Elly Strik, Hijgende Kraai (Cuervo jadeante), 1992. Óleo y laca sobre papel. 201 x 319 cm.
Colección Van AbbeMuseum, Eindhoven
ELLY STRIK. FANTASMAS, NOVIAS Y OTROS COMPAÑEROS
Desirée Martínez Beltrán
Los fantasmas de Elly Strik (La Haya, 1961) deambulan entre la luz y la oscuridad, entre el pasado y el presente, en “un laberinto en el que ninguna decisión conduce a un lugar seguro”, como nos avisa un poema de Ben Okri, La entrada, al comenzar la exposición. Hay en los dibujos de la artista neerlandesa –alrededor de cien realizados en óleo y lápiz sobre papel que alternan monumentalidad y un carácter más íntimo– un aire místico, ancestral, monstruoso y erótico al mismo tiempo, bañados en tonos pasteles y dotados de numerosas referencias a artistas pasados, literatura clásica y a las teorías de Charles Darwin y Sigmund Freud.
Por un lado, se aprecia la tradición surrealista de máscaras y disfraces que se remonta a René Magritte y el trabajo de los simbolistas belgas como Fernand Khnopff y Leon Spilliaert en el trato de las líneas, los colores y en la misma obsesión por las femmes fatales –la obra Speak woman, what shall I give you? (Habla mujer, ¿qué quieres que te dé?, 2004) hace referencia a la pregunta que Herodes planteó a su hija Salomé, cuya respuesta era evidente: la cabeza de San Juan Bautista– y por la representación de otras figuras literarias femeninas como Ofelia.
Por otro lado, Strik –ferviente admiradora de Goya– dedica una serie inspirada en la atmósfera de la Ermita de San Antonio de La Florida y en los dibujos del Museo del Prado llamados Espejos Mágicos. La atracción de la artista reside fundamentalmente en que Goya –citando sus propias palabras– “no tuvo miedo de ver”. Nuestro artista español supo representar aquello que vieron sus ojos, la historia de su tiempo, sin temor ni remordimientos. Ver, mirar, observar son conceptos claves en la obra de Strik. No es solo el espectador el que mira las obras, sino que las obras nos miran a nosotros, nos hablan y casi nos tocan. Como un fantasma en la noche nos interrogan: When you read this, my dearest, I am near you (Cuando leas esto, querido mío, estaré cerca de ti, 2001), y los títulos hacen partícipe la mirada del visitante: Your look will give the angels strength (Tu mirada dará fuerza a los ángeles, 2001-2010) –aludiendo aquí al Arcángel Rafael en el prólogo del Fausto de Goethe– o en Your Portrait (Tu retrato, 2007).
Elly Strik, Ophelia, 2001-2008. Lápiz, laca y óleo sobre papel. 231 x 168 cm
La mayor parte de las obras que encontramos en la muestra son retratos, rostros muchas veces ausentes de rasgos que están observándonos. Así, en la serie cuyo título parece hacer referencia a la obra de George Bataille, Historia del ojo, los ojos y las formas ovaladas se convierten en metáforas sexuales. Otras veces son rostros escondidos tras una máscara o un velo que juegan a revelar y ocultar, a cubrir las identidades de género y a elogiar la ambigüedad o, incluso, el hermafroditismo: la unión de los sexos femenino y masculino, transgrediendo los roles de la identidad sexual. En este sentido, también existen novias que se fertilizan y se casan con ellas mismas. O Goya se casa con Goya.
Elly Strik, The Bride Fertilized by Herself (La novia fertilizada por ella misma), 2007-2008. Óleo, laca y grafito sobre papel. Colección Antoine de Galbert, París
Las máscaras de las figuras son de gorilas, haciendo un guiño a las Guerrilla Girls –colectivo de artistas feministas que nació en Nueva York en 1985–, y aludiendo a esa idea de lo animal, salvaje y primitivo que es inherente al ser humano, además de jugar de nuevo con la identidad: los personajes, ¿son mujeres u hombres? En estas obras la propia artista actúa como modelo poniéndose la máscara de gorila, convirtiéndose en un triunfo –desde una perspectiva freudiana– sobre el miedo al instinto. El trabajo de Strik gira en torno a la búsqueda de la condición de la humanidad (Darwin) y a las teorías del sueño, el inconsciente y el triunfo del “ello” de Freud –de ahí que Elly Strik firme como ES, “ello” freudiano en alemán.
Vista de sala de la exposición. Fotografía: Joaquín Cortés/Román Lores. Archivo fotográfico del MNCARS, 2014
Cada uno de estos temas están representados con un gran erotismo, la misma artista dice que “el erotismo forma parte de nuestro cuerpo y yo trabajo con mi cuerpo”. Sensualidad y energía brotan en cada línea, la cual acaba convirtiéndose en cabello o vello púbico. De nuevo, Strik nos acerca a esa idea primitiva y salvaje del ser humano.
Elly Strik, Universal String (Cuerda universal), 2011. Lápiz de color, laca y óleo sobre papel. 205 x 280 cm
Los fantasmas de Elly Strik, en definitiva, son novias y son compañeros de la propia artista que dialogan sobre el amor, la muerte, el dolor, el miedo y el placer. Temas que apelan a la intimidad, pero que unidos al concepto de identidad convierten la obra de Strik en un claro manifiesto social. Como dice otro de los poemas de Ben Okri: “Es el momento oportuno para rehacer la historia del hombre”.
Elly Strik estudió en la Academia de Artes Visuales Minerva, en Groninga y en el Instituto de posgrado Jan van Eyck de Maastricht. Su obra se ha mostrado en museos e instituciones de diversos países y ha pasado a formar parte de colecciones públicas y privadas como el Stedelijk Museum de Ámsterdam. Actualmente vive y trabaja en Bruselas e imparte clases en la Real Academia de Artes Visuales de La Haya.
Elly Strik, Fantasmas, Novias y otros Compañeros, Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid. Del 22 de enero al 26 mayo de 2014.