SOBRE EL CURSO «LA MIRADA FEMINISTA»
Asun Requena Zaratiegui
El fin de semana del 16 y 17 de noviembre de 2019 ha tenido lugar en Vitoria el curso La Mirada Feminista coordinado y presentado por la antropóloga y Catedrática de Antropología de la UPV/ EHU Lourdes Méndez, y Xabier Arakistain, comisaria de arte.
El curso ha contado con una amplia programación internacional de ponentes llegadas de diversos países de Europa y con un público de todas partes de la geografía española y europea. Tal ha sido el éxito de esta duodécima edición del curso, que el Museo Artium de Vitoria tuvo que habilitar otra sala para poder atender a la demanda y proyectar en streaming las diferentes conferencias.
La primera ponente fue Rosa Rius Gatell, que habló sobre la obra de María Zambrano y cómo es aquello de pensar el arte para escribir luego sobre él. Esta charla y la de la artista Elena Mendizábal en conversación con la directora Beatriz Herráez, que expone en la actualidad sus abstracciones en Artium, fueron las únicas muestras de artistas del territorio; las demás se centraron en artistas europeas, sobre todo en performances y fotoperformances de los años 70 y 80 del siglo pasado.
La primera charla de la inglesa Amy Tobin, profesora del Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Cambridge, no dejó indiferente a nadie, puesto que en su argumentaciones sobre sororidad y arte feminista, abogó por el poder político de la sororidad y nos cuestionó sobre o mejor nos mostró artistas que cuestionaban este papel de acompañamiento entre mujeres, incluyendo alusiones a la obra de Hannah Wilke, para mostrar otras caras del feminismo y de las relaciones entre las artistas. Para ello citó a la escritora y activista Audre Lorde, quien aboga por el respeto y la diferencia entre mujeres.
La artista italiana residente en Berlín Monica Bonvicini mostró su obra en la que analiza la arquitectura moderna, los roles de género y la política feminista. A través de su relación con la arquitectura se ha ganado el apodo de la reina de las paredes.
La historiadora del arte Giovanna Zapperi, profesora de la Universidad de Tours en Francia, y comisaria de la actual exposición en el Museo Reina Sofía Musas Insumisas, nos habló del feminismo en Italia y la segunda ola o segunda etapa del feminismo de los años 60 a los 80, destacando la importancia de Rivolta Femminile, que mostró la necesidad de una nueva política para las mujeres frente a la de los hombres, y el cuestionamiento de la igualdad como concepto de alienación, y subyugante. Para ello presentó la obra de Carla Lonzi, Carla Accardi, Elvira Banotti, creadoras entre otras del manifiesto de las artistas y de la Cooperativa Beato Angelico en Roma en 1976. Otras artistas estudiadas fueron Stephanie Oursler, Iole de Freitas, Verita Monselles, Suzanne Santoro y Marcella Campagnano.
Entre conferencia y turno de preguntas se disertó sobre si el feminismo era ya un ismo y sobre la importancia de la escucha activa.
Sin duda la charla que destacó sobre las demás fue la de la doctora y profesora de la Universidad de Viena Elke Krasny, centrada en obras cuyo hilo conductor es el duelo, la memoria y el dolor traducido en una obra artística de resistencia feminista reparadora, qué traumas se reconocen en el duelo público y cuáles no se reconocen. Krasny habló sobre la posmemoria a través de la obra de Suzanne Lacy, el caso de Sarah Baartman (1789-1815), la performance Vigil (2002) de Rebecca Belmore o la memoria de las Halmoni en la obra de Yosiko Shimada. Conclusión, la performance posee un poder curativo frente al duelo para quien la hace y quien la ve, además de tener carácter memorial y testimonial que hace del receptor, del que la observa, testigo, y por tanto, guardián de la memoria, de la mirada ética. Se habló asimismo de la violencia epistémica, la ignorancia de esta violencia y la asimilación como violencia de ignorar a quién está en duelo. En fin, una conferencia que dio para mucho y en cuyo libro está trabajando.
La artista croata, nacida en la antigua Yugoslavia, Sanja Iveković contó su doble vida como artista feminista. Fue pionera del arte feminista en los años 70 y a través de su recorrido vital mostró el nacimiento de ese movimiento y de su trabajo, que traspasó los Balcanes. Mostró la doble cara del socialismo ante la igualdad pero sin entrar en cuestiones políticas, sino en una visión de vivencia clara y vital que comenzó en 1978 con la Conferencia Internacional a la que llegaron feministas de la Europa del Este y feministas curiosas. Una de las causas negativas que veían sus detractores era que era algo importado, pero los debates y encuentros se fueron desarrollando en la Women Society. Sus obras, desde su juventud, muestran la obra de una mujer libre en toda la plenitud del concepto puesto que obras como Triangle (1979), muestran los límites de la política de su país, y el fino límite entre lo impuesto y la libertad, entre lo permitido y lo castigado. Sus fotomontajes son también la continuación de publicidad “prestada” para robar la mirada del espectador curioso hacia una mujer estereotipada donde introduce mensajes e historias de género para no olvidar. Una de sus obras motivó una nueva ley en la ciudad de Luxemburgo por la que no se podían realizar interpretaciones del monumento a los caídos coronado por una figura femenina dorada. Sin duda, una artista apasionante que terminó recomendándonos que estudiásemos a Eve Babitz.
El curso terminó con una invitación dentro de 365 días a la decimotercera edición en 2020.
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