Judith Vizcarra, La nostra sang, 2011
BIOGRAFÍAS ROJAS III: NUESTRA SANGRE.
ENTREVISTA A JUDITH VIZCARRA
Kika Fumero
La protagonista de nuestra tercera biografía roja es la fotógrafa catalana Judith Vizcarra (web JV) . Entrar en el número 31 de la Av. Llibertà en Mollet del Vallès, a las afueras de Barcelona, supone adentrarte en un mundo visual por el que te sientes atrapada en seguida, y en donde cerrar los ojos es misión imposible. Te detienes a observar a tu alrededor, y cada fotografía expuesta, cada autorretrato, te cuenta una historia. No puedes más que detenerte a escucharla, porque la fuerza y la magia de cuanto transmite, te envuelven. Es entonces cuando entiendes que allí vive una artista.
Judith Vizcarra nació en 1959 y lleva 36 años de trayectoria como fotógrafa de retrato. Son múltiples y de muy diversa índole los proyectos que ha llevado a cabo; entre ellos cabe destacar El orgullo de la ausencia, una exposición individual que nos muestra la transformación del cuerpo de la mujer a través de una intervención como la mastectomía, impuesta por una enfermedad: el cáncer.
Otro de sus proyectos más fascinantes es ¿Dónde están las mujeres?, que está estrechamente vinculado con el trabajo sobre el que nos centraremos en esta entrevista. ¿Dónde están las mujeres? reivindica las aportaciones que tantas y tantas mujeres han dado a la ciencia y las artes y, sin embargo, han sido invisibilizadas y anuladas durante siglos por las distintas culturas. Fruto de ello es la enorme falta de referentes femeninos que padecemos. En este trabajo fotográfico, J. Vizcarra se apoya en el cuerpo de las mujeres para exaltar “nuestras lágrimas de sangre que lloran la identidad confusa, desaparecida y perdida”.
Afortunadamente para quienes la seguimos y la admiramos, en la vida de Judith Vizcarra llegó el momento en que decidió centrar gran parte de sus proyectos profesionales en aquellos que nos tuvieran como protagonistas a nosotras, las mujeres. Y de ese impulso nace Nuestra Sangre. La artista nos cuenta cómo la menstruación crea mucho rechazo, lo que ha despertado su interés y le ha hecho tomar consciencia del trabajo que aún queda por hacer en este terreno. Resalta Judith Vizcarra cómo las distintas sociedades androcéntricas, apoyadas por las religiones, han intentado siempre anular por todos los medios el desarrollo de lo femenino. A partir de esta reflexión, decide ponerse manos a la obra y cargar su arma más potente: el objetivo de su cámara.
La finalidad de este proyecto artístico –en el que personalmente he tenido la inmensa suerte de participar– pasa también por mostrar, a través de la fotografía, la realidad tal cual es. La autora es consciente del poder visual de este arte y de que sus imágenes pueden dañar, por tanto, la sensibilidad de algunas personas; pero no deja de ser la vida misma, el espejo de una realidad cotidiana.
Judith Vizcarra, La nostra sang, 2011
KF- ¿Cuál fue tu trayectoria hasta llegar a este trabajo cuyo protagonista es la menstruación? ¿Cómo nació?
JV- Tengo 36 años de trayectoria como fotógrafa de retrato. He realizado diferentes proyectos a lo largo de mi carrera profesional hasta que decidí centrarme en proyectos de fotografía que den voz a las mujeres. La menstruación en el caso de mi proyecto crea mucho rechazo, incluso entre las propias mujeres. Esto me interesa. Este trabajo nació a partir del autorretrato como un mecanismo para profundizar en ese misterio que implica el desconocimiento del propio yo.
KF- ¿Qué artistas y corrientes feministas te han influido?
JV- Hay diferentes fotógrafas de quienes admiro su trabajo con respecto a la distancia o incomprensión entre los diferentes géneros. Cindy Sherman es una de ellas, por ejemplo.
KF- ¿De dónde surge el título que introduce este trabajo tuyo?
JV- Nuestra Sangre, el título no puede ser más explicito y, sin embargo, las sociedades andrócentricas han ignorando desde siglos y siglos las necesidades de las mujeres.
KF- ¿Cuál es la finalidad de tu obra? ¿Qué has pretendido transmitir con ella?
JV- La finalidad de la obra es normalizar, asumir con naturalidad nuestra propia naturaleza, sin disimularla, amándola y dignificándola. La visión artística como medio para expresar una realidad que las sociedades pasadas y presentes han obviado y siguen obviando.
Judith Vizcarra, La nostra sang, 2011
KF- Abordar un tema tan invisibilizado y controvertido como es la menstruación de las mujeres no es tarea fácil, ¿qué impacto ha tenido en el público? ¿Alguna anécdota (positiva y/o negativa) que destacar?
JV- ¿Lo más chocante? Pues, sin duda, el rechazo de muchas mujeres con respecto a la finalidad del proyecto.
KF- Descríbenos dos de tus fotografías más preciadas con el fin de sensibilizarnos de primera mano contigo.
JV- Para mí lo más curativo y dignificante –y en apariencia contradictorio– es mi propia representación en el autorretrato. Es entonces cuando me siento más libre, mostrando lo controvertido de mí misma. Y luego experimentar el rechazo que sienten las miradas enfermas que no aman su cuerpo, su naturaleza.
KF- Ya has comentado que te autorretratas en algunas de tus fotografías, ¿cómo definirías tu relación personal con tu menstruación durante y tras la realización de este trabajo?
JV- Estoy practicando el autorretrato en una etapa de mi vida en que son mis últimas menstruaciones, en plena entrada en la menopausia. Lo vivo como una auténtica tarea que debo realizar, con el fin de que las mujeres se comprendan más a ellas mismas en el futuro.
Nuestra Sangre es un proyecto abierto a todas aquellas mujeres de todas las edades que quieran y deseen participar como modelos o aportando sus propias reflexiones personales, textos, poesías… Judith Vizcarra, más allá de ser una gran profesional, es un ser con una calidez humana tal que traspasa también su objetivo, una calidez que inmortaliza inevitablemente cada vez que captura la naturaleza más íntima de un cuerpo desnudo.
Judith Vizcarra, La nostra sang, 2011