EN CUERPO Y ALMA. MUJERES ARTISTAS DE LOS SIGLOS XX Y XXI
María José Aranzasti
«Los artistas llevan la vida que más les place sin que nadie les diga nada; pero cuando es una mujer quien lo hace, todos se asombran» (Sonia Delaunay).
Una exposición de mujeres artistas era una asignatura pendiente desde hacía tiempo en la interesante trayectoria de la Sala Kubo del Kursaal en Donostia, desde su andadura en el 2000.
Insistiendo en nuestro slogan de MAV, lo que se mide, se hace, en torno a la visibilización de las mujeres artistas, un leit-motiv reiterativo y del que damos cuenta tanto en los reveladores informes y estudios que aparecen en nuestra web www.mav.org y en nuestra revista www.m-arteyculturavisual.com, nos alegramos que por esta exposición de la Sala Kubo, comisariada por Marisa Oropesa y María Toral, que ha permanecido durante todo el verano, hayan pasado, cuando concluya esta, unas 27.000 personas.
Muchas de estas personas, son seguramente desconocedoras de la existencia de grandes mujeres artistas, con unas trayectorias encomiables por su lucha y tesón, tanto en las vanguardias de principios del siglo XX, como María Blanchard (1891-1932) y Sonia Delaunay (1885-1979), como en la vanguardia de la segunda república, en el caso de Maruja Mallo (1902-1995), que se presentan junto a otras artistas en una primera sala, con un carácter más intimista, y, en la gran sala, junto con las pioneras del arte feminista y político como Nancy Spero (1926-2009), o el activismo de las grandes performers a través de su propio cuerpo en artistas como Esther Ferrer (1937), Marina Abramovic (1946) o Ana Mendieta (1948-1985).
Gorputz eta arima / En cuerpo y alma es un título poderoso y sugerente por todo lo que conlleva, sobre todo si nos remitimos a un pasado no tan lejano en el que se extendió el bulo de que las mujeres no tenían alma.
Pero lo que sí es todavía cierto actualmente, es la discriminación de las mujeres artistas en el sistema del arte, por lo que aún es necesario reivindicar −a través de MAV, de Plataforma A, de esta revista y con otras asociaciones afines nuestros objetivos−, no ya sólo la igualdad en la presencia de exposiciones en las instituciones públicas y, por ende, el cumplimiento de la Ley de Igualdad de 2007, sino lograr también otras cuestiones indispensables, como la adquisición de obras por parte de los museos, que las artistas tengan exposiciones retrospectivas individuales, que haya paridad en la dirección y en los patronatos de los museos y equipamientos culturales, acabar con las exclusiones en los libros de textos, recuperar a mujeres olvidadas y generar referentes para forjar nuevos imaginarios para una nueva apuesta y cambio de valores, etc.
Las 59 artistas que conforman la exposición con 79 obras, en un amplio espectro de modalidades y soportes: instalación, fotografía, pintura, escultura, vídeo y dibujo, se presentan en dos apartados básicos. Una primera sala, En cuerpo y alma, y otro gran apartado, Interior/Exterior, en el que se introduce la visión de la naturaleza en un hilo conductor general, que hay que decirlo, se diluye y no resulta claro, con también algunos altibajos notorios de excelencia artística en la selección de algunas obras. Pero la exposición era y es necesaria.
“Las cartografías del alma −señala Marisa Oropesa− tienen su reflejo en la naturaleza y en los interiores. Si el cuerpo es el continente y el alma es el contenido, podríamos establecer un paralelismo con el paisaje y el interior”.
Hay que subrayar la magia, la fuerza, el poder y los planteamientos y activismos que muchas obras de esta exposición sugieren y suscitan, que hacen indagar y reflexionar sobre cuestiones ya indispensables en la teoría de las artes: el activismo feminista, el discurso de la autobiografías, el poder del cuerpo por parte de la mujer y, en definitiva, las nuevas narrativas.
Ante la imposibilidad de citar todas las obras, establecemos un peculiar trayecto por algunas de ellas:
Mujer acodada en la mesa (1915) de Olga Sacharoff (1889-1967), una obra sutil y poética, de armónicos grises y blancos en un lenguaje de reminiscencias cubistas que nos hace entrar en la intimidad y la melancolía.
Joven con un feto (2005) de Paula Rego sobrecoge por su fuerza pictórica expresionista tan contundente y por la temática del aborto.
Música celestial (1981) de Esther Ferrer, dentro de la serie El libro del sexo, no deja de ser una poesía visual y sonora, de profundo lirismo, en una partitura musical compuesta por un pentagrama en clave de sol y fa, realizado con hilos en el que destaca un velloso pubis.
Las cuatro fotografías de la serie Ellas Filipinas (2010-2012) de la gran artista Marisa González (ver http://www.m-arteyculturavisual.com/2015/03/06/marisa-gonzalez-registros-domesticados-en-tabacalera).
La obra de Marina Abramovic, Skeleton (2005), como nuevas representaciones transgresoras del cuerpo, al igual que la obra de Silueta Works (1976-1978) de Ana Mendieta.
La fuerza del momento sorpresivo, el punctum del que hablaba Roland Barthes en La Cámara Lúcida, que logra Cristina García Rodero en El paje de la Cruz, Abarán (1993), y la poderosa reinterpretación de obras clásicas como la de Almere-Ophelia (2006), de la prestigiosa artista Ellen Kooi, que nos remite a Millais. La sugerente Madonna 2001 que confecciona Dora Salazar con rafia y alambre, como una piel nueva a escala natural de una nueva anatomía.
