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EXPOSICIONES A LA VUELTA DE LAS VACACIONES EN ESPAÑA.
OTOÑO 2017- INVIERNO 2018
Redacción
Aquí van algunas de las exposiciones más interesantes en museos y centros de arte en España, por orden de inauguración.
Adriana Lestido. Ellas, nosotras, vosotras, Museo de la Merced, Ciudad Real. Del 1 de septiembre al 30 de noviembre.
Un recorrido por más de 30 años de producción de la fotógrafa argentina. La muestra reúne algunos de sus temas claves: mujeres con sus hijas, presas, madres adolescentes, niños, son los personajes que componen una galería que invita a reflexionar sobre la condición humana. Esta exposición propone un recorrido vital por más de 30 años de trabajo de Adriana Lestido (Buenos Aires, 1955). La selección de obra gira en torno a la mujer y abarca grandes temas como el amor, el desamor, la soledad, la maternidad. “Hospital Infanto Juvenil”, “Madres adolescentes”, “Mujeres presas”, “Madres e hijas”, “El amor” y “Villa Gesell” son algunas de las series representadas. Para Lestido, la fotografía es una herramienta que le permite comprender el misterio de las relaciones humanas. A partir de sus imágenes en blanco y negro, la autora documenta la intimidad y delicadeza de sus personajes desde una perspectiva social. La separación y la ausencia son temas clave dentro de su obra. Más que la realidad, lo que retrata son emociones. Los ensayos fotográficos de los primeros años todavía conservan esa mirada de reportera gráfica, de testimonio social, de fotografía documental. A continuación, las imágenes se vuelven cada vez más subjetivas e incorpora paisajes a los que retrata como reflejos de estados internos.
Nadia Benchallal, Demonstration for the dissappearance of the singer Matoub Loune, Tizi Ozou, Algeria, 1994
En rebeldía. Narraciones femeninas en el mundo árabe, IVAM, Valencia. Del 14 de septiembre de 2017 al 28 de enero de 2018.
Comisariada por Juan Vicente Aliaga, la exposición indaga en las realidades del mundo árabe desde la década de los noventa, vistas a través de las distintas perspectivas de artistas mujeres. También se incluyen algunas obras que reflexionan sobre la construcción de la feminidad realizadas por hombres.
Mediante el uso de dispositivos como la fotografía y el vídeo, queda de manifiesto la capacidad política de transformación de las mujeres en tanto que agentes sociales.
Cuatro son los ejes conceptuales de este proyecto: Espacios privados, ámbitos personales; el cuerpo, el deseo, la sexualidad; lugares y símbolos de lo público, y finalmente, la historia, sus pliegues y conflictos. Entre las artistas participantes hay obras de Mona Hatoum, Amal Kenawy, Ahlam Shibli, Rula Halawani, Raeda Saadeh, Zineb Sedira, Ghada Amer, Leila Alaoui…
El alma de las mujeres luna, Centre del Carme, Valencia. Desde el 14 de septiembre.
La Asociación de mujeres solidarias y emprendedoras Club Lunas Divinas (AMSELD) organiza por tercer año consecutivo la exposición fotográfica dedicada a la mujer , con el objetivo de sensibilizar a la sociedad de la importancia fundamental del respeto y la igualdad de géneros que debe imperar en cualquier sociedad civilizada.
El proyecto “El Alma de las Mujeres Lunas” inspirada en la novela “La llama de la sabiduría” de Juan Francisco Ferrándiz, nos muestra una serie de imágenes simbólicas de la fotógrafa Lidia Aparicio Sales con estética cinematográfica, donde se ha buscado el impacto visual mediante las emociones, y en las que se muestra la fuerza, la solidaridad, la transmisión de conocimientos, el arquetipo de la mujer sabia, la contribución a la ciencia y la filosofía, pero también las dificultades, el desprecio y el sufrimiento que padecieron.
Cristina Lucas, Sala Alcalá 31, Madrid. Del 15 de septiembre al 5 de noviembre de 2017.
La exposición presenta diversos proyectos de unas de las artistas actuales españolas con mayor proyección internacional: Cristina Lucas. Los ejes generales de la muestra son la historia, el tiempo y la violencia, materializados a través de instalaciones y vídeo-proyecciones que ahondan en conceptos como el uso del arte como medio de investigación histórica, la poesía conceptual o la fascinación borgiana por el tiempo.
La exposición, configurada con obras de gran formato, se articula en torno a la vídeo-investigación-instalación “El rayo que no cesa”, una obra en proceso de creación de la que solo se han presentado versiones iniciales que construye un relato histórico de algunos ataques aéreos que han provocado víctimas civiles desde 1912 hasta la actualidad.
