Activistas de MAV a las puertas de la feria Hybrid
Cuando en pleno siglo XXI, la desigualdad campea a sus anchas entre brechas salariales, cargas de cuidados, ataques machistas, y abusos de poder, es que inevitablemente algo debe cambiar. Cuando la sororidad toma cuerpo de grito mundial a través del #metoo, y las mujeres salen a la calle y paran la economía, es porque el punto de inflexión hacia el cambio debe ser una realidad.
Carlos Urroz, director de ARCO desde el 2011, declaraba unos días antes de la celebración de la feria: «En el mundo del arte hay una oportunidad muy clara para las mujeres, no por la cuota sino por su valía»[1] Mientras esta frase rezumaba en foros abiertos y cerrados del arte por lo que representaban sus palabras; las MAV, Mujeres en las Artes Visuales, comenzaban a recopilar los datos en las ferias de arte contemporáneo para realizar el informe#18.
La cifra volvía a ser contundente con la desigualdad: del total de artistas expuestos en ARCO, solamente el 6% eran mujeres artistas españolas.
Las palabras del director de ARCO martillean la idea de que solamente el 6% de las mujeres artistas españolas tienen la valía suficiente como para estar en la feria de arte internacional más importante de España.
Conociendo esta cifra, los colectivos de mujeres empiezan a cuajar diversas acciones para ARCO. Una de ellas: #operacionferias, lleva el escandaloso dato a panfletos, pegatinas y carteles, para “colarlo” dentro de la propia feria con una sugerente pregunta: “Lxs buenxs artistas ¿nacen o se hacen?”.
Y es que cuando se cumplen casi diez años de vigilar estas cifras, se adquiere la perspectiva suficiente para describir el perfil histórico de esta disparidad; y el dato obligadamente nos desplaza del territorio de la opinión, al lugar de lo real; y la realidad, no lo olvidemos, se construye.
Es por esto que el 6% de proporción de mujeres artistas españolas, nos interpela inevitablemente, y nos obliga a pensar sobre el hecho de que la mujer sigue siendo invisibilizada, y en consecuencia, infravalorada en el mundo del arte y en el mercado del arte. Las consecuencias de no visibilizar la creación de la mujer además, tiene resultados directos en la forma de percibir y vivir nuestras vidas, en la manera de generar referentes, narrativas, sensibilidades, y pensamientos. Y es que el mundo merece ser contado en su totalidad, y la forzada cuota tan cuestionada, tendría que ser sustituida por el sentido común.
Sin embargo, aquí estamos, con un marco inamovible de mujeres artistas representadas en ARCO, un 25% del total de mujeres artistas, españolas y extranjeras, que se repite feria tras feria, como reflejo de una estructura de la desigualdad enquistada, y lo que es peor, un dato crónico, que se repetirá dentro de otros diez años, si no lo evitamos.
Yolanda Domínguez, #estamosaqui[2]. Foto de Carlos Pina
Y es que no es fácil desvelar el ADN de esta misteriosa falta de creación femenina en ARCO. Las mujeres artistas están. Están en más de la mitad de graduadas que salen año tras año de las universidades españolas; las mujeres artistas están, tras la acción colectiva #estamosaqui, que Yolanda Domínguez generó en la propia feria de este año. Las mujeres están, pero ¿donde?
Si recabamos los informes históricos, podemos conocer quienes lideran los comités ejecutivos, la composición de los jurados de los premios, y el género de los premiados. De esta manera afloran otros concluyentes porcentajes: el 80% de la estructura de toma de decisiones en la feria, ha estado liderada por hombres. Los jurados de los premios asignados en ARCO en los últimos años son mayoritariamente hombres. Y el 71,4% de los premiados, casualmente son artistas varones[3].
Con estas estructuras de poder marcadamente patriarcales, las consecuencias directas de lo que se muestra en la feria se ve reiterado año tras año. El mercado del arte español se ve condicionado por la dirección y la línea de la feria; y además, enmarca la estrategia de venta dentro de un sistema de mercado capitalista patriarcal que es asimilado como una normalidad.
Este mercado del arte, en líneas generales, considera que las obras más demandadas son aquellas que son premiadas, aquellas que son expuestas y aquellas que son visibles; ahora bien, ¿quién elige a los premiados?, ¿quien decide qué exponer?, ¿quien habla, escribe o difunde al artista?… la mayoría, hasta ahora, han sido hombres.
Estos datos contrastan completamente con otras importantes ferias como JUST MAD e HYBRID, ambas dirigidas por mujeres o equipos mixtos paritarios que muestran en igualdad, artistas mujeres y hombres. “La valía de las mujeres artistas en estas ferias parece que es un hecho”.
Y es que obviamente las mujeres reclamamos los espacios de decisión, por democracia, pero además reivindicamos que la igualdad se defienda como un objetivo común en sociedad; porque el feminismo debe ser practicado por hombres y mujeres, y más aún si cabe, en aquellos lugares decisivos donde los valores se construyen y los referentes salen a la luz.
Porque si seguimos hablando de hechos, y no de opiniones, el feminismo, ese concepto que habla de igualdad, es algo que está en nuestras manos, en nuestra voz y en nuestros actos, estemos donde estemos; y la igualdad es la responsabilidad que cada unx de nosotrxs tenemos para construir una sociedad más justa y democrática, ni más, ni menos.
Notas:
[1] Coloquio bajo el título «Mujeres galeristas» organizado por el Club Financiero Génova con la colaboración de la Comisión de la Mujer y Diversidad.
[2] Acción colectiva llevada a cabo en ARCO18, liderada por la artista Yolanda Domínguez y María Gimeno.
[3] Dato hasta 2017, dado que cuando se recogió no se habían fallado algunos premios.