El juego del lenguaje ante las nuevas narrativas de deconstrucción del género de Cabello/Carceller con la obra No es él de 2007. Las impactantes búsquedas de identidades de Marina Nuñez, como la del vídeo Conexión/Red de 2006 que construye unas desafiantes mutaciones al canon, incluso monstruosas. La seducción barroca y poética de Naia del Castillo, que bucea en el siglo XVIII en las telas de Jouy, en el artificio y el juego como en Seducción (2002).
El paso del tiempo y la nostalgia, como en la silenciosa obra Puerta en cruz (1994) de Amalia Avia, frente a la Música diaria (1941) de la artista conceptual Concha Jérez (http://www.m-arteyculturavisual.com/2014/08/04/concha-jerez-interferencias-en-los-medios), reclamando siempre crítica y reflexión.
El silencio, el recuerdo y la memoria a destacadas poetas en la bella instalación luminosa y sonora de Paloma Navares, Jardín de la melancolía (2008). Temas estos también presentes en la obra de Carmen Calvo Intervalo doloroso (1998), que ha sabido forjar un universo creativo arqueológico muy personal.
Los paisajes sorprendentes de Clara Gangutia, como Tarde en Hernani (2008), los de vivos contrastes como el de Marta Cárdenas, Reflejos en la ventana (1978), y el de la Isla (2003) de Soledad Sevilla y el inquietante y misterioso de Thérèse Oulton, como Strata (2014); el maravilloso y a la vez creador de miedo e incertidumbre como el de la obra Tiergarten, un jardín romántico alemán (2010) de Amparo Garrido, frente a la esencia concentrada y casi sacralizada de la obra La sacerdotisa (2011) de la siempre sugerente y poética artista Pamen Pereira. Y frente a la esencia, el caos del derrumbe, por el exceso de información, en la obra Contemporáneos (2000) de Alicia Martín. Etc.
La exposición se ha visto complementada con dos actividades a reseñar, por su calidad y el interés suscitado: el concierto especial de Nerea Quincoces con la marimba y Maite Sagastibeltz con el txistu, en «Melodías a través del tiempo: compositoras que ponen música al presente» que tuvo lugar el 12 de agosto y dos debates.
«Nuevas formas, nuevas voces. Dos siglos de escritoras» han logrado ser dos encuentros con mucho éxito de participación: «La incorporación de las mujeres a la literatura y sus aportaciones», con la presencia de la poeta y traductora Eli Tolaretxipi y la profesora de la Universidad de Deusto Pilar Rodríguez, y «La situación actual de las mujeres en el mundo literario», con la asistencia de la escritora y editora de Impedimenta Pilar Adón y la escritora Luisa Etxenike, desarrollados el 9 y 10 de septiembre respectivamente.
En cuerpo y alma. Mujeres artistas en los siglos XX y XXI, Sala Kubo-Kutxa, Zurriola 1, Kursaal, Donostia. Hasta el 27 de septiembre de 2015.
Comisarias: Marisa Oropesa y María Toral.
Artistas:
Marina Abramovic, Josune Amunarriz, Almudena Armenta, Elena Asíns, Amalia Avia, María Blanchard, Louise Bourgeois, Cabello/Carceller, Carmen Calvo, Marta Cárdenas, Naia del Castillo, Sonia Delaunay, Victoria Diehl, Esther Ferrer, Gisèle Freund, Menchu Gal, Clara Gangutia, Concha García, Cristina García Rodero, Amparo Garrido, Marisa González, Daniela Gullota, Rebecca Horn, Cristina Iglesias, Berta Jayo, Concha Jerez, Alicia Jiménez, Ellen Kooi, Carmen Laffón, Ouka Leele, Nalini Malani, Maruja Mallo, Alicia Martín, Ana Mendieta, Rebeca Menéndez, María Moreno, Paloma Navares, Marina Núñez, Meret Oppenheim, Thérèse Oulton, Esperanza Parada, Beverly Pepper, Pamen Pereira, Isabel Quintanilla, Alice Rahon, Paula Rego, Olga Sacharoff, Dora Salazar, Amparo Sard, Soledad Sevilla, Cindy Sherman, Kiki Smith, Nancy Spero, Diana Larrea / Tamara Arroyo, Delhy Tejero, Sophia Vari y Darya von Berner.
6 frases de 6 artistas presentes en la exposición En cuerpo y alma:
«Ser una artista feminista no implica ser buena; y al revés, que no lo seas, no quita valor a tu trabajo» (Nancy Spero).
«Me gusta que la pieza te llame, te lleve, te conduzca. Acompañar al espectador en su recorrido, pasear con él, trazar el camino» (Cristina Iglesias).
«El rango de lo ultra feo siempre me ha fascinado. Las cosas consideradas no atractivas e indeseables me han interesado particularmente. Y algunas me parecen realmente bellas» (Cindy Sherman).
«El cuerpo es nuestro denominador común y el encuentro de nuestros placeres y nuestras penas. Con él, quiero expresar quiénes somos, cómo vivimos y cómo morimos» (Kiki Smith).
«Comencé a dibujar a los cinco años. Cuando dibujas puedes hacer lo que quieras, castigar a los buenos, premiar a los malos… La venganza es tuya, dijo el lápiz» (Paula Rego).
«La creatividad no se puede enseñar, es imposible. Debe de existir algo mágico que potenciar para que el artista evolucione solo y aporte algo nuevo y diferente que lo convierta en único» (Rebecca Horn).