CATACLISMO

DELHY TEJERO, UN EXILIO INTERIOR QUE NO CESA

 Cuando Madrid es azul, 1964. Óleo sobre lienzo, 49 x 114 cm.

DELHY TEJERO, UN EXILIO INTERIOR QUE NO CESA
África Cabanillas Casafranca

Acaba de clausurarse –el 14 de octubre de 2018– la exposición Cruce de miradas, de la pintora Delhy Tejero, que, con motivo del cincuenta aniversario de su muerte, se ha celebrado en la antigua Iglesia Mercedaria de Toro (Zamora). En su ciudad natal se han podido ver unas cincuenta obras que abarcan toda la carrera de la artista, entre óleos, acuarelas y dibujos; propiedad del Ayuntamiento de Toro, de la familia Vila Tejero y de otros particulares. Mercado de Zamora (1934), Javier (1953), Perlismo azul (1958), Cuando Madrid es azul (1964) y Autorretrato (1945) –imagen de la pintora en torno a la cual se ha organizado el montaje– son algunos de los cuadros más sobresalientes y que mejor reflejan la gran versatilidad de esta creadora. Se ha tratado, sin embargo, de una muestra modesta, como lo ponen de manifiesto las dimensiones reducidas del espacio expositivo y la falta de catálogo.

Lamentablemente, y pese a su interés, la exposición no ha tenido apenas difusión en los medios de comunicación nacionales. Aparte de carecer del respaldo de una prestigiosa institución artística y de tener lugar fuera de los dos grandes centros culturales de nuestro país: Madrid y Barcelona; la razón principal de que haya pasado casi por completo desapercibida, más allá de los ámbitos local y regional, es la condición de mujer de la artista.

Delhy Tejero (1904-1968) participó activamente en la renovación artística de la vanguardia madrileña de los años treinta y desarrolló una intensa carrera en las décadas centrales del siglo XX. Fue una creadora que escapó a cualquier encasillamiento. En lo que respecta a las técnicas, demostró un gran dominio de la pintura al óleo y mural, así como del dibujo y la ilustración. Mientras, sus estilos fueron del realismo al arte abstracto, pasando por otras corrientes de vanguardia como el surrealismo. Esta independencia –aún más censurable por tratarse de una mujer– y el hecho de que se prodigara poco en exposiciones y premios debido a un cierto retraimiento de su carácter, han hecho que su obra no tenga el reconocimiento que, sin duda, merece.

Autorretrato, 1945. Óleo sobre lienzo, 114 x 87 cm.

De su formación, cabe destacar que en 1925 se trasladó desde su Toro natal hasta Madrid, donde empezó sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios y, al año siguiente, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Aunque no todas eran del mismo curso, tuvo una gran complicidad con algunas de las pocas mujeres alumnas de esta última, en especial, con Pitti Bartolozzi, Maruja Mallo y Remedios Varo. Entabló otras duraderas amistades, como la de la periodista Josefina Carabias, en los años en los que vivió en la famosa Residencia de Señoritas, entre 1928 y 1930, cuando terminó la carrera. Completó su aprendizaje en el extranjero gracias a varias becas que le permitieron viajar a París y a Bruselas[1].

Los primeros reconocimientos profesionales le llegaron al inicio de la década de los treinta. En 1932 obtuvo una medalla de tercera categoría en Artes Decorativas en la Exposición Nacional de Bellas Artes, por el lienzo Castilla, y en 1933 tuvo lugar su primera muestra individual en el Círculo de Bellas Artes. En ella mostró proyectos murales, pinturas al óleo de gran formato y dibujos, entre los que se encontraban las originales brujas o duendinas, figuras femeninas que ayudan a la pintora en su proceso creador. Se trata de obras en las que se acerca a tendencias artísticas avanzadas, en particular, al art déco y al neocubismo.

La pintora estuvo fuera de España durante casi toda la Guerra Civil. En 1936 viajó a Portugal y Marruecos, donde residió varios meses, y, un año más tarde, se estableció en Italia con el fin de estudiar la técnica mural del fresco. Entre 1938 y 1939 vivió en París. Allí, gracias a su amistad con Remedios Varo y Óscar Domínguez, se aproximó al surrealismo. Tanto es así, que participó en la gran exposición del grupo Le rêve dans l’art et la littérature. Por sus obras de los años cuarenta, se puede adivinar que le influyeron el automatismo y la técnica de la decalcomanía que son propios de este movimiento, ya que no se conservan los cuadros de esta etapa, pues los destruyó la propia pintora a su vuelta a España. Asimismo, durante esta estancia, y al igual que otros artistas como Mondrian o Kandinsky, se interesó por el pensamiento teosófico, el cual preconiza la superioridad del mundo espiritual sobre el material. En 1939 regresó a España y se estableció, de forma definitiva, en Madrid.

