Hanne Darboven, El tiempo y las cosas. La Casa-Estudio de Hanne Darboven.
Vista de sala. Archivo fotográfico del MNCARS
HANNE DARBOVEN. PERPETUAR EL TIEMPO Y LAS COSAS
Desirée Martínez Beltrán
El tiempo y las cosas, el trabajo y la vida de Hanne Darboven (Múnich, 1941 - Hamburgo, 2009) es justamente lo que encontramos al adentrarnos en la adaptación de su casa-estudio de Am Burgberg, donde la artista alemana vivió prácticamente toda su vida, exceptuando los dos años que pasó en Nueva York (1966-1968).
Aunque corta, su estancia neoyorquina fue esencial para su trayectoria. Allí conoció a los conceptuales y minimalistas que dominaban la escena artística del momento y elaboró sus llamadas “construcciones”: dibujos geométricos a lápiz sobre papel cuadriculado. De los planos de construcción pasó a las secuencias numéricas: “Los números son el medio más simple para la transcripción de mis ideas”, diría la artista.
A su vuelta de Nueva York, inició su trabajo sobre calendarios y fechas. En los primeros anotaba citas, fechas de aniversario, viajes, etc., además de acompañarlos de imágenes desde finales de los setenta: postales, fotografías e imágenes publicitarias. En su obra Amanecer/Anochecer, Nueva York (1984) se percibe claramente: 385 dibujos con postales pintorescas del pasado de Nueva York que representan un periodo de tiempo (el año 1984) de su vida y obra, evocando nostalgia. Por otra parte, realizó “cálculos de fechas”: proceso que consistía en la suma de los dígitos de la fecha actual –de la que surgían numerosas variantes– y al que denominaba “prosa matemática”. Este trabajo puede recordarnos a la obra de On Kawara, pues de manera equivalente ofrece un sistema para representar el tiempo, concebido como el flujo continuo de la vida.
Desde 1980 Darboven traduce sus “cálculos de fechas” a estructuras musicales estableciendo un número a una nota musical. El resultado se puede ver –y escuchar– en la sala dedicada a la música, donde además del audio y los pentagramas se encuentra la adaptación de una de las mesas de su casa-estudio cubierta de diferentes instrumentos musicales. La artista decía que todo su trabajo era fruto de la música, pues “todo fluye [en ella]”.
Hanne Darboven, El tiempo y las cosas. La Casa-Estudio de Hanne Darboven.
Vista de sala. Archivo fotográfico del MNCARS
Aparte de los números, su otra afición fue la escritura –se consideraba antes escritora que artista visual–. En 1971 creó su primera obra de texto: La Odisea de Homero, que copió a mano. Desarrolló el proceso de copiar y/o citar obras literarias y filosóficas (Baudelaire, Borges, Sartre, Simone de Beauvoir, Walter Benjamin, entre otros), siempre interesada en el proceso de apropiación como experiencia.
Tanto las repeticiones en serie, las filas de números y los textos establecen una estructura creada de forma mecánica y racional, la cual le permitía –como ella misma decía– “escribir sin describir”, no dotar a la obra de un significado más allá del carácter o la forma. Es curioso cómo dentro de este aparente orden matemático, su entorno –su casa-estudio– se presente como una acumulación de objetos de diversa índole, excéntricos en algunos casos –juguetes, maniquíes, libros, artesanía africana, animales disecados, portarretratos, etc.–, a modo de gabinete de maravillas o curiosidades. Estas “cosas” nos hablan también del tiempo, en cuanto a su acumulación a lo largo de los años y en cuanto a que poseen una historia pasada: la mesa de carpintero que utilizó en su estudio de Nueva York, la mesa de su padre, regalos de amigos artistas, objetos comprados o encontrados en algún lugar remoto…
Hanne Darboven, El tiempo y las cosas. La Casa-Estudio de Hanne Darboven.
Vista de sala. Archivo fotográfico del MNCARS
El trabajo y las pertenencias de una vida en un mismo lugar y con un factor común: la obsesión por el paso del tiempo, el cual Darboven intentaba perpetuar, ya fuese a base de repeticiones textuales, secuencias numéricas o acumulación de “cosas”. El miedo a la pérdida y el olvido, finalmente.
El tiempo y las cosas. La casa-estudio de Hanne Darboven, MNCARS, Madrid. Del 26 de marzo al 1 de septiembre de 2014.
Comisario: João Fernandes.
Colaboran: Deichtorhallen Hamburg – Sammlung Falckenberg y Fundación Hanne Darboven.