“El rayo que no cesa” se entrelaza con una serie de piezas con historia, tiempo y violencia como ejes generales: “Piper Prometeo”, un vídeo representativo de la poesía conceptual; “Tufting”, una serie de lienzos bordados que representan mapas con manchas negras que reproducen la intensidad de la violencia contra objetivos civiles, y por último, “Clockwise”, una gran instalación de 360 relojes que revela la fascinación de la artista por el tiempo. El tiempo global puede ser así visto al unísono, en una experiencia artística de la teoría de la relatividad.
La exposición se suma a la conmemoración del octogésimo aniversario del bombardeo de Guernica pero la historia se hace siempre desde el presente. Como señala el comisario Gerardo Mosquera, Guernica sigue, el conteo de los bombardeos a ciudades continúa, sin fin.
Estíbaliz Sádaba, Las filanderas: acciones para activar el espacio público, Laboratorio 987, MUSAC, León. Del 16 de septiembre de 2017 al 4 de febrero de 2018.
‘Las filanderas: acciones para activar el espacio público’ parte de la práctica tradicional leonesa del filandón para desarrollar un proyecto videográfico que reflexiona sobre la presencia de las mujeres en el espacio público.
‘Las filanderas: acciones para activar el espacio público’ es un proyecto de la artista Estíbaliz Sádaba con el acompañamiento del colectivo leonés Pelos feministas, en el que partiendo de la práctica tradicional del filandón se pretende reflexionar acerca de la dificultad histórica en la relación de las mujeres con el espacio público, valiéndose para ello de las prácticas del vídeo y de la performance.
El proyecto se pone en marcha tras ser seleccionado por la Convocatoria Laboratorio 987 del MUSAC, Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León, un programa permanente de ayudas ayudas a la producción de la creación y la cultura contemporánea.
En ‘Las filanderas: acciones para activar el espacio público’ Estíbaliz Sádaba toma como punto de partida metafórico la práctica tradicional galaico-astur-leonesa del filandón, una actividad social realizada principalmente por mujeres, las filanderas, que se reúnen por las noches y en la que se cuentan en voz alta relatos al tiempo que se trabaja en alguna labor manual, generalmente textil.
A través de la imagen de las filanderas, Sádaba quiere indagar sobre cómo las mujeres han desarrollado tradicionalmente formas de construirse como sujeto colectivo, más allá de los roles domésticos que les ofrecía la cultura tradicional y/o patriarcal.
AA Arte y Arquitectura MUSAC. Susana Velasco, MUSAC, León. Del 16 de septiembre de 2017 al 7 de enero de 2018.
El Proyecto Vitrinas acogerá una instalación de Susana Velasco coincidiendo con la publicación del quinto volumen de la Colección Arte & Arquitectura AA MUSAC, dedicado a esta arquitecta cuyo trabajo explora cómo las formas de arquitectura ocupan una posición mediadora entre el territorio y las formas de vida.
Anna Bella Geiger. Geografía física y humana. La Casa Encendida, Madrid. Del 28 de septiembre de 2017 al 7 de enero de 2018.
La muestra, comisariada por Estrella de Diego y realizada en colaboración con el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC) y el Museo de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (MUNTREF) de Buenos Aires, presenta un recorrido completo por la obra de la artista brasileña Anna Bella Geiger (Río de Janeiro, Brasil, 1933), imprescindible en la historia del arte conceptual brasileño
La exposición recoge alrededor de cien obras entre vídeos, fotografías, libros de artista y fotocollage centradas en dos elementos temáticos fundamentales en su obra: la geografía física y la geografía humana. A través de estas dos líneas y, sobre todo, a través de los mapas, elemento fundamental en su trabajo, la artista reflexiona sobre las políticas coloniales, los estereotipos culturales, las exclusiones, los discursos impuestos por la hegemonía y, especialmente, los modos de cuestionarlos desde unas obras que en su acabado resultan frágiles y delicadas, lo que convierte a sus objetos políticos en objetos poéticos.
