ARQUEOLOGÍAS DE LO ÍNTIMO
María Álvarez
Excavar en la memoria. Abrir un yacimiento en los recuerdos. Un instante basta para sacudir los cimientos de cada historia personal. Un aroma, un sonido, una imagen fugaz… cualquier estímulo puede constituir el resorte que active evocaciones de un pasado más o menos reciente. Sin aspavientos ni confesiones, el diario íntimo de una vida puede manifestarse en una visión concreta más o menos perfilada que cada cual moldeará según sus vivencias. A veces tomará la forma de un rostro, otras la silueta de un objeto, incluso la melodía de una voz… pero siempre construirá la narración más importante del ser humano: su autobiografía.
Así, Arqueologías de lo íntimo se adentra en la memoria personal de dieciséis artistas. Dieciséis mujeres que desnudan ante el público un recuerdo decisivo, una anécdota en mayúsculas que les ha acompañado en su proceso vital y creativo durante años. Dentro del concepto “exposición colectiva”, cada una de ellas, individualmente, reflexiona sobre un episodio personal y nos muestra un retazo de su pasado. Como ocurre en los sueños, en este recorrido narrativo hay cabida para casi todo: pensamientos privados, espacios reconstruidos, personajes anónimos, momentos congelados en el tiempo, objetos con nombre propio… cualquier elemento rescatado de otras épocas puede convertirse en protagonista precisamente por haber sobrevivido al olvido. También existe libertad en los soportes, porque cualquier lenguaje es válido si comunica la esencia del testimonio elegido.
El grabado será la técnica elegida por Mikaela Secada (León, 1977) para condensar en “Proyección” y “Sin ti no soy nada” un catálogo de aquellas emociones tradicionalmente consideradas negativas: el miedo, la ira, los celos y todos aquellos sentimientos que avergüenzan al ser humano precisamente por inevitables.
María José Redondo (Valladolid, 1963), Helma Michiels (Holanda, 1964) y Yolanda Dorda (Barcelona, 1974) convierten al cuerpo femenino en el centro de sus recuerdos. A través de varios retratos pictóricos, invitan al espectador a conocerlas mejor a través de cuerpos que no son sino una metáfora inquietante de sí mismas y su propia historia. Ellas, sus rostros, sus manos, sus siluetas desnudas y el reflejo de cómo las vivencias psicológicas pueden reflejarse en su apariencia física se convierten en las protagonistas de sus recuerdos. Casi a modo de performance, artistas y espectadores confluyen en estas pinturas para aunar en un solo acto, memoria, creación y observación.
Encarna Mozas, Conchi Mendoza, 1992-1997. Fotografía
Más intimistas resultan las fotografías de Miriam Vega (León, 1980), Encarna Mozas (Modamio, 1969) y Carolina Cruz (La Coruña, 1981). La enfermedad, el dolor, la soledad y el paso del tiempo, así como las huellas que dejan en la piel, invaden sus obras como personajes reales de historias propias y ajenas. Las heridas emocionales se expresan de forma evidente mediante distintos procedimientos: diluyendo las formas hasta convertirlas en cuerpos desmembrados, como en el caso de Miriam Vega, concentradas en el rostro austero de una anciana leonesa que atesora en su memoria abandonos y tristezas a la que homenajea Encarna Mozas, o resumidas en versos y fotografías anónimas que hablan del paso del tiempo por boca de Carolina Cruz.
Bego Santiago, Retrato de familia, 2009. Vídeo digital monocanal
Instalación y vídeo son los formatos elegidos por Marina Núñez (Madrid, 1966), Carme Nogueira (Vigo, 1970), Antía Moure (Monforte de Lemos, 1981), Bego Santiago (Santiago de Compostela, 1980), Ana Gesto (Santiago de Compostela, 1978), Yolanda Herranz (Barakaldo, 1957), Aurora Sacristán, María Lescún (León, 1984) y Elena Gaztelumendi (Ponferrada, 1980). Algunas de sus obras conceden el protagonismo a la mujer, como en el caso de “Retrato de familia” (Bego Santiago), “Ingenio” (Marina Núñez), “Hasta que volviste” (Antía Moure), “Relatos sobre el origen” de María Lescún o la instalación sin título de Aurora Sacristán. En ellas, se revalorizan los recuerdos femeninos a través de objetos, retratos y escenas donde las experiencias personales de mujeres reales vivas y muertas recobran fuerza para reconstruir la historia de varias generaciones y reivindicar su memoria. Otras, concentran su recuerdo en el papel del ser humano en contacto con la sociedad y el mundo que le rodea. De este modo, Nogueira y Gesto reflexionan sobre el papel del hombre en relación con sus orígenes o sus vivencias profesionales. Por su parte, Gaztelumendi y Gesto aportan una visión más pesimista del hombre actual, cuya identidad como ente físico se ve destruida a través de la comunicación anónima a través de Internet y cuyo cuerpo se muestra como una construcción imperfecta y defectuosa.
María Lescún, Relatos sobre el origen, 2014. Instalación
El yacimiento de los recuerdos alberga simas de profundidad infinita. Una por cada identidad. Por eso, Arqueologías de lo íntimo, en definitiva, no es más que una invitación a adentrarnos en la nuestra, en la que realmente lleva nuestro nombre.
Arqueologías de lo íntimo, Auditorio Ciudad de León. Ayuntamiento de León, Av. de los Reyes Leoneses 4, León. Del 27 de febrero al 27 de marzo de 2014.
Comisarias: Araceli Corbo y Paula Cabaleiro.