SUSAN UNTERBERG, LA ARTISTA ANÓNIMA DETRÁS DE
ANONYMOUS WAS A WOMAN
Redacción
El New York Times hacía público en julio de 2018 que la artista Susan Unterberg es la identidad que está detrás de Anonymous Was a Woman, un programa de subvenciones para apoyar a artistas mujeres de más de 40 años con una subvención de 25.000 dólares que se otorga anualmente a 10 creadoras. La organización, cuyo nombre constituye un guiño a Virginia Woolf, pretende rendir homenaje al papel invisible de muchas creadoras que han permanecido en el anonimato durante «demasiado tiempo».
Como fundadora y patrocinadora única de este programa nacido en 1996, el nombre de Susan Unterberg también ha permanecido en secreto a lo largo de los últimos 22 años, a lo largo de los cuales ha apoyado a 220 artistas con un total de cinco millones y medio de dólares; unos fondos que proceden de la fundación que ella y su hermana, Jill Roberts, heredaron de su padre, Nathan Appleman, un filántropo y petrolero que murió en 1992.
Anonymous Was a Woman inició su andadura en el momento en que el Fondo Nacional para las Artes suspendió las subvenciones individuales a artistas. Era una forma de apoyar a las artistas en la etapa intermedia de sus carreras, validando y apoyando su obra para que puedan seguir trabajando. Se solicitan nominaciones y un comité de selección anónimo compuesto por cinco mujeres (comisarias, críticas y ganadoras de ediciones anteriores del programa) que deliberan durante un día completo (un trabajo también remunerado con 1.000 dólares) elige a las 10 ganadoras de cada año. Entre las artistas beneficiarias del programa, se encuentran nombres de absoluta referencia como Martha Rosler, Carolee Schneemann, Eleanor Antin, Joan Jonas, Mary Kelly, Suzanne Lacy, Louise Lawler, Zoe Leonard, Dara Birnbaum, Lorna Simpson, Lourdes Portillo, Tania Bruguera o Carrie Mae Weems. Todas ellas han sido reconocidas por su crecimiento artístico, los logros obtenidos, su originalidad y su potencial.
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Susan Unterberg, que acaba de cumplir 77 años, es una artista afincada en Nueva York que, pese a que ha tenido una trayectoria significativa, ha experimentado en primera persona los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres artistas en todo el mundo. Ha mantenido su identidad en secreto a lo largo de todos estos años para que su trabajo artístico fuera evaluado en sus propios términos y no por su papel como benefactora.
Aunque se ha avanzado en la igualdad de género en el mundo del arte desde entonces, Susan Unterberg todavía considera que es necesario el apoyo que brinda Anonymous Was a Woman. Las mujeres ganan menos, tienen menos exposiciones y menos presencia en las colecciones de los museos e instituciones artísticas. Todavía hoy continúan siendo infravaloradas o menospreciadas y su trabajo no se toma tan en serio como el de sus compañeros varones. Según sus propias palabras, “los hombres en el poder apoyan a los hombres en el poder y quieren ver a hombres en el poder”.
Más información:
www.anonymouswasawoman.org
www.susanunterberg.net
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