La trayectoria de Geiger es fructífera desde los orígenes, abandonando muy pronto sus comienzos abstractos de los años 50 para entrar de lleno, especialmente tras su viaje a Nueva York en la década de 1970, en el desarrollo de su etapa conceptual. Tras finalizar sus estudios de literatura inglesa en la Univesidad de Brasil, en 1956, se casa con el geógrafo Pedro Geiger. Incluso aquellos años iniciales dedicados a la pintura abstracta, en los que ya participa en la Primera Exposición de Arte Abstracto de Petrópolis, estaba influenciada por la enseñanza de Fayga Ostrower, la maestra polaca de origen judío con quien Geiger aprendió el grabado. Esta técnica la llevó también a aprender la libertad de crear sin la presión de la obra única. El concepto mismo de la repetición y las series asociado al grabado constituyen, poco a poco, unas fascinantes estrategias contra del discurso de autoridad, a menudo camufladas, a las cuales acude Geiger con frecuencia. Desde muy temprano empieza a trabajar con collages y dibujos, fotomontajes, vídeo, fotografías, libros de artista e instalaciones. En 1954 viaja a Nueva York, donde asiste a cursos y conoce a Henry Kahnweiler, famoso marchante de los artistas surrealistas, que se interesa por su trabajo y adquiere alguna de sus obras. Regresará en los años 70, momento en el cual entra en contacto con personalidades como Vito Acconci y Joseph Beuys. La artista recurre a nuevas fórmulas narrativas, sobre todo aquellas que buscan revertir las maneras de contar el mundo desde una posición masculina. Adopta, pues, una identidad y narración quebradas, repletas de repeticiones y falsas repeticiones de esas que tanto gustaron a Duchamp, uno de sus artistas preferidos. La década de los 70 representa, así, el desarrollo básico de dos de sus grandes temas: la geografía física y la geografía humana pasan a ser las excusas para reflexionar sobre cuestiones relacionadas con las políticas coloniales, los estereotipos culturales, las exclusiones, los discursos impuestos por la hegemonía y, especialmente, los modos de cuestionarlos desde unas formas delicadas y poéticas.
Anni Albers: tocar la vista, Museo Guggenheim Bilbao. Del 6 de octubre de 2017 al 14 de enero de 2018.
Conocida especialmente por su papel pionero en el arte textil o fiber art, por sus innovaciones en el tratamiento de las tramas y su búsqueda permanente de motivos y funciones del tejido, Anni Albers (Berlín, 1899 – Orange, CT, 1994) fue una figura fundamental en la redefinición del artista como diseñador. El suyo fue un arte inspirado por el folclore precolombino y la industria moderna, pero emancipado de las nociones de artesanía y labor de género. Albers estudió en la vanguardista Bauhaus de Weimar, institución donde conocería a su esposo, el pintor Josef Albers, y donde llegaría a dirigir el taller textil en 1931. Tras el cierre de la institución por el partido nazi en 1933, Albers se trasladó junto a su marido a Carolina del Norte, EE.UU., donde ambos fueron contratados como profesores de una escuela libre que se convertiría en referencia de la modernidad artística americana, el Black Mountain College. Desde allí, Anni Albers continuó combinando trabajo pedagógico y experimentación artística, a la vez que produjo algunos de los textos hoy considerados clave en el desarrollo del arte textil contemporáneo. La exposición Anni Albers: tocar la vista se presenta como un recorrido detallado a través de las series más importantes en su obra, desde 1925 hasta finales de los años setenta. Las asociaciones formales entre obras y series a través del tiempo mostrarán afinidades e hilos conductores, dando así cuenta del impacto y la vigencia de las ideas de esta artista única.
Paloma Navares, CAB, Burgos. Desde el 6 de octubre de 2017.
La exposición recoge varios grupos de obras, fotografías, instalaciones y vídeos pertenecientes a la serie Del alma herida.
Doris Salcedo. Palimpsesto, Museo Reina Sofía, Palacio de Velázquez, Madrid. Del 6 de octubre de 2017 al 1 de abril de 2018.
El trabajo de Doris Salcedo (Bogotá, 1958) está profundamente arraigado a las circunstancias sociales y políticas de su país, Colombia, si bien en ocasiones explora problemáticas de otros contextos, como es el caso del proyecto que ha desarrollado para el Palacio de Cristal. Partiendo siempre de un riguroso trabajo de investigación, utiliza la escultura y la instalación para abordar escenarios conflictivos donde la violencia y sus víctimas, la memoria y el olvido están presentes. Salcedo emplea materiales cotidianos y objetos personales que con frecuencia se tornan siniestros para evocar la ausencia de aquellos con quienes se relacionan, o a quienes pertenecieron: desaparecidos, refugiados, asesinados, olvidados… Sus piezas, poéticas, frágiles y bellas, entrañan drama, trauma y violencia. A menudo, funcionan como conmemoraciones y homenajes, duelos por las personas que viven y, sobre todo, mueren olvidadas.
