La primera individual de Victoria Civera en la madrileña galería Moisés Pérez de Albéniz presenta nuevos recursos para antiguas fijaciones de la artista. Sobre planchas de acero que acogen paisajes abstractos sigue emergiendo la figura solitaria, última versión de la estética romántica bien arraigada en el bagaje de Civera.
En palabras de la pintora: «Los trabajos presentados están divididos en tres bloques: Uno EXTERIOR, de búsqueda, al encuentro, con la esperanza de que suceda algo o, prosiga algo, aún mental, aún imaginario e irreal, utópico, pero revelándose al recinto, y trasmitiendo, aún a costa de devorarse a sí mismo. El paisaje pensado y visto desde afuera, y el paisaje habitado por figuras con pasos en tránsito, que observan, caminan, se sorprenden y se descubren, transformando su interior. El segundo bloque: REFUGIO, o interior en introspección, alude a los espacios de interior y recogimiento, pero también a los escudos protectores y a la choza, al estudio invernal neoyorquino, lugar de lectura, pensamiento y reflexión. Lugar donde habitan luciérnagas encerradas, y donde también habitan las oscuras piedras del deseo e ilusión boreal. Una tercera pieza: Eje Polar, es una columna construida con tejidos que atraviesa, de arriba abajo, el espacio vertical de la galería. Esta posada sobre un círculo de espejo, bien podría titularse también Yo-Mi o Mi Norte. Retina obsesionada, con necesidad de sujetarse a una realidad. Pinturas atadas y desatadas, lúdicas y serias; pinturas de mi paisaje. Pequeñito interruptor de mis sueños”.
Victoria Civera, Boreal, Galería Moisés Pérez de Albéniz, Madrid. Del 23 de enero al 23 de marzo de 2016.