Mercado de Zamora, 1934. Óleo sobre lienzo, 191 x 194 cm.

Las Artes, 1953. Óleo sobre lienzo, 51 x 72 cm.

Durante la posguerra desarrolló una intensa actividad como muralista. En 1948 obtuvo un encargo oficial, al ganar por unanimidad el concurso nacional para hacer la decoración del Salón de Actos del nuevo Ayuntamiento de Zamora. El proyecto, titulado El amanecer jurídico del pueblo zamorano, en consonancia con los valores de la época, exalta el patriotismo y la historia local de la capital castellana. En cambio, su producción en papel: dibujos, tintas y acuarelas presentan un estilo más moderno, en el que son patentes las influencias del surrealismo. En este periodo la pintora volvió a participar en varias Exposiciones Nacionales, concediéndosele en una de ellas, la de 1948, una medalla de tercera clase por el dibujo La Favorita. Un año antes, mostró algunas acuarelas en la galería Buchlolz de Madrid, que la vincularon a la renovadora Joven Escuela Madrileña, y el lienzo Labradora de Toro en la Exposición de Arte Español Contemporáneo del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires. Junto a éstas, tuvo dos exposiciones individuales en Madrid, una en la Galería Estilo y otra en el Gabinete de Estampas del Museo de Arte Moderno[2].

La artista castellana, a lo largo de la década de los cincuenta, fue más lejos en la experimentación, aproximándose a la abstracción como medio para alcanzar la esencia y la inocencia. Creó el perlismo, un tipo de pintura matérica que consiste en introducir en el cuadro trozos pulverizados de minerales, sobre todo de marmolina, que le dan una textura granulada. Por estos atrevidos trabajos fue seleccionada para participar en la Exposición Internacional de Arte Abstracto de Santander de 1953 y en los dos años siguientes exhibió sus obras en sendas ediciones de la Bienal Hispanoamericana, la de la Habana y la de Barcelona. En 1955 realizó su última exposición individual en Madrid, en las salas de la Dirección General de Bellas Artes, y en 1959 las dos últimas de este tipo en Salamanca y Valladolid.

Perlismo azul, 1958. Marmolinas, bolas de vidrio y óleo sobre lienzo, 41 x 63 cm.

De 1959 a 1964 prosiguió su labor como muralista y pintó varios retablos para las iglesias de los pueblos del Instituto Nacional de Colonización, en Andalucía y Extremadura. En 1965 hizo uno de sus mejores murales, el del Colegio de los Padres Mercedarios de la Ciudad de los Ángeles en Madrid, a la vez que trabajó en la decoración de la sede de Tabacalera de Sevilla. A pesar de encontrarse muy enferma, durante sus últimos años de vida siguió trabajando intensamente, pero estuvo bastante apartada del ambiente artístico, alternando la residencia entre Toro y Madrid. Falleció en 1968, con sesenta y cuatro años, víctima de una angina de pecho[3].

1975 fue el año en el que tuvo lugar una de las muestras antológicas más importantes de la pintora, la que se celebró en las Salas de Exposiciones de la Dirección General de Patrimonio Artístico y Cultural de Madrid, aunque inmediatamente después de su muerte ya se organizaron algunas exposiciones de homenaje. Después, hubo que esperar casi tres décadas, hasta 2004, para que, a propósito del centenario de su nacimiento, se la recordara en varias exposiciones individuales patrocinadas por Caja España, el Museo Provincial de Zamora y la Casa de la Cultura de Toro. Al año siguiente también pudieron admirarse sus dibujos e ilustraciones para revistas y cuentos infantiles en el Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid.