En Palimpsesto, título de su intervención en el Palacio de Cristal, comisariada por Soledad Liaño, la artista hace referencia a todas aquellas personas que han fallecido ahogadas en el Mediterráneo y el Atlántico durante los últimos veinte años tratando de emigrar de sus pueblos de origen con la esperanza de una vida mejor y con mayores libertades. Sobre losas realizadas con una compleja ingeniería hidráulica, se escriben con gotas de agua y de manera temporal e intermitente algunos de los nombres de hombres y mujeres que han muerto en estas circunstancias de huida.
Reconocida como una de las artistas más destacadas de su generación, la obra de Salcedo ha sido objeto de una importante retrospectiva en el Museum of Contemporary Art de Chicago (2015) que itineró por otras sedes norteamericanas hasta finales de 2016. Asimismo, su trabajo se ha mostrado en museos y centros de arte de todo el mundo a lo largo de las dos últimas décadas: New Museum of Contemporary Art (Nueva York, 1998), San Francisco Museum of Modern Art (1999 y 2005), Tate Britain (Londres, 1999), Camden Arts Centre (Londres, 2001), Sala de Turbinas de la Tate Modern (Londres, 2007), Inhotim Centro de Arte Contemporânea (Belo Horizonte, 2008), MUAC (Ciudad de México, 2011), Moderna Museet (Malmö, 2011) o MAXXI (Roma, 2012). Ha participado en numerosas y destacadas bienales internacionales: XXIV Bienal de São Paulo (1998), Trace, the Liverpool Biennial of Contemporary Art (1999), documenta 11, Kassel (2002), 8ª Bienal Internacional de Estambul (2003), T1Triennial for Contemporary Art, Turín (2005). Ha sido merecedora del Premio Velázquez de las Artes Plásticas (2010), del Hiroshima Art Prize (2014) y del Nasher Prize for Sculpture (2015).
Somos plenamente libres. Las mujeres artistas y el surrealismo, Museo Picasso Málaga. Del 10 de octubre de 2017 al 28 de enero de 2018.
El surrealismo fue el movimiento de vanguardia que más mujeres aglutinó en sus filas por ser renovador, provocativo y por defender una imagen de la mujer como un ser espontáneo e intuitivo, dueña de su intimidad que, al mismo tiempo, como ciudadana reclamaba tanto el derecho al trabajo o al voto como al disfrute del propio cuerpo. Era un arte que daba importancia a la realidad personal y que facilitaba como medio de expresión la unión de lo erótico con la emoción poética, promocionando así el juego de dualidades o la ambigüedad como respuesta al dictado de la razón.Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que ellas se alejaran de un movimiento artístico que les decepcionó porque casi siempre las consideraba en primer lugar como musas, niñas o videntes. Fue un proceso de liberación doloroso, dramático y, en ocasiones, con finales trágicos, que paradójicamente les facilitó la independencia creativa y la superación del yugo teórico e ideológico que los líderes intelectuales del proyecto quisieron imponerles.
Incomprendidas, luchadoras y rebeldes, en algunos casos fueron eclipsadas o utilizadas perversamente por sus parejas masculinas. Pero sus vidas y su arte no sólo retaban las convenciones sociales e institucionales en función de representar una “alteridad” que otros autorizaban, sino, sobre todo, criticaban con firmeza los efectos represivos que provoca la imposición de normas en razón del tipo de género. Somos plenamente libres. Las mujeres artistas y el surrealismo muestra en las obras de estas autoras la emergencia de estos nuevos planos de sensibilidad y su función de contraste con la sociedad patriarcal.
Comisariada por el profesor José Jiménez, catedrático de Estética y Teoría de las Artes de la Universidad Autónoma de Madrid, la muestra reivindica un justo protagonismo a un grupo de mujeres artistas cuya producción ha tenido que esperar quizás demasiado tiempo para alcanzar un grado reconocimiento internacional verdaderamente notable y cuyo trabajo destacó en el entorno surrealista: Eileen Agar, Claude Cahun, Leonora Carrington, Germaine Dulac, Leonor Fini, Valentine Hugo, Frida Kahlo, Dora Maar, Maruja Mallo, Lee Miller, Nadja, Meret Oppenheim, Kay Sage, Ángeles Santos, Dorothea Tanning, Toyen, Remedios Varo y Unica Zürn. El individualismo y la personalidad de estas mujeres artistas se transmite a través de las más de cien obras de arte entre pintura, dibujo, escultura, collage, fotografía y películas reunidas para la ocasión.
Tras Sophie Tauber-Arp. Caminos de vanguardia (octubre 2009-enero 2010), Hilma af Klint. Pionera de la abstracción (octubre 2013-febrero 2014) y Louise Bourgeois. He estado en el infierno y he vuelto (junio-septiembre 2015), el Museo Picasso Málaga aborda de nuevo una exposición que pone en valor el trabajo artístico de la mujer en la historia del arte del siglo XX.
