CATACLISMO

DESCUBRIENDO A JULIA MARGARET CAMERON

Julia Margaret Cameron, Retrato de Julia Jackson (detalle), 1867Julia Margaret Cameron, Retrato de Julia Jackson (detalle), 1867

 

DESCUBRIENDO A JULIA MARGARET CAMERON
Marta Mantecón

“La evaluación histórica y crítica del arte de las mujeres ha resultado ser un tema inseparable del de las ideologías que en general definen su lugar en la cultura occidental”, afirmaba Whitney Chadwick en su célebre ensayo “Mujer, Arte y Sociedad”[1]. La obra de Julia Margaret Cameron (Calcuta, India, 1815 ­- Kalutara, Sri Lanka, 1879), expuesta en la Fundación Mapfre de Madrid bajo el comisariado de Marta Weiss, no resulta ajena a esta situación, alimentada por un imaginario descrito en el poema “The Angel in the House” de Conventry Patmore en 1854, al que Virginia Woolf, sobrina nieta de Julia Margaret Cameron, respondería con “Una habitación propia”.

La labor pionera de Julia Margaret Cameron no fue un caso aislado. Hubo infinidad de fotógrafas investigadoras, científicas, botánicas, periodistas, geógrafas, arqueólogas, antropólogas, etnógrafas, naturalistas, exploradoras y profesionales independientes, que han sido reiteradamente invisibilizadas por la historiografía dominante. Todas ellas realizaron una importante contribución a los orígenes de la fotografía, subvirtiendo en muchos casos los códigos éticos y morales de su época. Desde Constance Mundy y Anna Children, más conocidas por los apellidos de sus esposos Talbot y Atkins, a una serie de mujeres que empezaron a utilizar la fotografía de forma amateur, defendiendo su potencial artístico y mostrando una extraordinaria capacidad para generar ficciones a partir de su vida cotidiana, como Alice Austen, Gertrude Stanton, Clementina Elphinstone Fleeming o la propia Julia Margaret Pattle, hoy también conocida por el apellido de su cónyuge como Julia Margaret Cameron.

Julia Margaret Cameron, The Red & White Roses, 1865Julia Margaret Cameron, The Red & White Roses, 1865

Nacida en la Calcuta colonial británica en el seno de una familia que gozaba de una buena posición social y económica, estudió en Francia e Inglaterra. Se casó con Charles Hay Cameron, dueño de una plantación de té. En 1848 se establecieron en la Isla de Wight (Reino Unido), en una casa conocida como Dimbola, y tuvo seis hijos. Su hija le regaló una cámara cuando tenía 48 años para mitigar su estado de soledad: “Este obsequio de mis seres queridos reforzó mi hondo amor por la belleza y desde el primer momento manejé la cámara con pasión y ternura, como si de un objeto vivo se tratara, dotado de voz, memoria y fuerza creativa”, dejó escrito la fotógrafa[2]. Convirtió la carbonera de su casa en laboratorio y el gallinero en estudio. Su amigo el astrónomo John Herschel le enseñó las técnicas de laboratorio y aprendió a dominar la técnica del colodión húmedo.

A partir de ahí Julia Margaret Cameron comenzó a retratar a su familia y entorno próximo, sobre todo a sus hijas, hermanas, amigos, vecinos y sirvientes, e incluso personajes ilustres como el propio John Herschel o Charles Darwin, a quienes solía disfrazar y someter a larguísimas sesiones de posado. Profundamente influida por sus amigos los prerrafaelistas ingleses, sus creativas puestas en escena estuvieron marcadas por una tendencia a la teatralización, con abundantes incursiones en el mundo clásico y medieval inspiradas por la mitología, la historia o la literatura, que incrementaron el carácter poético –y a menudo onírico– de sus composiciones.

Julia Margaret Cameron, May Day, 1866Julia Margaret Cameron,  May Day, 1866

Frente a la supuesta objetividad de la fotografía del momento, optó por la experimentación con la luz y el desenfoque parcial o efecto flou, alternando zonas nítidas con áreas fuera de foco –primero por error y luego deliberadamente– y asumiendo imperfecciones, arañazos y manchas, consciente de que la técnica debía estar al servicio de la estética y no al revés, lo que le valió duras críticas por parte de sus colegas más puristas, a lo que la artista llegó a responder: “Eran tan injustos que me permití no considerarlos”.

En plena era victoriana, Julia Margaret Cameron destacó por ser una mujer moderna y con una extraordinaria personalidad, hedonista e independiente, que desafió los convencionalismos de su época, igual que otras fotógrafas contemporáneas. Virginia Woolf resaltó de ella su verbo apasionado, sus comportamientos pintorescos, su extravagancia, talento, impulsividad y entusiasmo (“su ánimo oscilaba entre el séptimo cielo y un pozo sin fondo”), así como su hospitalidad, generosidad y dotes persuasivas. También nos cuenta que siempre iba manchada con los productos químicos de su fotografía y que era “majestuosamente intransigente con su arte”, hasta el punto de destruir los negativos que no le gustaban. “No distingue el giro feliz del infeliz y vive de superlativos como si fuera su pan cotidiano”, dejó escrito su amigo Sir Henry Taylor.

Pese a la falta de consideración y pre-juicios de sus compañeros fotógrafos, llegó a ser miembro de la Sociedad Fotográfica de Londres, expuso su obra en varias ocasiones y ganó alguna medalla de oro. Trabajó asimismo como poeta y traductora del alemán, dejó escritas muchas cartas y una especie de diario titulado “Anales de mi casa de cristal”[3], y siguió haciendo fotografías hasta su muerte, siempre bajo las mismas premisas: “Aspiro a ennoblecer la fotografía, a darle el tenor y los usos propios de las Bellas Artes, combinando lo real y lo ideal, sin que la devoción por la poesía y la belleza sacrifique en nada la verdad”.

Julia Margaret Cameron, Whisper of the Muse, 1865Julia Margaret Cameron, Whisper of the Muse, 1865

La exposición de la Fundación Mapfre de Madrid, tras su paso por el Victoria & Albert Museum de Londres, reúne en varias secciones más de un centenar de fotografías que recogen la evolución de Julia Margaret Cameron, fundamentalmente a través de tres temas: retratos (sus amigos poetas, pintores e intelectuales y algunos familiares, especialmente su sobrina), madonnas y niños, y composiciones histórico-literarias. Se incluyen asimismo cartas firmadas por ella, con su «letra grande y generosa», y hay una última sección con imágenes de fotógrafos coetáneos, incluido Charles Lutwidge Dogson (Lewis Carroll).

 

Julia Margaret Cameron, Fundación Mapfre, C/ Bárbara de Braganza 13, Madrid. Del 17 de marzo al 15 de mayo de 2016.

Comisaria: Marta Weiss.

Colabora: Victoria & Albert Museum, Londres.

 

Notas:

[1] Whitney Chadwick: Mujer, Arte y Sociedad. Destino, Barcelona, 2000.

[2] VV.AA.: Julia Margaret Cameron. Poesía y Verdad. Casimiro, Madrid, 2015.

[3] Julia Margaret Cameron: “Anales de mi casa de cristal”, en Julia Margaret Cameron. Poesía y Verdad. Casimiro, Madrid, 2015.

 

 

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