Con el título El corazón no es una metáfora, la retrospectiva de Robert Gober en el MoMA reconoce la importancia de su obra intimista, marcada por lo siniestro y la estética de la abyección que planteó Julia Kristeva en sus Poderes del horror.
Miembros huérfanos adheridos a habitaciones empapeladas y elementos sanitarios cuyos orificios parecen interrogarnos son algunas de las penetrantes imágenes que Gober hizo emerger desde los años ochenta del siglo XX. Comisariada por Ann Temkin y Paulina Poboch, que han reunido 130 piezas, sus esculturas e instalaciones hablan de la niñez, la enfermedad, la religión y la sexualidad. Siempre de la piel y de la vulnerabilidad.
Robert Gober, The Heart Is Not a Metaphor, Museum of Modern Art, Nueva York. Del 4 de octubre de 2014 al 18 de enero de 2015.