CATACLISMO

TERRITORIOS QUE IMPORTAN. GÉNERO, ARTE Y ECOLOGÍA

TERRITORIOS QUE IMPORTAN. GÉNERO, ARTE Y ECOLOGÍA
Redacción

Esta exposición es la primera muestra dedicada a explorar, de una forma más amplia, la relación entre el arte contemporáneo, la naturaleza y las cuestiones de género. Impulsados/as por la eclosión de la Segunda Ola del movimiento feminista, el surgimiento del ecofeminismo y el desarrollo de la llamada teoría queer, desde los años setenta numerosos artistas, y más en particular numerosas mujeres artistas, han intentado trascender en su trabajo la asociación tradicional entre la mujer y la naturaleza para investigar las complejas intersecciones que se producen entre las políticas y las identidades de género y los debates sobre la ecología, la sostenibilidad y el medio ambiente.

La exposición –que reúne un centenar de obras de procedencias geográficas diversas desde los años setenta hasta la actualidad– se divide en nueve ámbitos, en los que se abordan temas como la superación de las dualidades establecidas, la relación entre la espiritualidad, el género y la naturaleza, la economía de cuidados y la sostenibilidad, la ecología queer o la representación del cuerpo sexuado en el entorno natural.

.

1. Cartografías del Género. Desde el siglo XV, en la imaginación colonial europea, las nuevas tierras conquistadas se representaban con frecuencia como un cuerpo femenino que había que dominar y violentar. Se establecía así un paralelismo entre la violencia ejercida sobre el cuerpo de las aborígenes y la usurpación de los recursos naturales y la tierra que la mujer representaba. En esta sección se reúnen algunas obras que cuestionan ese papel de la cartografía como lugar de inscripción del poder patriarcal y colonial, proponiendo otros acercamientos al cuerpo-mapa.

2. Madre Naturaleza. En la década de los setenta, algunos/as artistas vieron en la reivindicación de la tradición de las diosas-madre y en la identificación del cuerpo con la tierra una forma de exaltar el poder femenino o de proponer una relación con la naturaleza que escapase de las lógicas productivas del capitalismo. Con el paso de los años, esta perspectiva un tanto esencialista fue cediendo el paso a revisiones más críticas o distanciadas de las genealogías matriarcales.

3. Brujxs y Chamanxs. Desde los setenta, el arte ha explorado el potencial de las espiritualidades disidentes o no occidentales para subvertir la dinámica depredadora del capitalismo y superar los dualismos característicos de la antropología cristiana tradicional (Cuerpo/Espíritu, Naturaleza/Cultura, Mujer/Hombre, Afectividad/Racionalidad, Materia/Espíritu). No obstante, como sugiere Pilar Albarracín en su relectura irónica de una performance clásica de Joseph Beuys, la identificación del artista con la figura del chamán también corre el riesgo de alimentar una visión salvífica y romántica de la creación artística.

4. Historia Cultural. La separación entre naturaleza y cultura es uno de los fundamentos en los que se basa la tradición científica occidental. Aproximarse a la naturaleza desde el punto de vista de la historia cultural nos ayuda a cuestionar esta división y a reflexionar sobre los procesos de antropización del paisaje, que funciona como lugar de inscripción –pero también de subversión– de las estructuras de poder capitalistas, heterosexistas y coloniales.

5. Ecofeminismos. El ecofeminismo, que se desarrolló a partir del movimiento feminista, pacifista y ecologista a finales de los setenta, sostiene que existe una estrecha conexión entre la relación de dominio entre el ser humano y la naturaleza –modelada por la ciencia europea a partir del siglo XVI– y la relación de explotación entre hombres y mujeres que impera en las sociedades patriarcales. Las intervenciones artísticas aquí reunidas nos sugieren alternativas a este modelo patriarcal y depredador, así como la aceptación de elementos tradicionalmente despreciados y marginados como femeninos (los lazos afectivos, la compasión, la materia, la naturaleza).

