Sincretismo entre la Casa de Vidrio y la Fundació Joan Miró. Silla Bowl Bardi, 1951
LINA BO BARDI DIBUJA
Joana Baygual
Lina Bo Bardi (1914-1992) fue una arquitecta italo-brasileña, que se formó en Italia, primero en Roma y seguidamente, durante la IIª Guerra Mundial, en Milán. En esta ciudad, debido a que en Europa, durante la guerra «no se construía sino que solo se destruía». Trabajó en una revista, Quaderni di Domus, como editora junto a Gió Ponti e ilustró numerosas publicaciones con sus dibujos, diseños de muebles, y arquitecturas. Absorbió las corrientes modernistas que provenían del norte, la Bauhaus, las vanguardias surrealistas, el cine neo-realista, y además políticamente se sintió muy involucrada con el partido comunista italiano.
Acabada la IIª Guerra Mundial, en 1946, con su marido Pietro María Bardi, coleccionista de arte, y de quien tomó el nombre, decidió trasladarse a Brasil, un lugar donde muchos conciudadanos italianos habían emigrado, y donde, potencialmente, había un mercado para el arte, a diferencia de la destruida Europa después de la guerra.
Recién llegados a Brasil conocen a Assis Chateaubriand, magnate de la prensa y mecenas, que les convence para crear un museo de arte a la medida del MoMA de Nueva York, pero en Brasil. Concretamente en São Paulo, y allí se traslada el matrimonio, donde ambos trabajarán para ese nuevo museo de arte, el MASP.
Proyecto de diorama para el Museo del Instituto Butantã, 1964
Lina Bo Bardi en Brasil, desarrollará su polifacética carrera, diseñando exposiciones, construyendo, remodelando, adaptando espacios para nuevas funciones. Diseñando casas particulares, centros de arte, muebles, etc. Aprovechando todo lo que le podía ofrecer ese lugar, Brasil, lleno de energía, para colmar su insaciable inquietud e interés. Y siempre pensando que la arquitectura debía estar al servicio de las personas, como creadora de espacios de convivencia y vida. Lugares lúdicos donde poder vivir, disfrutar y jugar, aptos para todas la edades. El arte y la vida estaban profundamente entrelazados en su filosofía de vida.
A Lina Bo Bardi le interesaba todo lo que representara la creatividad, cualquier expresión de arte popular para ella era tan valiosa como las llamadas Bellas Artes. Por ello, cuando la invitaron a Bahía a dar una conferencia, descubrió la potente riqueza del arte popular de esa zona, el nordeste de Brasil, bastante desconocida para el resto del país. Entonces elaboró una “Antropofagia a la inversa”[1]. Como europea, quiso asimilar e hibridarse de la cultura del país que le había acogido, y también presentar a ese país toda esa riqueza creativa, creando un museo, el Museo de Arte Moderno de Bahía, donde poder mostrar, estudiar y conservar ese patrimonio. La arquitecta ideó un museo-escuela, para niños y jóvenes, articulando lo erudito y lo popular, buscando romper las barreras normalmente establecidas por los museos de arte[2].
Instalación del Circo Piolín en el Mirador del Museo de Arte de São Paulo, 1972
Y todo lo que hacía lo planificaba a partir del dibujo, como una herramienta para plasmar todas sus ideas y los procesos de desarrollo de sus proyectos. En el Instituto Bardi Casa de Vidrio, en São Paulo, se conservan seis mil de sus dibujos.
Gracias a esta exposición en la Fundació Joan Miró, comisariada por Zeuler Rocha Lima, tenemos una pequeña parte, representativa, de este acervo. Cien dibujos, que descubrimos divididos en cinco temas: Las Plantas, Las Personas, Dibujar diseñando y diseñar dibujando, Ver y Vivir.
En Las Plantas, vemos la importancia que la naturaleza representó para Lina Bo Bardi, y lo que supuso enfrentarse con la frondosidad de la vegetación subtropical de Brasil, que incluyó en sus proyectos arquitectónicos y en sus dibujos. Y también la influencia que supuso la obra de Antoni Gaudí en sus trabajos, incluyendo formas orgánicas, a raíz de su viaje a Barcelona en 1956.
En Las Personas, descubrimos cómo Lina Bo Bardi pensaba la arquitectura de forma muy teatral, donde las personas eran las protagonistas de la misma, no los edificios u otros elementos arquitectónicos o decorativos. Le interesaban principalmente los individuos en estados de interrelación con otras personas, vinculándose unos con otros, conviviendo en los espacios. Dijo: “Hasta que alguien no entra en un edificio, sube los escalones y toma posesión del lugar en una aventura humana que se desarrolla en el tiempo, la arquitectura no existe”.
En Dibujar diseñando y diseñar dibujando y en Ver advertimos como su increíble curiosidad y permeabilidad producía escenificaciones de sus proyectos expositivos, probando nuevas maneras diferentes y originales de presentar las obras, sin ningún tipo de prejuicios creando nuevas asociaciones y lecturas.
Y finalmente, en Vivir, donde a partir de sus dibujos, y en la misma escenografía de la exposición, con puntales para presentar las obras, con la cartela detrás, colocados a modo de bosque transitable; con paneles informativos a la manera de cortinas, que dividen los espacios, y con un andamio para exponer otras obras, observamos cómo sus dibujos reflejaban su filosofía de trabajo, de concepción de proyectos y su inclusiva visión de la arquitectura vivida.
La exposición acaba con un documental que nos proporciona información complementaria para conocer la figura y la obra de esta mujer, Lina Bo Bardi.
Notas:
[1] Andrade, Oswald de. “Manifiesto Antropófago”. Revista de Antropofagia, Año 1, No. 1, mayo 1928.
[2] Oliveira, Albino. “Museo de Arte Moderna de Bahia”. Pesquisa Escolar Online, Fundação Joaquim Nabuco, Recife. Disponible en: <http://basilio.fundaj.gov.br/pesquisaescolar_es/>.
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Lina Bo Bardi dibuja, Fundación Joan Miró, Barcelona. Del 15 de febrero al 26 de mayo de 2019.
Más información:
https://www.fmirobcn.org/es/exposiciones/5747/lina-bo-bardi-dibuja
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