Susan Meiselas. Mediacions, Fundacio Tàpies, Barcelona. Del 11 de octubre de 2017 al 14 de enero de 2018.
Exposición coproducida con el Jeu de Paume, comisariada por Carles Guerra y Pia Viewing de la fotografía crítica y comprometida de la fotoperiodista estadounidense. Reúne numerosos proyectos de Meiselas en una de las retrospectivas más completas que se le han dedicado nunca en Europa.
Julie Mehretu. Historia universal de todo y nada, Centro Botín, Santander. Del 11 de octubre de 2017 al 28 de enero de 2018.
Comisariada por Suzanne Cotter (Directora Fundação Serralves-Museu de Arte Contemporanea de Oporto) y Vicente Todolí (Presidente de la Comisión Asesora de Artes Plásticas de la Fundación Botín), y organizada en colaboración con la Fundação Serralves-Museu de Oporto, el Centro Botín presenta Julie Mehretu. Historia universal de todo y nada, la exposición individual más importante dedicada hasta la fecha en Europa a esta artista, considerada internacionalmente una de las más destacadas pintoras de su generación. La exposición reúne 30 pinturas y más de 40 dibujos realizados en los últimos veinte años. La selección de obras, realizada en estrecha colaboración con Julie Mehretu, se centra en los momentos clave de su práctica artística. Desde sus dibujos y pinturas más tempranas, realizadas en diversas técnicas como grafito, tinta o acrílico, a sus majestuosos lienzos a gran escala, de complejas superficies y arquitecturas, en los que la línea y el gesto adquieren cada vez mayor profundidad y solidez.
Sus pinturas y obras sobre papel de los últimos años ponen de manifiesto la importancia que adquiere la caligrafía y lo pictórico en su obra monumental. Julie Mehretu. Historia universal de todo y nada también pone de relieve la importancia que tiene para Mehretu la elaboración, el proceso y la relación simbiótica de su práctica pictórica.
Las obras presentes en la muestra provienen, tanto de la colección privada de la artista como de otras colecciones públicas y privadas de Europa y Estados Unidos. La artista dirigió en el año 2015 el Taller de Artes Plásticas de Villa Iris organizado por la Fundación Botín.
Paloma Navares. Iluminaciones, Sala Kubo-Kutxa, San Sebastián. Del 19 de octubre de 2017 al 4 de febrero de 2018.
Comisariada por Rocío de la Villa, se trata de una retrospectiva que abarca cuatro décadas de trayectoria de la artista multimedia Paloma Navares, en la que la luz se ha evidenciado como el elemento más importante en su obra. No sólo porque forma parte imprescindible de la mayoría de sus piezas e instalaciones, que tienen luz propia y están construidas con medios y elementos generados y generadores de luz. También porque con la puesta en escena busca un clímax de penumbra y oscuridad. Con el fin de construir visiones, Navares utiliza medios translúcidos, aligerando estructuras y organizando entornos por temperatura de color e intensidad lumínica, mientras reflexiona sobre la visualidad desde perspectivas culturales, psicológicas, simbólicas y emocionales.
De manera que sus obras aparecen como iluminaciones y transparencias con una fragilidad que rechaza la materia. Imágenes luminosas y entre penumbras, cuya frescura ironiza sobre el futuro y subvierten el pasado.
Esta selecta retrospectiva presenta obras e instalaciones de sus principales series. Las dedicadas a su crítica y reflexión sobre las mujeres representadas y ocultadas en la historia de la cultura. Y aquellas donde aborda una dimensión existencial de trasfondo biopolítico sobre la vida nuda, centrándose en los “cuerpos otros” de los excluidos por la sociedad.
Esther Ferrer. Todas las variaciones son posibles, incluida esta, Museo Reina Sofía, Madrid. Del 26 de octubre de 2017 al 25 de febrero de 2018.
Esther Ferrer (San Sebastián, 1937), pionera y una de las principales representantes del arte de performance en España, empezó a participar en las actividades del grupo ZAJ (con Walter Marchetti, Ramon Barce y Juan Hidalgo) en 1967 y, desde entonces, hizo del arte de acción su principal medio, si bien a partir de 1970 volvió a realizar obras plásticas a través de fotografías intervenidas, instalaciones, cuadros basados en la serie de números primos o Pi, objetos, etcétera. Entre estos trabajos destacan las series de Autorretratos (en proceso desde 1981), Números primos (desarrollada a través de diversos formatos espacio-temporales), o la de Juguetes educativos (década de 1980). Su obra se inscribe en la corriente de arte minimalista y conceptual, iniciada en la década de los sesenta del siglo XX, que tiene a Stéphane Mallarmé, Georges Perec, John Cage o Fluxus como referentes, así como en los feminismos de aquel momento.
