Arantxa Echevarría, Carmen y Lola, 2018
PERO ¿QUÉ PASA CON EL CINE?
Dora Román
En el artículo de Kati Lema en el diario El País del 25/06/2019 que lleva por título “Hacen falta más referentes femeninos en los escenarios”, Carla Gimeno, integrante de la banda catalana The Crab Apples que actuará en “Más Músicas” –una cita musical feminista donde las mujeres protagonizan la programación–, incide en la necesidad de que se dé una mayor visibilidad a la mujer en la música.
Pero ¿qué pasa con el cine? Tampoco vendría mal una cita cinematográfica feminista: los boletines de la programación estival para las noches de verano de diferentes centros de arte ignoran y olvidan que hay directoras mujeres.
Comenzamos por Madrid, donde Centro Centro ha programado «Cibeles de Cine», un homenaje a la 20th Century Fox, con un programa en el que se alternan conocidos títulos de grandes clásicos con los últimos éxitos de la temporada y películas familiares. Lamentablemente, y en todo el ciclo, excepto Carmen y Lola, dirigida por Arantxa Echevarría, nos encontramos ante la misma coincidencia: ninguna directora de cine, ausencia de mujeres tanto en las históricas de los estudios de Hollywood (Cleopatra, Eva al desnudo, Dos hombres y un destino, La tentación vive arriba, Patton, Sonrisas y lágrimas, El buscavidas o Alien: el octavo pasajero), como entre las galardonadas en los últimos premios Oscar (Green Book, La favorita, Ha nacido una estrella, Bohemian Rhapsody, El Blues de Beale Street) o en los actuales éxitos de cartelera (Mula, Rocketman). El cine de autor es, efectivamente, de autor, tanto en los títulos nacionales (Dolor y gloria, Todos lo saben, El Reino, Quién te cantará) como en los internacionales (Girl, Cold War, Los hermanos Sisters, La caída del imperio americano, Dogman), y lo mismo ocurre en los films nostálgicos, en los producidos en las décadas de los ochenta y noventa (Scarface, El gran Lebowski o Pulp Fiction) y en el infantil Dumbo.
Por su parte, la Casa Museo de Lope de Vega, también en Madrid, presenta la misma casuística en su programación para los miércoles de julio, puesto que la integran cinco directores hombres en un ciclo compuesto por obras españolas y extranjeras que van desde La casa de Bernarda Alba a Casa de Muñecas, pasando por La Gaviota, Ifigenia o Fuenteovejuna.
Análoga situación encontramos en el segoviano Palacio de Quintanar, que ofrece en «Cine desde el jardín» una programación centrada en la comedia, sin renunciar a cierto cine de autor, que no de autora: La estrategia del caracol, Extraña pareja, Una jornada particular y Good bye, Lenin!
Hermína Týrlová, Droles de Cigognes, 1966
El panorama mejora algo revisando «Le Fresnoy, Studio national des Arts (Contemporains)», de Tourcoing (Francia), donde alcanzamos un treinta por ciento de mujeres directoras, con obras como Nevada de Laure de Clermont-Tonerre, La femme de mon frére de Monia Chocki y Droles de Cigognes de Hermína Týrlová, frente a la mayoría de las de dirección masculina: Parasite, Zombi Child, Le Daim, Etre vivant et le savoir, Piranhas, Yves, Men in Black: International, y las infantiles Toy Story y L’incroyable aventure de Bella.
Volviendo a España, ¡menos mal!, en el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía C3A, de Córdoba, pasamos del cuarenta por ciento, contando con Women Without Men, dirigida por Shirin Neshat; Loving Vincent, por Dorota Kobiela; Edward Burtinsky. Paisajes transformados, por Jennifer Baichwal; y Yayoi Kusama. Infinito, por Heather Lenz.
Shirin Neshat, Women Without Men, 2009
¿Qué tal si para el próximo verano los centros españoles avanzaran un paso más allá y repasaran nuestra filmografía, incluyendo obras de directoras noveles y de cineastas consagradas como Icíar Bollaín, Isabel Coixet, Leticia Dolera, Dunia Ayuso, Ángeles González-Sinde, Chus Gutiérrez, Blanca Li, Ana Mariscal, Pilar Miró, Josefina Molina, Silvia Munt, Gracia Querejeta, Antonia San Juan, Carla Simón, Helena Taberna, entre muchísimas otras más?
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