En 2009 y 2010, se celebró la última muestra antológica, Delhy Tejero. Representaciones, que viajó por todas las capitales de Castilla y León, nuevamente, con el patrocinio de Caja España. Desde entonces, se han exhibido un puñado de cuadros de la pintora en varias exposiciones colectivas, siendo las más destacadas: Mujeres en vanguardia. La Residencia de Señoritas en su centenario (1915-1936), con sedes en Madrid y Valladolid, y Campo cerrado. Arte y poder en la posguerra española (1939-1953), en el Museo Reina Sofía de Madrid; celebradas en 2015 y 2016, respectivamente.

El suyo fue el primer y único ejemplo de casa-museo dedicado a una mujer artista en España. Creada en 1971 por iniciativa de la familia, sin apoyo institucional alguno, en la vivienda en la que transcurrieron su infancia y adolescencia –situada en la plaza que desde 1934 lleva su nombre–, reunía objetos originales y una importante colección de obras de la pintora. Desgraciadamente, se cerró en 1987, por falta de presupuesto, y no se ha vuelto a abrir[4].

Casa-Museo de la pintora entre 1971 y 1987, en el nº 5 de la plaza Delhy Tejero de Toro (Zamora)

Pese a que han escrito interesantes textos sobre su vida y su obra Miguel Cabañas Bravo, José Luis Alcaide, Javier Pérez Rojas y Tomás Sánchez Santiago, entre otros, todavía no se ha publicado una monografía completa y definitiva de la pintora ni un catálogo razonado de su producción artística. En relación con esto, es una buena noticia la próxima reedición de sus diarios, Los cuadernines, 1936-1968, también con ocasión del cincuenta aniversario de su fallecimiento; que vieron la luz por primera vez en 2007.

Delhy Tejero vivió, después de haber disfrutado de la efervescencia cultural y de los aires de libertad de la Segunda República, la dura experiencia del exilio interior en la España franquista. Además, en su caso, la falta de reconocimiento y el aislamiento que suelen sufrir las mujeres creadoras, se vieron agravados por su timidez, lo que la confinó aún más a los márgenes. Hoy en día, la historiografía oficial sigue sin darle el destacado lugar que debería ocupar en el arte español del siglo XX.

¿Cuánto tiempo tendremos que esperar para disfrutar de su próxima exposición individual? ¿Y para ver una muestra de su obra en un gran museo público?

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Cruce de miradas, Antigua Iglesia Mercedaria de Toro, Zamora. Del 10 de agosto al 14 de octubre de 2018.

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Bibliografía:

Cabañas Bravo, Miguel, «Delhy Tejero: una imaginación ensimismada en las décadas centrales del siglo XX», en VV. AA., Delhy Tejero (1904-1968). Ciento once dibujos, 19041968, 1 de diciembre de 2005 – 22 de enero de 2006, Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid, 2005, págs. 29-54.

Fernández del Amo, José Luis, «Delhy Tejero, hoy», en VV. AA, Delhy Tejero, Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia-Dirección General de Patrimonio Histórico, 1975, s.p.

Murga Castro, Idoia, «Muros para pintar. Las artistas y la Residencia de Señoritas», en VV. AA., Mujeres en vanguardia. La Residencia de Señoritas en su centenario (1915-1936), Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2015, pp. 86-127.

Vila Tejero, María Dolores, «Biografía», en VV. AA., Delhy Tejero. Representación. Exposición antológica, noviembre de 2009-septiembre de 2010, Junta de Castilla y León-Caja España, 2010.

http://www.delhytejero.com

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Notas:

[1] Idoia Murga Castro, «Muros para pintar. Las artistas y la Residencia de Señoritas», en VV. AA., Mujeres en vanguardia. La Residencia de Señoritas en su centenario (1915-1936), Madrid, Publicaciones de la Residencia de Estudiantes, 2015, pp. 86-127.

[2] José Luis Fernández del Amo, «Delhy Tejero, hoy», en VV. AA, Delhy Tejero, Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia-Dirección General de Patrimonio Histórico, 1975, s.p.

[3] Miguel Cabañas Bravo «Delhy Tejero: una imaginación ensimismada en las décadas centrales del siglo XX», en VV. AA., Delhy Tejero (1904-1968). Ciento once dibujos, 19041968, 1 de diciembre de 2005 – 22 de enero de 2006, Museo Municipal de Arte Contemporáneo de Madrid, 2005, pp. 33-54.

[4] María Dolores Vila Tejero, «Biografía», en VV.AA., Delhy Tejero. Representación. Exposición antológica, noviembre de 2009-septiembre de 2010, Junta de Castilla y León-Caja España, 2010, p. 285.

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