CATACLISMO

MARTINE FRANCK, AL OTRO LADO NO ES LO MISMO

Martine Franck in 1975.Henri Cartier-Bresson, Martine Franck, 1975

MARTINE FRANCK, AL OTRO LADO NO ES LO MISMO
Marta Mantecón

“Al otro lado no es lo mismo”. Con estas palabras John Berger resumía la sensación que le producía contemplar las fotografías de Martine Franck (Amberes, 1938 ­- París, 2012), otro magnífico exponente de la abrumadora nómina de creadoras invisibilizadas a la sombra de un genio.

Si Cartier Bresson es conocido internacionalmente por su instante decisivo, consistente en sincronizar cabeza, ojo y corazón en el punto de mira, no menos interesante fue el tiempo que su pareja, Martine Franck –con quien se casa en segundas nupcias en 1970–, reflejaba en sus imágenes. John Berger, intercambiando faxes con ella en 1998[1], le dice precisamente que el instante decisivo de Cartier Bresson “es elegido o visto como desde el cielo, donde todo tiempo está expuesto”, mientras que ella espera a que pase “lo impredecible”.

Bucarest. Machine tool factory.
Martine Franck, Fábrica de herramientas en Bucarest, Rumanía, 1975

Es cierto que en muchas de sus fotografías lo interesante es aquello que está a punto de suceder pero no se ve, “con la idea de anticiparse, de dar un salto hacia delante”, comenta Berger. Ella le revela que lo que le gusta de la fotografía es justamente ese momento que no se puede anticipar: “Siempre tienes que estar alerta, preparada para recibir con un aplauso lo inesperado. […] La cámara es una frontera en sí misma, una barrera, si así se le puede llamar, que uno está echando abajo continuamente para aproximarse al tema que está fotografiando. Y al hacerlo sobrepasa unos límites, no sin cierta sensación de atrevimiento, de ir más allá, de estar siendo maleducado, de desear ser invisible. Solo puedes cruzar al otro lado olvidándote de ti misma momentáneamente y siendo muy receptiva con los demás: por eso, como fotógrafa, estoy simultáneamente en dos mundos distintos. Esto es lo único que puedo decir sobre lo que siento cuando estoy tomando una fotografía: el resto permanece en el inconsciente”. Toda una declaración de intenciones que supo llevar a la práctica con verdadera maestría.

Martine Franck_Hong-Kong. Kai Tak East, Refugee Camp organised by caritas, 1980Martine Franck, Refugiadas vietnamitas, Kai Tak East, Hong-Kong, 1980

El trabajo de esta fotógrafa, vinculada a la agencia Magnum como miembro de pleno derecho desde 1983, es inmenso. Nacida en Amberes, Bélgica, en 1938, su infancia transcurrió entre el Reino Unido y Estados Unidos. Estudió Historia del Arte en la Universidad de Madrid y en la École du Louvre en París en los años cincuenta. Al realizar su tesis sobre Henri Gaudier-Brzeska y la influencia del cubismo en la escultura, descubrió que no quería ser académica o curadora, sino fotógrafa.

En 1963 empezó a trabajar como asistente de los fotógrafos Eliot Elisofon y Gjon Mili en Time-Life, pero un año después comenzará a documentar el Théâtre du Soleil, gracias a su amiga Ariane Mnouchkine, con quien viajará a Extremo Oriente, momento a partir del cual inicia una trayectoria independiente. Precisamente, su primer reportaje fotográfico había tenido como escenarios China y Japón. Trabajó también para Life, Fortune, Vogue o The New York Times, entre otras publicaciones.

FRANCE. Calvados. Cabourg. Petits frères des Pauvres. Séjour de vacances.Martine Franck, Petits frères des Pauvres. Séjour de vacances, Cabourg, Calvados, Francia, 1985

Muy selectiva con sus imágenes, abordó todos los géneros, dado que su interés siempre fue lo humano. Destacan en este sentido varias series de imágenes donde reivindica los derechos de las mujeres y personas ancianas, especialmente las que realiza para diferentes organizaciones sociales y humanitarias. Por su objetivo han pasado asimismo personas destacadas del mundo de la cultura, como Michel Foucault, Claude Levi-Strauss, Marc Chagall, Giacometti, Balthus, Leonor Fini, Patricia Highsmith o sus colegas los fotógrafos Paul Strand, Jacques-Henri Lartigue o Robert Doisneau, incluida su pareja, junto a otros muchos nombres, y ha fotografiado todos los rincones del planeta.

Martine Franck_Henri Cartier Bresson, 1992Martine Franck, Henri Cartier Bresson, 1992


Con esta ingente cantidad de imágenes extraordinarias, emocionantes y universales, tomadas con su cámara Leica de 35 milímetros, casi siempre en blanco y negro, se suele destacar como una de sus mejores fotografías el retrato que le hizo a su marido en 1992, sentado de espaldas y reflejado en un espejo mientras dibujaba su autorretrato. Otro de los aspectos sobre los que se insiste al abordar su perfil, es la labor que realizó al frente de la Fundación Henri Cartier-Bresson en París, de la que fue co-fundadora y presidenta. Estos hechos, lejos de resaltar su talento como fotógrafa, no hacen más que ahondar en su invisibilidad. Según cuenta el diario The Guardian en su obituario[2], parece ser que cuando estaba preparando su primera exposición individual en el ICA en Londres en 1970, descubrió que en las invitaciones habían impreso que su marido iba a estar presente en la inauguración y canceló el show. Con todo, siempre afirmaba que Henri fue para ella crítico e inspirador, así como un cálido apoyo en su profesión, de quien aprendió a decir “no”, aunque prefería citar como referencias a las fotógrafas Julia Margaret Cameron, Dorothea Lange y Margaret Bourke-White.

Pese a que obtuvo algunos reconocimientos en vida, Martine Franck no solo no ha sido lo suficientemente valorada por la historia de la fotografía, al menos no al mismo nivel que sus colegas varones –igual que ha sucedido con muchas otras parejas del mundo del arte–, sino que al distinguir esta imagen sobre las demás, vuelven a situarla a la sombra de un gran hombre. Él es el genio, ella le hizo un buen retrato.

Posiblemente John Berger no se estaba refiriendo a la cuestión de la invisibilidad cuando afirmaba a propósito de su obra que «al otro lado no es lo mismo». Puede incluso que la propia fotógrafa tampoco se sintiera aludida; de hecho, le respondió: “¿Al otro lado de qué? ¿De la cámara?”.

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Notas:

[1] John Berger: Para entender la fotografía. Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 2015.
[2] Amanda Hopkinson: “Martine Franck obituary”, The Guardian, 19-08-2012.

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