Ferrer otorga a la repetición y al azar la capacidad de potenciar la obra, generando múltiples variaciones que dan paso a la alteridad y lo imprevisible. La muestra que presenta el Museo Reina Sofía, Todas las variaciones son válidas, incluida esta, recoge estas cuestiones y reflexiona sobre otros aspectos clave de su práctica, como la visibilización del proceso creativo en el tiempo/espacio, y la movilización y transformación del cuerpo. Buscando reforzar y experimentar con las ideas de continuidad y la dimensión performativa del trabajo de Ferrer, la exposición incorpora la activación de ciertas piezas así como un discurso no cronológico que permite conexiones inesperadas y acercamientos cambiantes a su trayectoria. La selección de obras incluye performances e instalaciones, así como una serie de proyectos plásticos, tanto trabajos preparatorios como series acabadas, y documentación de las principales acciones (fotografías y vídeos).
En paralelo a su práctica artística, cabe destacar su importante labor teórica, desarrollada tanto en sus colaboraciones periodísticas para diversas publicaciones como en cursos y conferencias ofrecidas en universidades europeas y americanas. El catálogo que acompaña la muestra, comisariada por Mar Villaespesa y Laurence Rassel, presenta una selección de estos textos.
A lo largo de su extensa carrera, Esther Ferrer ha participado en numerosos festivales de arte de acción y ha expuesto su obra en distintos museos. Asimismo, ha sido objeto de diversos reconocimientos: en 1999 fue una de las representantes de España en la Bienal de Venecia; en 2008 fue galardonada con el Premio Nacional de Artes Plásticas; en 2012 con el Premio Gure Artea del Gobierno Vasco, y en 2014 con el Premio MAV (Mujeres en las Artes Visuales), el Premio Marie Claire de l’Art Contemporain y el Premio Velázquez de Artes Plásticas.
Amie Siegel. Invierno, Museo Gugenheim, Bilbao. Del 23 de noviembre de 2017 al 11 de marzo de 2018.
Invierno (Winter, 2013) de Amie Siegel propone reactivar la experiencia de la proyección a través de la producción efímera de un elemento clave de su película: la banda sonora. Colaborando con músicos y locutores de cada lugar en que se muestra la obra, la artista busca acercar la experiencia de la imagen a los aspectos más participativos del espectáculo, rompiendo la habitual distancia de la pantalla respecto al observador. En Invierno, el espacio de proyección se convierte en múltiples ocasiones en un estudio de sonido abierto al público, donde intérpretes locales ofrecen versiones diversas de una historia de corte futurista, modulando infinitamente su atmósfera, sus giros dramáticos y sus estados de ánimo. Así, la historia transcurre en varios tiempos simultáneos: el presente de la actuación musical, el pasado de la imagen filmada y el futuro de la ciencia ficción.
Situada en la remota región de Khandallah (Nueva Zelanda), en un complejo residencial de formas blancas y lisas diseñado por el arquitecto Ian Athfield, el relato describe la vida cotidiana de una pequeña comunidad utópica en mitad de un paisaje espectacular y desierto.
En función de la música y de las palabras pronunciadas por los narradores incidentales, la historia parece cambiar de rumbo. Mientras que la obra puede ser vista en una versión sonora estable durante buena parte del tiempo de exposición, en los días de actuación en directo el visionado se convierte en experiencia única, irrepetible y cercana, que hace de Invierno una obra indisociable del espacio en que es vista y de las personas que participan en ella.
Colección Soledad Lorenzo. Punto de encuentro / Cuestiones personales, Museo Reina Sofía, Madrid. Del 26 de noviembre al 27 de noviembre y del 19 de diciembre de 2017 al 5 de marzo de 2018.
Esta propuesta expositiva, desplegada en dos muestras comisariadas por Manuel Borja-Villel y Salvador Nadales, presenta una amplia selección de las obras que forman parte del depósito temporal que en 2014 realizó la galerista Soledad Lorenzo al Museo Reina Sofía.
Punto de encuentro, la primera de ellas, aborda los conceptos de espacio y geometría desde diversas ópticas. Partiendo de dos autores clave en la colección de Soledad Lorenzo, como Pablo Palazuelo y Antoni Tàpies, se propone un recorrido por unas 70 obras en distintos formatos de reconocidos artistas vinculados a la trayectoria de la galerista como Soledad Sevilla, Ángeles Marcos o el denominado Grupo Vasco (Txomin Badiola, Peio Irazu, Sergio Prego o Jon Mikel Euba, entre otros).
