Elizabeth Shippen Green, Violet Oakley, Jessie Willcox Smith y Henrietta Cozens en Chestnut Street Studio, c. 1901
LAS CHICAS DE LA ROSA ROJA
Marta Mantecón
Quien más quien menos conoce la Hermandad Prerrafaelita, una comunidad de artistas surgida en Londres en plena época victoriana, aparentemente protagonizada por hombres, aunque luego hemos sabido, gracias a exposiciones como la celebrada en la National Portrait Gallery de Londres bajo el título “Pre-Raphaelite Sisters” entre finales de 2019 y principios de 2020, que las mujeres desempeñaron una labor esencial dentro del grupo, más allá del papel de musas que la Historia del Arte les había otorgado. Sin embargo, son muchas menos las personas que han oído hablar de las Red Rose Girls, un colectivo de artistas de Pensilvania, también interesado por el arte de la Edad Media y el Renacimiento, que vivieron y trabajaron juntas a principios del siglo XX.
El grupo estaba formado por Violet Oakley (1874-1961), Elizabeth Shippen Green (1871-1954) y Jessie Willcox Smith (1863-1935) con el apoyo de Henrietta Cozens (1889-1956), una horticultora que se hizo cargo del cuidado del grupo y ejerció algo así como de administradora de la casa en la que convivían. Resulta bastante gráfica la fotografía en la que vemos a Henrietta regando a las tres y asumiendo el papel simbólico de “esposa”, tal como señala Alice Carter en “The Red Rose Girls: An Uncommon Story of Art and Love”. En este sentido, cabe considerar aquí el testimonio que Anna Lea Merritt, una artista próxima al colectivo, dejó escrito en “A letter to artists: especially women artists”, publicada en Lippincott’s Monthly Magazine (1900): «El principal obstáculo para el éxito de una mujer es que nunca podrá tener esposa. […]. Es sumamente difícil ser artista sin esta ayuda que ahorra tiempo. Un marido sería bastante inútil».
Inicialmente, decidieron compartir un apartamento en Chestnut Street en Filadelfia para mudarse después a la llamada Red Rose Inn –de ahí el apodo del grupo– en Villanova (a escasos 30 km de Filadelfia) hacia 1901 o 1902, donde formaron una comunidad artística y disponían de más espacio para trabajar. Finalmente se trasladaron a una casa que el arquitecto Frank Miles Day había remodelado en Cresheim Creek en Mount Airy (Filadelfia) y que llamaron Cogslea –“Cogs” es un acrónimo formado por las iniciales de sus cuatro apellidos (Cozens, Oakley, Green y Smith) y “lea” describe la pendiente de la colina de la finca–, donde vivieron entre 1906 y 1911 (se llamaban así mismas “familia Cogs”).
Se especuló bastante sobre su relación de amistad y su posible homosexualidad. En aquel momento se utilizaba la expresión “matrimonio de Boston” para referirse a los hogares formados por mujeres solteras que convivían de forma independiente, sin la presencia de un marido (los matrimonios de Boston eran muy comunes entre el profesorado femenino de finales del siglo XIX y principios del XX). Se aceptaban porque se consideraban relaciones supuestamente axesuales que podían resultar idóneas para mujeres que, en lugar de casarse y tener hijos, elegían desarrollar una profesión independiente.
Elizabeth Shippen Green, Violet Oakley, Jessie Wilcox Smith y Henrietta Cozens, c. 1901
La amistad de las Red Rose Girls se inició hacia 1897, mientras estudiaban en las Escuela de Ilustración del Departamento de Bellas Artes del Drexel Institute, donde fueron alumnas de Howard Pyle, un ilustrador y escritor apasionado por la Edad Media a quien se le atribuye el nombre del colectivo. Las tres se habían formado también en la Academia de Bellas Artes de Pensilvania. En aquel momento, la educación artística para mujeres no estaba mal vista siempre que su vida se orientase hacia el matrimonio y la maternidad, pero en las clases estaba prohibido utilizar desnudos en vivo; una costumbre que fue desafiada por las propias mujeres, que optaron por posar ellas mismas desnudas para las demás. También formarían parte de The Plastic Club de Filadelfia, una organización de arte para mujeres fundada por la artista Emily Sartain en 1897 –una de las más antiguas de Estados Unidos– con el objetivo de promover la colaboración y el trabajo de sus integrantes, en respuesta al Philadelphia Sketch Club, cuyo acceso era exclusivamente masculino.
Juntas representaron el ideal feminista de la “Nueva Mujer” que se estaba fraguando a finales del siglo XIX y durante las primeras décadas del siglo XX –varias décadas antes de que Virginia Woolf escribiera “Una habitación propia”–, aunque su forma de vida no convencional y sus lazos de amor y amistad fueron objeto de muchas críticas, precisamente por convivir juntas, ser libres e independientes y tener éxito profesional en un momento en el que el único destino aceptado para las mujeres era el de ser esposas y madres.
Violet Oakley, Trío en Cogslea: Elizabeth Shippen Green, Henrietta Cozens y Jessie Willcox Smith (inacabada),
c. 1906-1911. Pennsylvania Academy of Fine Arts
Aunque inicialmente las tres trabajaron como ilustradoras y llegaron a realizar algunos trabajos juntas, Violet Oakley destacó como diseñadora de vidrieras y muralista –de hecho, fue la primera mujer que recibió un encargo para realizar un mural público en Estados Unidos– mientras que Elizabeth Shippen Green y Jessie Willcox Smith desarrollaron una importante carrera en el ámbito de la ilustración y llegaron a trabajar para publicaciones tan significativas como Ladies’ Home Journal, The Saturday Evening Post y Harper’s Magazine en el caso de Elizabeth, que tuvo bastante éxito en el ámbito de la ilustración infantil, o Scribners, The Century Magazine, Harper’s Bazaar y también Ladies’ Home Journal en el de Jessie, que además fue colaboradora de la revista Good Housekeeping y llegó a ilustrar más de medio centenar de libros, convirtiéndose en una de las profesionales mejor pagadas del momento y reconocida con varios premios.
Su estilo participaba de elementos del romanticismo y del realismo, los dos movimientos que tuvieron mayor predicado durante la segunda mitad del siglo XIX, optando siempre por una figuración naturalista de tintes románticos que, en algunos aspectos, se aproximaba al estilo de los prerrafaelitas ingleses, especialmente en la obra de Violet Oakley.
The Philadelphia Press
El colectivo se disolvió en 1911, cuando Elizabeth Shippen Green se casó con Huger Elliott. De hecho la prensa local se hizo eco de la separación. Violet Oakley se quedó en Cogslea, donde convivirá con la artista Edith Emerson hasta su muerte, mientras que Jessie Wilcox Smith y Henrietta Cozens continuaron viviendo juntas. Su amistad continuó durante el resto de sus vidas y juntas protagonizaron la “edad de oro” de la ilustración estadounidense, allanando el camino a futuras artistas. Las Red Rose Girls fueron un modelo para otras mujeres, al demostrar que podían vivir de su profesión más allá de la obligación de ser esposas o madres, e incluso alcanzar cierto reconocimiento y éxito a través del trabajo, la sororidad y el apoyo mutuo.
Elizabeth Shippen Green, Jessie Wilcox Smith y Violet Oakley
Más información:
Alice A. Carter: The Red Rose Girls: An Uncommon Story of Art and Love. Harry N. Abrams, Inc., 2000
Anne Wallentine: “A House of Their Own: The Red Rose Girls”, en Daily Art Magazine, 18-05-2019.