Lee Krasner, Self-portrait, 1931-1933
EXPRESIONISTAS ABSTRACTAS
Marta Mantecón
Alrededor de ciento treinta obras vertebran la exposición de Expresionismo Abstracto que acoge actualmente el Museo Guggenheim Bilbao, bajo la dirección curatorial de Lucía Agirre, David Anfam y Edith Debaney. Entre los máximos exponentes de la primera vanguardia netamente norteamericana –pese a sus raíces europeas– surgida en Nueva York en la década de los cuarenta del pasado siglo con la Gran Depresión, el final de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría como telones de fondo, encontramos los nombres de artistas muy conocidos como Jackson Pollock, Mark Rothko, Willem de Kooning, Robert Motherwell o Clyfford Still, todos ellos ampliamente representados en la exposición con piezas de gran formato distintivas de los diversos estadios de su pintura y evolución artística.
Lo que echamos en falta, como suele ser habitual en este tipo de muestras que intentan sintetizar la esencia de un movimiento concreto y, de paso, fijar el canon, es la presencia de mujeres que, una vez más, ocupan una posición llamativamente inferior a los varones. En total, las artistas representan un porcentaje de un 6’9 % respecto a ellos, a través de un total de 9 piezas firmadas por cinco autoras. Así nos va.
La primera protagonista de esta colectiva es Lee Krasner (Nueva York, 1908-1984), cuya presencia en la muestra se salda con tres piezas. Un “Autorretrato” firmado en 1931-1933 de pequeño formato abre el recorrido expositivo junto a otras piezas con las que se pretende dar cuenta de la edad temprana del movimiento. Más representativas de su aportación al expresionismo abstracto son las otras dos composiciones seleccionadas: “Sin título” de 1948 y, sobre todo, “El ojo es el primer círculo” de 1960, una pintura de gran formato realizada tras la accidentada muerte de su pareja Jackson Pollock en el verano de 1956, momento a partir del cual su carrera arranca de nuevo. Sin embargo, la organización apunta en la información enviada a los medios de comunicación que esta obra podría considerarse “el más excelso homenaje al radical logro de Pollock”, subrayando de este modo su posición subalterna, pese a que cuando los presentaron ella era más conocida que él.
Lee Krasner, The Eye Is the First Circle, 1960
Mejor parada queda la artista ucraniana-estadounidense Janet Sobel (Ucrania, 1894 – Nueva Jersey, 1968), de quien se destaca la impresión que causó en Pollock su característica fusión de lo micro y lo macrocósmico, influyendo en su posterior adopción del estilo all-over; si bien, este papel fundador solo se apunta a través de una obra de mediano formato realizada hacia 1945 que lleva por título “Ilusión de solidez”, lo que parece más bien una forma de cubrir el expediente.
Helen Frankenthaler (Nueva York, 1928 – Darien, Connecticut, 2011) queda reducida a un óleo de 1957, “Europa”, también de formato medio, obviándose su investigación pionera en la utilización de nuevos métodos de tratamiento del color a través de grandes manchas de pintura muy diluida que eran absorbidas por el lienzo sin preparar, dando lugar a unos paisajes abstractos con unas veladuras llenas de lirismo.
Más espacio se ha dedicado a su colega Joan Mitchell (Chicago, 1925 – Neuilly-sur-Seine, Francia, 1992), con una composición de gran formato titulada “Mandres” que la artista realizó a principios de la década de los sesenta y el cuadríptico “Te saludo, Tom” de 1979, perteneciente a los fondos de la Corcoran Collection de la National Gallery of Art de Wahington DC, una apoteosis donde la pintora enfrenta el sol y las sombras para rendir homenaje al crítico Thomas B. Hess, uno de los grandes defensores del expresionismo abstracto.
Joan Mitchell, Salut Tom, 1979
En el apartado de fotografía únicamente se destaca el papel de Barbara Morgan (Buffalo, Kansas, 1900 – Tarrytown, Nueva York, 1992) a través de dos imágenes en las que la autora investiga el movimiento y la luz: “Energía pura y hombre neurótico” de 1940 y “Ondas de luz” de 1945.
Barbara Morgan, Pure Energy and Neurotic Man, 1940
La sección dedicada a las artistas se cierra aquí. Ni rastro de Elaine Marie Fried, más conocida por el apellido de su marido Willem de Kooning, ni de Hedda Sterne, la única mujer retratada en la célebre fotografía de Nina Leen del grupo de “Los Irascibles” que publicó la revista Life en 1951 para protestar contra la política expositiva del MoMA de Nueva York, que tendía a ignorarlos de forma sistemática. Completando la relación de ausencias, cabe mencionar a Mary Abbott, Jay DeFeo, Perle Fine, Sonia Gechtoff, Judith Godwin, Grace Hartigan, Deborah Remington o Ethel Schwabacher. Y estos son solo algunos de los nombres recuperados en la exposición “Women of Abstract Expresionism” organizada por el Denver Museum of Art el pasado 2016, de donde valdría la pena tomar buena nota.
El expresionismo abstracto fue un fenómeno que supuso una transformación radical, inaugurando una etapa de esplendor para el arte made in America generado a partir de la segunda mitad del siglo XX. Sin embargo, seguimos ignorando buena parte del relato.
Los Irascibles: Theodoros Stamos, Jimmy Ernst, Barnett Newman, James Brooks y Mark Rothko en la primera fila; Richard Pousette-Dart, William Baziotes, Jackson Pollock, Clyfford Still, Robert Motherwell y Bradley Walker Tomlin en el medio; y Willem de Kooning, Adolph Gottlieb, Ad Reinhardt y Hedda Sterne en la fila posterior.
Expresionismo Abstracto, Museo Guggenheim, Bilbao. Del 3 de febrero al 4 de junio de 2017.
Actividades paralelas:
– 15 de febrero: Visión curatorial con Lucía Agirre, comisaria de la exposición.
– 22 de febrero: Conceptos clave con Marta Arzak, Subdirectora de Educación e Interpretación.
Más información:
https://goo.gl/8ZOyZv