Cuestiones personales, la segunda muestra, se centra en la recuperación del lenguaje figurativo, a través de un conjunto de obras de artistas españoles y extranjeros. El recorrido se inicia con la obra de dos referentes de la figuración española, Luis Gordillo y Alfonso Fraile —con quien Soledad Lorenzo inaugura su galería en 1986—, y avanza por trabajos de contenido más transgresor como los de Juan Ugalde, Jorge Galindo o Manuel Ocampo.
También están presentes artistas norteamericanos vinculados a la Metro Pictures Gallery de Nueva York —David Salle, Tony Oursler, Ross Bleckner, Eric Fischl o George Condo—, que representan la incorporación de creadores extranjeros en la programación de la galería. Asimismo, la exposición acoge una selección de obras de José Manuel Broto y Miquel Barceló, junto con trabajos de Julian Schnabel e Iñigo Manglano-Ovalle, sin olvidar a artistas más jóvenes, como La Ribot o Itziar Okariz, por los que la galerista siempre ha apostado.
El depósito está compuesto por 392 piezas de 86 artistas, la mayoría de ellos españoles y pertenecientes a diferentes generaciones, cuyas prácticas abarcan diversas disciplinas de la creación artística actual. De este modo, aunque predomina la pintura, la escultura y la fotografía, figuran igualmente obras sobre papel (dibujos y grabados), piezas audiovisuales e instalaciones.
Marina Núñez. Un cuerpo extraño, IVAM, Valencia. Del 26 de octubre al 31 de diciembre de 2017.
Un cuerpo extraño es un trampantojo en el que la fachada del IVAM se rompe violentamente porque una mujer impacta contra ella. Aún más inverosímil resulta que esa mujer no sea dura ni consistente, sino blanda y maleable. De hecho, la fuerza de la colisión hace que su carne se derrame en múltiples salpicaduras que revelan su naturaleza fluida. De modo que la materia rígida resulta finalmente ser mucho más frágil, incapaz de contener la avalancha de carne suave.
El cuerpo de esta mujer es realmente extraño, insólito por su extrema ductilidad excepcional por las formas que adopta, asombroso por su resistencia. Pero en medicina, “un cuerpo extraño” alude a un elemento externo que entra en el cuerpo y que puede dañarlo. En principio es importante extraerlo, aunque a veces se expulsa de forma espontánea.
No sé si la mujer es incómoda para el edificio, que la regurgita. O si alguien ha considerado que ese lugar no le correspondía, y la extirpa arrojándola contra la pared a la manera de una mujer bala. O si es ella la que siente que la rodea un entorno hostil, o simplemente inerte, y se ve impelida a escapar. Yo tiendo a pensar que lo que vemos es resultado de su propio impulso. Que se ha lanzado a nuestro espacio, el de los espectadores, para conformarse de nuevo, probablemente de algún modo inesperado, o bien para, simplemente, esparcirse en él.
Bouchra Khalili, CAAC, Sevilla. Del 3 de noviembre 2017 al 4 de marzo de 2018.
Bouchra Khalili (Casablanca, Marruecos, 1975) es una artista franco-marroquí cuyo trabajo profundiza en los significados y significantes de las delimitaciones territoriales, de las fronteras políticas y los movimientos poblacionales de la actualidad. A través de la imagen, fundamentalmente del vídeo ya sea monocanal o en formato instalativo, desarrolla su obra a medio camino entre el cine y las artes visuales, entre el documental y la obra experimental, desdibujando de este modo los límites entre disciplinas.
Khalili concibe la cuenca mediterránea como una realidad errante, viejo escenario del tránsito de ideas y personas que hoy en día nos muestra el retrato más dramático de las migraciones humanas. Documenta los lugares a través de su imagen y las historias que éstos contienen; dimensiones y realidades que la artista consigue reubicar a través de experiencias perceptivas inusuales, y de este modo ofrecer testimonio del poliédrico fenómeno del movimiento de personas que nos acontece día tras día. En definitiva, Khalili nos ofrece una cartografía de la resistencia, un mapa de una realidad en continua mutación.
Khalili ha mostrado su trabajo en numerosas exposiciones individuales como el MoMA de Nueva York (2016), el Palais de Tokyo de París (2015), MACBA en Barcelona (2015) o PAMM (2013-2014) entre otras. Ha recibido varios premios y distinciones, entre los que destacan el Abraaj Group Award en 2014, el DAAD de Berlín en 2012 o el Premio Louis Lumière en Francia, en 2005. Esta exposición es una coproducción entre el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, donde empezará su andadura, Secession de Viena y Jeu de Paume de París.
