CATACLISMO

ISABEL GARNELO: DON’T MESS WITH THE MON[K]EY

Todo es mentira salvo alguna cosa 72pppIsabel Garnelo, Todo es falso salvo alguna cosa, 2013

 

ISABEL GARNELO. DON’T MESS WITH THE MON[K]EY
Maite Méndez Baiges

Gran parte de la obra de este proyecto es el resultado de una inmersión en las aguas de los paraísos fiscales (muchos de ellos son islas) y sus “monkey business”. Recordemos que según la Wikipedia un paraíso fiscal es un territorio que se caracteriza por aplicar un régimen tributario especialmente favorable a los ciudadanos o empresarios no residentes; entre estas ventajas, la exención total o sustanciosa de los principales impuestos. Puesto de una forma no tan aséptica, en toda su indignidad, el paraíso fiscal es el refugio del capital internacional no dispuesto a contribuir a las arcas públicas que financian por ejemplo la sanidad o la educación, llegando a acaparar en 2009 un cuarto de la riqueza planetaria. La obra de Garnelo llama la atención sobre el hecho de que entre esos limbos fiscales figuran territorios que encajan a la perfección en nuestros tópicos turísticos sobre lo edénico y su exotismo, como Aruba (“Una isla feliz”), Barbados (“Orgullo e industria»),  Vanuatu (“Nosotros seguimos a Dios”), Seychelles (“Finis coronat opus”), etc. Como se puede comprobar, ostentan lemas que aluden casi siempre a “valores seguros” (¿rentables?): patria, Dios, Rey, justicia, unidad, la “virtud”, el fruto del  “esfuerzo común” o el respeto al individuo y su “contribución”. Escribo esto y se me escapan las comillas, amigas de la ambigüedad, la ironía y la reflexión sobre tan buenas intenciones, que es lo que aquí se nos invita a practicar.

Bitácora Isabel Garnelo, Bitácora, 2013

Estos motti han servido de materia prima de la Canción del pirata compuesta por Garnelo: los podemos leer y ver en una acuarela, primorosos, dentro de sus filacterias habituales. Se revelan así muchos de los juegos de lenguaje propios de la economía internacional actual, pues esas cintas, los propios lemas, la mayoría de los iconos con los que se identifican estos países, y que la artista ha rastreado y reproducido en los dibujos reunidos para la muestra que acaba de clausurarse en Málaga, delatan el papel que se intenta atribuir a estos significantes como garantes de una pulcritud, estética y moral, hoy por hoy ampliamente desacreditada. En esa serie, de título impagable, Todo es falso salvo alguna cosa, se despliega esta iconología de los países con inmunidad fiscal. Emblemas, vistas aéreas o las figuras de los escudos son los motivos de estos dibujos de grafito y acuarela invariablemente enmarcados por una escala de grises o de colores (una reproducción a mano de esas escalas que sirven como marca de color para la imprenta). Me parece este último un atractivo detalle visual que parece concederle a la propuesta de Garnelo un carácter provisional abierto a la duda y el debate, un aire de work in progress que le favorece frente al tono dogmático y contundente que acompaña a la praxis económica globalizada.

La primera sala de la exposición en este Fuerte de Bezmiliana cuya función originaria (la de hacer frente a los piratas) ha sido actualizada por la propuesta de la artista, exhibía también las obras tituladas Expansión de costas, Medidas de austeridad e Inversión de perspectiva, consistentes en reproducciones a gran escala de billetes de 50, 100 y 500 euros, en los que se pueden ver animales como monos de Gibraltar o urogallos, a las estrellas de la Unión errando por el plano, o al alcalde de Málaga acompañado de una panda de verdiales, ante la presencia de esqueletos en actitudes tan pensativas como las de un Hamlet.

Inversión de perspectivaIsabel Garnelo, Inversión de perspectiva, 2013

En todas esas obras imagen y palabra han pactado una firme alianza. Las obras se sirven de palabras readymade que se combinan con imágenes readymade. Solo que no se detiene ahí la operación, pues esas imágenes no son solo readymades; la materia prima se somete a una vuelta de tuerca neodadá, ya que es dibujada –en el caso de las palabras, trazadas– a mano, con cuidado artesanal, por la artista.

Una segunda parte de la exposición, en la nave norte del edificio (más sombría), la integraban un conjunto de obras a tinta china: su factura contrasta con el dibujo más cerebral de la primera sala, pues es más espontánea y sensual, se recrea en la materia pictórica y en el placer de la mano dejándose llevar por el gesto automático, por la sorpresa ante el resultado final. Y ese resultado es un paisaje tan crepuscular como sublime, que evoca la alianza entre la guerra, el dinero y la muerte. En estas obras la mancha abstracta convive con la silueta precisa y negra de calaveras con maletín, de aeroplanos, de figuras diminutas despeñándose en el vacío, que personalmente me retrotraen a Mad Men y a esos nuevos Ícaros que helaban la sangre al precipitarse desde lo alto de las Torres Gemelas (ese símbolo del orden económico mundial del que se sirvió Joseph Beuys en Cosmos y Damian, 1974).

Quizá debamos resignarnos a que ya no haya más paraísos que los fiscales; pero el reconocimiento del cinismo imperante que se señala en esta exposición, no deja de cumplir con una obligación cívica. Al fin y al cabo, este proyecto también podría ampararse bajo el motto de uno de esos paraísos: “El amor por la libertad nos trajo hasta aquí”.    

Isabel Garnelo, Don’t Mess With The Mon[k]ey, Casa Fuerte de Bezmiliana, Rincón de la Victoria, Málaga. Del 2 de agosto al 6 de septiembre de 2013.

 

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