Petra Pérez junto a la obra de Esther Ferrer, dotación del Premio MAV 2014
ENTREVISTA A PETRA PÉREZ, DIRECTORA DE GALERÍA VANGUARDIA
María José Aranzasti
Todos los que conocemos a Petra Pérez, de figura menuda y delgada pero de la que se desprende y emana una gran fuerza y tesón, nos alegramos del premio MAV 2014 −concedido el pasado mayo− como directora de la Galería Vanguardia. Petra ha sido la aventurera que ya hace más de tres décadas emprendió una hazaña apasionada, la del compromiso con el arte contemporáneo y con los artistas. Por ello, reconocemos su valía al frente de su galería, por haber alcanzado una trayectoria sólida y comprometida con la sociedad de su tiempo.
Petra ha tenido que capear y luchar contra los potentes temporales que la crisis ha ocasionado, hasta llegar a verdaderas situaciones límite de las que ella, al igual que otros muchos galeristas, verdaderos corredores de fondo, han sabido y podido finalmente sortear, siempre desde la responsabilidad y la constancia sin tregua.
La Galería Vanguardia, situada junto a las altivas torres gemelas de Arata Isozaki, desafiantes y modernas, donde se ubicaba el Depósito Franco de Uribitarte y también al lado del Palacio Ibaigane, hoy sede oficial del Athletic Club, que enlaza con el Bilbao industrial emprendido por el naviero Ramón de la Sota, ha sabido evidenciar su propio nombre de vanguardia y de contemporaneidad en un espacio de luz diáfana y de altos techos. Hoy, galería convertida en un referente del trabajo disciplinado y honrado.
Serán ya unas 200 exposiciones las realizadas, ofreciendo todo un programa y servicio cultural que también se ha extendido fuera del ámbito de la Alameda Mazarredo, porque Petra, con su Galería Vanguardia, se ha proyectado en el exterior: en la feria de ARCO de Madrid, en Loop en Barcelona, en Forum de Berlin, en las ferias de Colonia y Bruselas, favoreciendo lo local y lo autóctono a la vez que viviendo lo global y lo foráneo.
¿Cómo fue la idea en origen de abrir una galería de arte contemporáneo?
Lo de abrir la galería fue una idea colectiva, cuando yo estaba en la Facultad de Bellas Artes y había muy poco arte contemporáneo en Bilbao. Mis compañeros y yo veíamos esa necesidad.
¿Y la acogida?
La entrada de la galería dedicada al arte contemporáneo no tuvo una buena acogida entre los demás galeristas de entonces, incluso alguien me llegó a decir que no reconocía como artistas a los que yo presentaba y que mis artistas “ensuciaban los lienzos”.
Abrí la galería en la calle Urquijo de las Arenas en 1984 y, al año y medio, me trasladé a esta nueva ubicación, en la que llevo ya 31 años, en un momento en el que cerraba Sol Panera, que luego volvió a abrir y cuyo apoyo fue entonces fundamental.
Los principios, que fueron duros en el sector del arte contemporáneo, ¿cómo pudieron encauzarse?
Sí, la verdad es que los primeros años fueron duros. Yo creo en las asociaciones, en ayudar, en los grupos, en las puestas en común: en lo colectivo. Precisamente los esfuerzos en conjunto son los que pueden sacar adelante las cosas.
En vez de hacer un estudio de mercado hice un estudio de necesidades artísticas. Ahí se encuentra mi error o mi acierto, afirma Petra riéndose.
Un momento importante fue la creación de AGACE, la asociación de Galerías de Arte Contemporáneo de Euskadi.
¿Alguna exposición provocó cierto escándalo?
Escándalo no, pero una instalación muy sonada fue la de Ricardo Catania en 1985, piedras de cantos rodados y varillas naranja fosforescentes en las que se especificaba el peso de cada una de las piedras. La primera instalación que hice en la galería.
¿Quiénes fueron tus primeras mujeres artistas?
