así que ¡¡Bravo por ellos y sus alumnos estudiosos del tema!!

MJM- ¿Consideras que el arte urbano entraña principalmente valores masculinos? La realidad es que se conocen pocas mujeres artistas que trabajen en la calle… ¿Crees que se puede hablar desde la óptica feminista en el ámbito del arte urbano?

DP- Es evidente que hay más nombres masculinos que femeninos en el arte urbano. Yo también me pregunto el por qué y no encuentro una respuesta convincente. Imagino que todo comienza porque esta sociedad todavía sigue siendo machista (aunque se ha conseguido avanzar mucho hacia la igualdad en los últimos tiempos), y por tanto, el reconocimiento de una mujer en cualquier campo es siempre más difícil que el de un hombre, ya sea en el arte urbano o en el arte en general. Imagino que a primera vista el arte urbano entraña una serie de roles o condicionantes tradicionalmente masculinos, como el trabajo de puertas hacia fuera, la nocturnidad, el enfrentamiento directo, la agresividad, la peligrosidad, etc. Incluso a veces, lleva aparejada una forzada y pretendida demostración de fuerza, poder y masculinidad. Sin embargo, ni todas estas características son necesarias para crear en el espacio público –y además quiero creer que la mayoría son solo tópicos o esterotipos–, ni las mujeres están excluidas de poseer alguna de estas características.

Es relevante el dato de que las mujeres somos minoría en el arte urbano como artistas; y sin embargo, en cuanto a personas interesadas en él, con inquietudes al respecto, somos la mayoría. Por ejemplo, el 80% de las personas que se apuntan a las actividades que organizamos desde MASP (Safaris, Talleres, etc.) son mujeres ¿curioso, no?…

En cualquier caso, sí destacan muchas mujeres dentro del arte urbano más reseñable, empezando por Margaret Killgallen y su increíble trabajo durante los 90, que incluso formó parte del mítico Beautiful Losers. Un ejemplo más cercano sería una de las artistas urbanas con mayor recorrido en Madrid, que lleva pintando e interviniendo en sus calles durante más de diez años, Nuria Mora, una artista con múltiples facetas, respetada y reconocida tanto dentro, como fuera del street art. A nivel internacional, Alice Pasquini, digamos que “lo está petando”, es decir, viaja y pinta por todo el mundo, tiene muchísimos seguidores, y está inmersa en numerosos proyectos:

http://www.youtube.com/watch?v=3tvWEFjfFjc&feature=player_embedded

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Pintura mural en una calle de Valencia. La parte de la izda. es de Escif.

En cuanto a un trabajo explícito sobre la reivindicación feminista: creo que se puede hacer activismo desde el arte urbano, pues hay una gran parte de esta forma de expresión que pretende una crítica directa a temas sociales, políticos o económicos. Además, el mero hecho de realizar tu obra en el espacio público, sin pedir permiso, ya conlleva un posicionamiento con respecto al poder establecido. Asimismo, el trabajo artístico de una mujer en el espacio público, en numerosas ocasiones tiene un contenido concretamente feminista, un objetivo de lucha social por los derechos de la mujer, como por ejemplo el de la colombiana Bastardilla.

Hay casos interesantes como el de Hyuro, artista que no quiere desvelar su identidad. Como buen “artista callejero”, vive en la contradicción perpetua de quien quiere darse a conocer como artista, pero a la vez mantener el incógnito como persona, provocando todo tipo de conjeturas sobre su género.

La participación de Hyuro en el festival Memorie Urbane 2013, en Italia fue con este mural que refleja sentimientos de miedo, identidad, libertad, angustia, conocimiento interno.

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Hyuro en el festival Memorie Urbane 2013

Hace poco, conversando con un artista (urbano), para quien es muy importante la cuestión de salir a la calle a intervenir y disfrutar de la propia experiencia en el espacio público, le planteé la cuestión de por qué hay tan pocas mujeres en el arte urbano, y él tampoco supo dar una respuesta… Pero lo que si me dejó muy claro es que a él le encanta que haya mujeres y compartir la propia experiencia de “salir a poner cosas” como él dice, con chicas que siempre le aportan otras connotaciones y otro “rollo”.

Según la artista urbana Deedee Cheriel muchas artistas urbanas han logrado consolidarse en el medio, como Swoon, Princess Hijab y Bambi, pero ser mujer todavía representa un obstáculo para hacerse notar en el mundo del arte callejero. Cheriel comenzó a pintar en 1997 mientras vivía en Chile, después de la caída de Pinochet, donde presenció cómo una nación expresaba la opresión política en los muros públicos. Ella se considera feminista y espera ser un ejemplo a seguir: “Sólo porque las mujeres tienen derecho a votar no significa que tengan una voz igual. Definitivamente pienso en mí como feminista. Me gustaría inspirar a mujeres jóvenes para hacer arte”.

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Mural de Deedee Cheriel, artista urbana chilena.

MJM- Creo que hablando de arte en la calle, no podemos dejar de hablar del tema tan manido de la relación entre el arte urbano y la ilegalidad. ¿El anonimato es leyenda o realidad? ¿Crees que deberíamos hacer un esfuerzo en despojar al arte urbano de los tópicos que le envuelven?

DP- Partimos de que el arte urbano como tal, o mejor dicho las intervenciones artísticas en el espacio urbano, están etiquetadas como ilegales, si se realizan, por supuesto, sin solicitar permisos. Además, teniendo en cuenta la naturaleza más o menos “vandálica” del graffiti, su persecución y su criminalización, es normal que sea una actividad que se realiza anónimamente, alejada del gran público, aunque no de su entorno más cercano, pues la importancia del reconocimiento por el resto de artistas urbanos y/o graffiteros es innegable y fundamental. Por tanto, la cuestión del anonimato está ahí, tanto por sus motivos legales, como por su posición ideológica, incluso, por qué no decirlo, por una cuestión de mantener la “tradición”. Creo que en general los artistas urbanos que provienen o combinan el graffiti más “ortodoxo”, aunque suene contradictorio usar este término, con el street art, continúan queriendo profesar el “anonimato” como posicionamiento del artista urbano; Sin embargo, creo que hay otros artistas que entienden el trabajo en la calle como algo natural e incluso lúdico, y prefieren potenciarlo y darlo a conocer abiertamente, a pesar de arriesgarse a ser identificados como autores de un acto ilegal. En ese sentido, la imagen del graffitero joven rebelde, encapuchado, “gamberrete”, existe al mismo tiempo que hay infinidad de otros tantos tipos de artistas urbanos, y por ello me gustaría poner como ejemplo y cierre un video de una intervención de Nuria Mora, indiscutiblemente artista urbana:

http://www.youtube.com/watch?v=t2Zq5gLEdXQ&feature=player_embedded

En mi opinión, no hay dogmas, todo vale. Solo hay que ver otros y diferentes ejemplos de arte urbano, como el colectivo Teje la araña, que usa el ganchillo para crear espacios más habitables con sus labores, o el colectivo Luz Interruptus que se sirve de la luz como elemento generador de sus instalaciones de denuncia, la galería de la Madalena que propone la realización de exposiciones en el espacio público de manera espontánea y sin solicitar permisos, o el grupo de activismo GILA, etc.

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Mensaje de Banksy

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