NOSOTRAS, DE NUEVO
Daniel Soriano Pérez
Se celebra el primer centenario de la Universidad de Murcia y, para la ocasión, el Vicerrectorado de Comunicación y Cultura ha organizado una exposición retrospectiva que recoge la obra de las mujeres que han expuesto de manera individual en las salas de exposiciones de la universidad. Dicha exposición ha sido dividida en dos ediciones por el volumen de trabajos que incluye. Eva Santos, coordinadora de cultura de la Universidad de Murcia, arroja un dato interesante en el catálogo de Nosotras, de nuevo: las exposiciones de artistas mujeres conforman un tercio del total de exposiciones realizadas en los espacios de la UMU. Se trata de un porcentaje muy positivo con el que, no obstante, también se informa de que aún queda mucho trabajo para llegar a la representación igualitaria entre mujeres y hombres –si acotamos la igualdad dentro de un entendimiento binario del género–.
En esta primera muestra del trabajo de mujeres artistas nos encontramos con dieciséis nombres propios: Tatiana Abellán, Aurora Alcaide, Carmen Baena, Virginia Bernal, María José Cárceles, Victoria Chezner, Amparo Fosati, Elva Fuertes Castro, Gloria G. Durán, Eva Pinar, Mar Garrido, Patricia Gómez, María Manzanera, Elis Ortega, Katarzyna Rogowicz y Rosa Vivanco. Por temas de espacio, no es posible hablar de la obra de todas ellas, por lo que se ha abogado por realizar una pequeña selección de las artistas:
Tatiana Abellán, Love Letters, 2014
Love Letters de Tatiana Abellán: cuatro cartas intervenidas, borradas selectivamente y acompañadas de fotografías igualmente intervenidas, en las que es posible leer la frase que Tatiana Abellán ha querido dejar en la carta a la que acompaña. You are back with me, reza una de ellas. No conocemos el criterio de la artista para seleccionar esas frases, pero no es momento, al menos por ahora, de acercarse con afán científico a la obra de Tatiana Abellán. Toca dejarla actuar como lo hace nuestra memoria, rara y disfuncional, que recuerda los fragmentos caprichosos de nuestras vivencias y nos priva de otros que quizá sean los que, en realidad, queremos conservar.
Gloria G. Durán, La Chelito en mantillas I, 2014
La Chelito en mantillas, una pieza de Gloria G. Durán. Se trata de un retrato pintado sobre un mantel, un elemento “femenino”. La mujer retratada –si nos aventuramos– es Consuelo Portella, la Chelito, como la conocían. Esta mujer fue pionera era cantante de cuplé a principios del siglo pasado y pionera en el cuplé picaresco en una España muy restrictiva con los derechos de la mujer (a excepción de la II República). Fue un personaje bastante popular, pero ahora ha caído en el olvido. Gloria G. Durán la recupera del pasado y nos la presenta en una obra histórico-feminista, recuperando una antigua figura que defendía la libertad de las mujeres –incluida la sexual– y la disfrutaba.
Aurora Alcaide, Feelgood Damasco verde 1-4, 2014
Continuando con la selección, seguimos con la obra de Aurora Alcaide: Feelgood Damasco verde 1-4 (2014), de Aurora Alcaide. Un jardín de interior, fácil de contemplar y de manejar, guionizado por el ser humano para su uso y disfrute, que no da cabida a la naturaleza. Aurora Alcaide usa la fotografía de terceros sobre espacios naturales y las interviene pintándolas y haciéndolas suyas. El gesto de Aurora Alcaide es bastante cotidiano: reduce la naturaleza a un mero elemento decorativo, a un mero símbolo que acaba siendo un estampado textil algo barroco que evoca la época en la que la naturaleza se redujo a la pura geometría y belleza, renunciando así totalmente a su esencia. Encontramos reminiscencias de Hameau de la Reine, una pequeña aldea –quizá más cercana a un decorado–, que María Antonieta mandó construir en Versalles en el siglo XVIII. En esta aldea la vida estaba dulcificada: no había malas hierbas, el gallinero no olía mal… todo estaba bajo el gobierno de la mano del hombre y, sin embargo, tenía que aparentar todo lo contrario. Naturaleza y territorio al servicio del ser humano.
Carmen Baena, Paisaje nevado, 2013
De Carmen Baena nos encontramos con Paisaje nevado, un metapaisaje: la artista crea, con un pedazo de paisaje la piedra, otro paisaje nuevo, una suerte de suiseki, un arte japonés de construcción de miniaturas de paisajes a partir de piedras sin adulterar. Una búsqueda de la intimidad a través del paisaje. Es inevitable pensar “si pudiese estar ahí, podría respirar” cuando tienes frente a ti una pieza de Carmen Baena. Cada elemento y cada grafía tienen un significado. La casa: el bastión personal, lo humano y fabricado; el árbol: la naturaleza, el elemento quasi dominado que da vida y alimenta; y el vasto paisaje: un espacio onírico, la naturaleza que nos contiene, a la que intentamos dominar y la que termina dominándonos. Nosotros somos el paisaje y el paisaje es nosotros. Si Aurora Alcaide hablaba del paisaje salvaje contenido y dominado por el hombre, Carmen Baena habla del paisaje salvaje que contenemos y que somos.
Victoria Chezner, S/T (Proyecto: Wormhole), 2015
Para finalizar, una caja de luz: se trata de S/T IV (Proyecto: Wormhole), de Victoria Chezner, donde el soporte de la pintura se recompone a sí mismo como tejido por un telar, formando un juego de opacidades en el paisaje. Para Victoria Chezner, el paisaje no empieza y termina en el cuadro; el entendimiento del territorio es una base fundamental en la obra de Chezner. No busca una belleza efímera en el espaciotiempo que hay que plasmar en el lienzo, busca una compresión a distintos niveles del paisaje: desde su influencia en el hombre, a su comportamiento como individuo y conservación de la biosfera. Su obra es una ventana a la educación del ser humano y a la apreciación y cuidado del medio que nos rodea.
Quedan obras en el tintero, pero no podemos excedernos más. Concluiremos afirmando que conseguir un tercio de exposiciones exclusivas de artistas mujeres es un buen logro y el mérito es de las mujeres que hemos visto en esta exposición, de las que vamos a ver en la segunda edición y de las que, en un futuro, veremos. Son mujeres que quieren hacerse hueco en un mundo dominado por hombres, en cuyas facultades y escuelas de arte, sin embargo, predominan ellas. Poco a poco y contando con el esfuerzo de mujeres y hombres se conseguirá una igualdad de género –binario–. Pero no hemos de cegarnos con la promesa de la igualdad. Nosotras, de nuevo, no trata sólo de ello, sino que también nos muestra un desglose de las mujeres artistas principalmente murcianas o residentes en Murcia, gracias a las que podemos encontrar diferentes mundos y maneras de entender el arte y la producción artística: intervenciones, esculturas, ilustración, pintura, arte figurativo, abstracción… La calidad, mayor o menor, ya no importa tanto como el hecho de que detrás del pincel ya no haya un hombre.
Señoras y señores: el falo ya no es tendencia.
Nosotras, de nuevo (1a edición), Sala ESUM, Paraninfo de la Universidad, Campus La Merced, Murcia. Del 17 de marzo al 8 de mayo de 2015.