Begoña Usaola y Gentz del Valle son las mujeres artistas vascas que llevan conmigo desde el año 1985; luego vinieron otras artistas, como Barbara Hess, Marisa González, Juana Cima, Helena Mendizábal, Karin Kneffel, Isabel Garay, Tina Haase, Txaro Arrazola, Dorothea Von Elbe, Ana Ostolaza, Andrea Baumgartl, Rut Olabarri, Lourdes Fisa, Andrea Nacach, Pilar Soberón, Maggie Cardelus, Jane Hammond, Asunción Goikoetxea, Concha Argüeso, Marion Thième, Esther Ferrer, Mabi Revuelta, Elena Asins, Bárbara Rueda, Pilar Soberón, Concha Argüeso, Cristina Lucas, Ana Malagrida, Concha Jérez, Elena Blasco, etc. (ver listado completo de artistas en la página web).
Siempre has comentado que conectas con tus artistas, ¿este proceso cómo se produce?
Me conecto con las obras de muchas de mis artistas. Además de las dos primeras citadas me identifico mucho con sus obras, como con las de Marisa González, que exponía con la galería Ariza, que luego cerró y vino conmigo, con las de Txaro Arrazola, Elena Asins, Mabi Revuelta, y me encanta la obra de Louise Bourgeois.
Soy, lo reconozco, exigente, no me gustan los artistas complacientes; en el arte contemporáneo no hay nada ingenuo ni gratuito.
El décimo aniversario de la Galería Vanguardia lo celebramos también con una exposición de artistas mujeres, y lo mismo hice dentro del Festival MAV en 2013 con la exposición El hilo conductor, con la presencia de las artistas vascas con las que normalmente trabajo.
El premio MAV 2014 como galerista ¿qué te ha supuesto?
Me ha hecho mucha ilusión, la verdad. No necesito poseer muchas cosas, pero la obra que nos ha regalado a las premiadas de este año Esther Ferrer, una artista a la que admiro, es fantástica.
Tu galería está en Bilbao, en el País Vasco, ¿cómo ves la situación?
Ha habido a lo largo de los años situaciones muy despectivas en relación a los trabajos de las artistas, e incluso alguien me llegó a decir que qué hacia una artista tan buena como Ingeborg Lüscher, qué pinta esta mujer aquí en Bilbao, con este currículum en esta galería (esta artista ya había participado en la Bienal de Venecia con obras, esculturas y fotografías con azufre, ceniza y cigarrillos…). Yo respondía que ya habían expuesto en la galería artistas con una gran trayectoria, siempre ha habido comentarios ofensivos.
Es necesario que existan galerías de arte contemporáneo fuera de los grandes núcleos urbanos como Madrid y Barcelona. Por eso son importantes las galerías de provincias, las de la periferia. La gente tiene derecho a ver en sus localidades, a disfrutar de obras interesantes, por eso yo no me he ido.
¿Cuál es uno de tus objetivos primordiales, fuera de la venta de obras?
Desde luego, abrir para que la gente vea y que vaya aprendiendo. Yo aprendí de Sol Panera. A mí me gustaría dejar el testigo a otra persona, que continuase comprometida con el arte. Yo formo parte de una posición más sostenible que rentable, claro, eso no quiere decir que eso deba ser así.
He formado parte del arte, nunca me consideré artista, pero fui a BBAA para conocer y aprender por qué los artistas crean, y qué es lo que dicen con sus obras. He querido conocer y ahora conozco el arte desde las tripas. Una vez que entré en este mundo del arte, no he podido salir de él. Siempre he tenido la imperiosa necesidad de formar parte del mundo del arte contemporáneo. Estar junto a los artistas me ha servido para crecer como persona.
El arte es comunicación, es conocimiento, ¿qué te faltaría conseguir, o qué te gustaría conseguir?
Conseguir un público más concienciado, más culto, más curioso sería la palabra más exacta… La curiosidad lo mueve todo, la monotonía me cansa.
El paisaje más maravilloso, si siempre es el mismo, deja de ser para mí interesante. Me gustaría poder conseguir unas verdaderas políticas culturales, una verdadera democracia artística.
En cuanto a las reivindicaciones de MAV y de Plataforma A respecto a la Igualdad.
No sé si vamos a conseguir alguna vez acabar con la discriminación, pero hay que seguir y seguir… También hay que conseguir que al artista se le considere más, al igual que ocurre en otros países europeos, que consigan un mayor respeto y reconocimiento.
