CATACLISMO

LA ESPIGADORA. LA PINTORA PILAR MONTANER EN LA ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO

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LA ESPIGADORA. LA PINTORA PILAR MONTANER EN LA ACADEMIA DE BELLAS ARTES DE SAN FERNANDO 
Redacción

Sin duda, es un acierto el lugar elegido para reconocer a una artista olvidada. La artista mallorquina Pilar Montaner Maturana es objeto de una presentación y análisis de su vida y su obra en la Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, en un acto este 21 de marzo. Se prestigia la figura de Pilar Montaner Maturana, pero también se prestigia la propia Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, mostrándose sensible a la necesidad de recuperar a tantas mujeres en el ámbito de las artes y de la cultura.

Durante una sesión abierta a cargo de la directora de Es Baluard, Nekane Aramburu y de la nieta de la artista, Elvira Sureda se propone una aproximación a esta figura poco conocida del arte y la cultura dando lugar a un debate en el que asimismo participa Mª José Magaña, presidenta de MAV, Mujeres en las Artes Visuales. En una sesión introducida por Jordi Teixidor, académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. El museo Es Baluard cuenta en su colección permanente obras de Montaner, tales como Esperant els nuvis (c.1910) y La española (1920).

Pilar Montaner (Palma de Mallorca, 1876 – Valldemossa, 1961) fue una mujer avanzada en su tiempo vinculada a la burguesía intelectual, hecho que le permitió hacer una obra independiente y relacionarse con intelectuales de la época residentes o visitantes de Mallorca como Rubén Dario y Miguel de Unamuno. Nacida en el seno de una familia noble y acomodada, su padre la envió al internado de Nuestra Señora de Loreto en Madrid, donde recibió sus primeras lecciones de dibujo y pintura. De vuelta a Mallorca, Pilar se casó en 1896 con Juan Sureda Bimet, joven abogado e intelectual que acabaría convirtiéndose en uno de los mecenas más generosos del país. Apoyó a su esposa en la carrera artística y contrató los servicios de dos pintores muy conocidos en Mallorca: Antonio Ribas Oliver y Ricardo Anckerman. De esa época son cuadros tales como los retratos Madò Calafata (1899) y el paisaje Tramuntana (1899). Continuaría su formación entre 1901 y 1904 con Joaquín Sorolla en Madrid, donde estudio con el maestro valenciano.

En 1906, Montaner mantiene una larga estancia en Madrid acompañada de su amigo, el pintor Antoni Gelabert con objeto de ampliar sus estudios en la Academia de Bellas Artes, visitar museos y participar en la Exposición de Bellas Artes.

A partir de 1915, la pintura de Pilar Montaner daría un nuevo giro. A esta etapa (1913-1922) pertenece la serie de grandes óleos con los olivos mallorquines como tema central. Pilar Montaner llevó a cabo numerosas exposiciones a lo largo de su vida, y recibió premios y reconocimiento, pero sólo de forma ocasional decidió vender sus cuadros.

En 2012, el cineasta Luis Ortas recogió la vida de la artista en el documental “La pintora sense rostre” (Cinètica).

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