Rosemarie Castoro. Enfocar al infinito, MACBA, Barcelona. Del 9 de noviembre de 2017 al 15 de abril de 2018.
Comisariada por Tanya Barson, se trata de la primera gran retrospectiva institucional de la obra de Castoro y se centrará en el periodo 1964-1979. Castoro (1939-2015) se inició como artista en los Estados Unidos en un momento en que el minimalismo y el conceptualismo formaban parte de la vanguardia neoyorkina. La exposición mostrará su obra en detalle por primera vez, revelando así la diversidad de una práctica artística que incluye pintura abstracta, arte conceptual, acciones performativas en la calle y en el estudio, poesía, mail art, escultura, instalaciones y land art. Se analizará el contexto de su trabajo, su activismo en la Art Workers’ Coalition (Coalición de Trabajadores de Arte), su asociación con artistas contemporáneos como Carl Andre, Hollis Frampton, Sol LeWitt e Yvonne Rainer, entre otros, y su relación con el feminismo.
Castoro inició su trayectoria en las artes gráficas, como atestigua la gran importancia del dibujo en su producción. Interesada también en la danza, mientras estudiaba en el Pratt Institute de Nueva York coreografió e interpretó sus propias creaciones. Si bien después su interés se desplazó hacia la pintura, lo que marca su obra es precisamente su forma de leer el espacio desde la perspectiva de la danza y su reconocimiento de la interrelación entre estas dos formas artísticas. La exploración simultánea del color y la estructura en la pintura fue su mayor preocupación en las sucesivas series de la década de los sesenta.
Más adelante, una vez abandonado el color, Castoro introdujo un nuevo elemento espacial en su obra con series de múltiples paneles de yeso y grafito, apoyados directamente sobre el suelo. Exhibidas por primera vez en la Tibor de Nagy Gallery en 1971, son piezas a escala arquitectónica que, pese a su origen pictórico, están más cerca de la escultura minimalista. La importancia de la danza como referente se manifiesta en sus diarios a través de fotografías performativas de sus obras, descritas por la propia artista como «contenedores» y escenarios para el cuerpo. Castoro transforma sus exploraciones de la superficie de los paneles en pinceladas escultóricas montadas sobre la pared, a la manera de signos taquigráficos como los que dedicó a su amiga Agnes Martin.
Sus proyectos site-specific incluyen Gallery Cracking, intervención de carácter arquitectónico creada para la emblemática serie de exposiciones de Lucy Lippard, Numbers, en esta ocasión 555,087 en el Seattle Arts Museum en 1969. Para 955,000, en la Vancouver Art Gallery, Castoro produjo Room Revelation (1970), uno de los primeros ejemplos de instalación participativa, que recrearemos por primera vez en el MACBA. Posteriormente, Castoro exploró la abstracción postminimalista, con instalaciones esculturales de resina epoxi en 1974-1975, y una serie de intervenciones efímeras en el paisaje usando ramas. Entre sus obras situadas en emplazamientos urbanos destacan Trap-a-Zoid (1978), creada para Creative Time, y Flashers, piezas totémicas de acero u hormigón iniciadas en 1979.
La exposición pondrá de manifiesto la gran aportación de Castoro al concepto de «intermedia», o interrelación entre pintura, escultura, dibujo, leguaje y performance. La intención es demostrar cómo algunas de las figuras más relevantes del minimalismo no han recibido la atención que merecen, en especial el grupo de mujeres artistas pertenecientes a un movimiento erróneamente identificado como esencialmente masculino, pero que, como dice Lippard, «subvirtió el minimalismo en su propio terreno». Como consecuencia de esta consideración de la obra de Castoro, la exposición subrayará la necesidad de repensar el minimalismo, expandiéndolo para incluir a un mayor número de artistas y cuestionando los relatos hegemónicos de este movimiento.
Olga Sacharoff, pintura, poesía y emancipación, Museu d’Art de Girona. Del 11 de noviembre de 2017 al 1 de abril de 2018
Enmarcada en la celebración del cincuenta aniversario de la muerte de la artista en Barcelona, la exposición retoma la figura de Olga Saccharoff que, aunque nacida en Georgia, tras estudiar Bekllas Artes y residir en París, huyendo de la guerra, pasó muchas temporadas en Tossa de Mar donde se reunieron muchos vanguardistas y residió en Barcelona, desde 1940 hasta su muerte en 1967.
La amplia muestra recoge fotografías, artículos de prensa de la época y obras literarias ilustradas por la artista.
Elina Norandi es la comisaria del Any Sacharoff.