¿Cúal dirías que es el estilo Petra, tu sello personal en esta galería?
He querido formar parte de este sistema y he logrado un compromiso con el arte, con su sector, he formado parte de asociaciones, he organizado diversas actividades culturales en la galería, conferencias y mesas redondas… Creo en lo que hago.
Fui a ver lo que les interesaba a los artistas. He ido aprendiendo, he ido ampliando mis conocimientos en el mundo del arte y del mercado, siempre con dignidad y transparencia.
¿Con qué colegas te identificas?
Con Soledad Lorenzo, Juana de Aizpuru y Evelyn Botella. Juana Mordó fue la pionera en este campo.
¿Qué es necesario para poder llevar una galería?
Mantener siempre el compromiso con el artista, apostar también por los más jóvenes, por lo local y también poder mostrar la internacionalidad. Siempre he tratado al arte con respeto, potenciando su gran valor cultural.
Como déficit, una mayor soltura con los idiomas, me defiendo, pero me hubiera gustado dominar 3 idiomas con seguridad.
Ver más información de la Galería Vanguardia: http://www.galeriavanguardia.com/
Algunas opiniones de artistas y colegas:
MARISA GONZÁLEZ, ARTISTA:
Retrato subjetivo de la artista Marisa González
“Persona muy cercana, colega, honesta, plural y muy humana. Siempre aboga por mejorar su entorno, en equipo».
GENTZ DEL VALLE, ARTISTA:
«Petra Pérez es una galerista que ha apostado por una línea personal de trabajo diferente a las demás galerías, ya que ha sabido conjugar el trabajo de artistas extranjeros y nacionales, siempre con una alta exigencia de calidad, apoyando a artistas locales, entre los que no hacía distinciones por su género ni por su nivel de reconocimiento previo, lo que quiere decir, en definitiva, que ha valorado el trabajo de los artistas antes que otros factores, algo nada habitual. La fidelidad a su planteamiento la hace destacar en un mercado sin escrúpulos como es el artístico».
ASUNCIÓN R. MONTEJANO, ARQUITECTA URBANISTA Y EMPRENDEDORA CULTURAL:
«Tuve la suerte de conocer a Petra en un foro de cultura y ciudad que auguraba una relación larga por intereses compartidos. Este encuentro desencadenó una colaboración profesional donde su intuición y entusiasmo fueron decisivos e inspiradores. Este trabajo me ha permitido disfrutar de su rigor y generosidad y admirar la curiosidad, inconformismo y rebeldía, de la que hoy considero mi amiga y a quien deseo todos los éxitos».
ROSA AGUILETA, PROFESORA DE BACHILLERATO DE ARTES:
«Petra y yo fuimos compañeras en la facultad de Bellas Artes. Ella llegó a la carrera con una trayectoria profesional y una experiencia de vida que el resto debíamos encontrar y vivir. Siempre fue una persona cercana y de una vitalidad desbordante y contagiosa.Su trayectoria posterior como galerista ha sido inestimable para muchos de aquellos compañeros y compañeras que iban a dedicarse al mundo del arte desde su labor como artistas, por su apoyo en la difusión y conocimiento de sus obras. Y, también, para muchas de nosotras que nos dedicamos a otras actividades como la docencia, permitiéndonos por su trabajo divulgativo y didáctico, seguir al día de lo que se cuece en el mundo del arte actual. Y siempre ahí, igual de cercana y con la misma alegría y fuerza de voluntad de entonces».
TXARO ARRAZOLA, ARTISTA:
«Para Petra Pérez las artistas o los artistas no estamos hechos en serie, sino que somos singulares y trata a cada una o a cada uno respetando su especificidad, es sensible a ello porque conoce el arte desde dentro. Creo que hay una diferencia muy grande entre ella y otro tipo de galeristas, quiero decir que antes que economista o art-dealer, Petra es licenciada en Bellas Artes, para mí eso es fundamental aunque al mismo tiempo quizá radique también ahí su debilidad, pero sí ratifica el mérito doble que supone haber trabajado sin descanso durante más de tres décadas como galería con una gran calidad expositiva en una ciudad como Bilbao, por verdadero amor al arte».