CATACLISMO

MORISOT: EL PINCEL DEL IMPRESIONISMO

MORISOT: EL PINCEL DEL IMPRESIONISMO
Cristina Riveiro

Berthe Morisot (Bourges, 1841-París, 1895) fue una de las primeras mujeres vinculadas al movimiento impresionista. Fue educada en una familia de la alta burguesía de Francia que le inculcó un profundo interés por las artes y la música, pero fue su alta capacidad creativa la que le llevó a interesarse por el mundo de la pintura. Tal es así, que fue aliada de otros pintores impresionistas como Renoir o Degas, y admirada por intelectuales como Mallarmé.

A la edad de 20 años, Berthe y su hermana Edma conocieron a Camille Corot, un destacado paisajista de la Escuela de Barbizon. El tratamiento de la luz y del color así como la forma de plasmar la realidad que tenía Camille tendrá mucha influencia sobre ellas. Les enseñará también la técnica de pintura au plein-air, que será usada por Berthe en varias de sus primeras obras. 

Morisot recibió sus primeras clases de la mano de los pintores Geoffroy-Alphonse Chocarne y Joseph-Benoît Guichard. Este último la introduce en el Salón de París, donde en 1864 tendrá lugar su primera exhibición. Además, también llega a ser copista del Museo de Louvre junto con su hermana gracias a las directrices de Guichard.

Berthe Morisot, La cuna, 1872

En 1872 logra vender más de veinte de sus pinturas al promotor parisino Paul Durand-Ruel y esto marcará un importante hito en su carrera profesional. Dos años más tarde, en 1874, se celebra la primera exhibición de impresionistas en la que expuso una de sus obras más famosas «La Cuna». Otras de sus obras destacadas son «El espejo psiqué», «Eugène Manet en la isla de Wight», «Pastora desnuda tumbada» o «En la orilla del lago».

En ese mismo año, Berthe Morisot conoció a Édouard Manet, con quien tuvo una estrecha relación artística e incluso posó para algunas de sus obras. Y a través de él, entabla relación con su hermano Eugène, con el que se casará y tendrá una hija, Julie, que fue una de sus modelos recurrentes.

Pero a pesar de toda su gran obra, Berthe Morisot ocupó un segundo plano para los historiadores del arte por sus temáticas sobre la vida cotidiana de las mujeres, ya que a ella le gustaba mostrar lo que veía en su día a día pero desde un prisma diferente. Morisot pintó más de un centenar de cuadros, fundamentalmente en óleo y acuarela, y centró su obra en la luz y en el color, como el resto de sus compañeros impresionistas. Pero fue un personaje muy inusual, puesto que era una pintora profesional y también esposa y madre. A pesar de ese segundo plano a la que fue relegada, Morisot constituye una figura clave en la fundación del impresionismo como movimiento.

En una ocasión el Museo de Orsay –que por primera vez desde su apertura en 1986 le ha dedicado una muestra monográfica en 2019, tras su paso por el Musée National des Beaux-Arts de Québec, The Barnes Foundation en Filadelfia y el Dallas Museum of Art– subrayó a propósito de su obra que Berthe Morisot buscaba plasmar la vida burguesa, los paisajes y los retiros campestres así como el trabajo doméstico femenino, de tal manera que siempre había una línea confusa entre lo privado y lo público, y entre los límites entre el interior y el exterior.

Berthe Morisot, El escondite, 1873

Este otoño de 2019 es el Museo de Bellas Artes de Houston el que se ha teñido del color impresionista con dos exposiciones: «De Monet a Picasso: una colección muy privada» y otra de nuestra protagonista «Berthe Morisot: impresionista original». Con estas dos exposiciones se pretende destacar la importancia del impresionismo dentro de la historia del arte y darle el lugar que se merece a una mujer como Morisot, que nunca estuvo bien valorada. Así lo expresaba la comisaria de la exposición, Helga Aurisch, quien destacaba que se debería haber reconocido a esta artista como un gran icono de su tiempo.

En la exposición se pueden ver más de una veintena de obras suyas donde el juego con la luz y el color, tanto al aire libre como en espacios interiores, es una constante. Algunas de las obras que ofrece la muestra son «Al escondite», «Interior», «En la playa de Fécamp» o las elegantes damas que aparecen en «Mujer con un abanico» o «Mujer en su baño», en donde la artista plasma el mundo femenino del París del momento.

Berthe Morisot murió en 1895, cuando tenía 54 años, por un problema pulmonar. Un año más tarde, sus amigos pintores Renoir, Degas, Monet y Mallarmé le organizaron una exposición como homenaje a su gran talento. Fue enterrada en el panteón familiar del cementerio de Passy en París, junto a su marido Eugène y su colega artístico y también cuñado Édouard Manet.

.

Introduce tu comentario

Por favor, introduce tu nombre

Debes introducir tu nombre

Por favor, introduce una dirección de e-mail válida

Debes introducir una dirección de e-mail

Por favor, introduce tu mensaje

MAV Mujeres en las Artes Visuales © 2025 Todos los derechos reservados


Diseñado por ITCHY para m-arte y cultura visual