6. Elementos, Alimentos. Como evocan las obras expuestas en esta sección, un mundo sostenible implica evolucionar hacia una economía que ponga el cuidado y la vida en el centro. La actividad protectora de la naturaleza que desarrollan las mujeres en muchos países no tienen tanto que ver con una supuesta conexión esencial entre la mujer y la tierra, sino con las responsabilidades que éstas ejercen en la economía familiar y que les llevan a pensar holísticamente y a priorizar el bienestar de la comunidad.

7. Trabajo. Las obras de este apartado conectan con una tradición artística que, desde los mosaicos romanos a las pinturas flamencas de campesinos, ha celebrado el trabajo en el campo. No obstante, también nos hablan de cómo el mundo rural es un mundo atravesado de diferencias de género no solo porque impere, como en otros sectores económicos, una división sexual del trabajo, sino porque las mujeres rurales que viven de una economía de subsistencia son las primeras víctimas de la destrucción del medio natural llevada a cabo para producir objetos destinados al Primer Mundo.

8. Violencia y Territorio. Lejos de la visión bucólica de la naturaleza que ha transmitido durante siglos cierta pintura de paisaje, las obras de Sansour, Abdul y Landau nos recuerdan que la tierra es también un lugar de conflicto, donde se trazan fronteras y se disputan territorios. Las mujeres y niñas representan la mitad de las personas refugiadas y desplazadas en el mundo y además de a la violencia de las guerras, la persecución política y religiosa o las catástrofes medioambientales, muchas de ellas se enfrentan también al riesgo de sufrir violencia de género y explotación sexual.

9. Ecologías Queer. El término “ecología queer” se refiere a una constelación interdisciplinar de prácticas que buscan romper con las definiciones normativas de la naturaleza y el género, subrayando las intersecciones entre heterosexismo, capitalismo, especismo y patriarcado. Los parques, por ejemplo, son tradicionalmente heteronormativos en el sentido de que reflejan jerarquías de propiedad y decoro. Como nos muestra Andrés Senra, el cruising los convierte en “espacios queer”, espacios donde se trascienden las clasificaciones binarias de la identidad sexual. Annie Sprinkle y Elizabeth Stephens, por su parte, cambian el paradigma clásico de la tierra como madre al de la tierra como amante. En sus obras exploran la interrelación entre sexología y ecología, y celebran la desobediencia sexual y política, la polimorfia y la diversidad.

.

Territorios que importan. Género, arte y ecología, CDAN, Huesca. Hasta el 20 de enero de 2019.

Comisariado: Patricia Mayayo Bost y Juan Guardiola.

Artistas: Francisco Abad, Lida Abdul, Pilar Albarracín, Joseph Beuys, Heinrich Bunting, Carma Casulá, Judy Chicago, Shawna Dempsey, Agnes Denes, Mary Beth Edelson, Jacob Frey, Regina José Galindo, Anna Bella Geiger, Francisco Goya, Núria Güell, Anna Halprin, Meyer y Helen Mayer Harrison, Patricia Johanson, Robert Kinmont, Antonio Lachós Roldán, Maria Lai, Álvaro Laiz, Sigalit Landau, Juan Lesta, Eva Lootz, Lucia Loren, Cristina Lucas, Ana Lupas, Ana Maria Maiolino, Maria Evelia Marmolejo, Vicente de Memije, Ana Mendieta, Lorri Millan, Marta Minujín, Fina Miralles, Belén Montero, Carlos Motta, Teresa Murak, Bonnie Ora Sherk, Abraham Ortelius, Tatiana Parcero, Ewa Partum, Araya Rasdjarmrearnsook, Lotty Rosenfeld, Ángels Ribé, Estíbaliz Sádaba, Larisa Sansour, Andres Senra, Charles Simonds, Allan Sonfist, Annie Sprinkle, Beth Stephens, Michelle Stuart, Francesc Torres, Eulàlia Valldosera y Cecilia Vicuña.

Incluida en la Bienal Miradas de Mujeres 2018.

.

Introduce tu comentario

Por favor, introduce tu nombre

Debes introducir tu nombre

Por favor, introduce una dirección de e-mail válida

Debes introducir una dirección de e-mail

Por favor, introduce tu mensaje

MAV Mujeres en las Artes Visuales © 2025 Todos los derechos reservados


Diseñado por ITCHY para m-arte y cultura visual