CATACLISMO

ENTREVISTA A MARTA MARTÍN, DIRECTORA DEL MUSEO COLISEO

ENTREVISTA A MARTA MARTÍN, DIRECTORA DEL MUSEO COLISEO
Dora Román

Abogada y pianista de formación, Marta Martín se involucró con entusiasmo en la creación del Museo Coliseo de San Lorenzo de El Escorial, inaugurado en diciembre de 2019, con motivo de los 250 años de la colocación de la primera piedra del Teatro Coliseo. 

Marta ¿qué nos puedes contar del Teatro Coliseo? 

El Teatro Coliseo es el teatro cubierto más antiguo de España que se conserva, y el único de los Teatros de Corte que continúa con su estructura en su estado original. Estando sobre la mesa una licencia de demolición para construir viviendas en su lugar, la familia Martín movilizó a intelectuales y artistas del momento para que no se derribara un edificio tan singular, acontecimiento que llegó tanto a la prensa nacional como a la internacional. La restauración fue totalmente particular, a manos de la empresa familiar, y se convirtió en un hecho notable, consiguiendo así frenar un derribo que, en cambio, sí afectó a otro teatro contemporáneo de éste, el de La Granja de San Ildefonso. Gracias a su actuación, se consiguió la primera medalla de Europa Nostra para España en 1979 y la declaración de Bien de Interés Cultural en la Categoría de Monumento en 1995.

Además de la restauración, la misma empresa pasó a ser gestora de la programación. Muchos de los mejores artistas del momento colaboraron desinteresadamente en la inauguración para apoyar la iniciativa y situarlo en el nivel que le correspondía. En un primer período no contaron con ningún tipo de ayuda pero, al cabo de dos años, al ver el impulso que iba adquiriendo, el Ministerio de Economía ofreció un contrato de arrendamiento sobre el edificio, que se convirtió en un Teatro Nacional hasta 1985, fecha en la que, en virtud de la delegación de competencias, pasó a manos de la Comunidad de Madrid, organismo que actualmente lo gestiona. 

¿Cómo surge crear el Museo? 

Junto con el edificio, la familia se encontró con mucha documentación, archivos y objetos relacionados con el teatro, algunos procedentes de la sustitución de elementos que se llevó a cabo en la restauración que se hizo entre los años 1972 y 1979. Como las piezas se estaban minusvalorando, surgió de mi padre y de mi la idea de conservarlas y crear un lugar para exponerlas, casi se convirtió en una obligación, una necesidad, y al ver el resultado te sientes útil a la sociedad, es una labor muy gratificante aunque el camino haya y esté siendo duro desde el punto de vista de difundirlo a administraciones y asociaciones, y de mantenerlo económicamente, porque es un esfuerzo grande para una empresa privada en la que todos los gastos recaen sobre nosotros, ya que no tenemos ayudas de ningún tipo y las entradas tienen un precio simbólico. 

¿Es más fácil partir de un fondo privado?

Nosotros mismos hemos intentado también resolver y cubrir las carencias que teníamos; algunas veces las hemos cubierto ampliamente, otras no de forma totalmente perfecta (todo es susceptible de perfeccionarse), pero lo cierto es que el hilo argumental del Museo está completo; es verdad que de algunas épocas nos gustaría tener más documentación, como por ejemplo la relativa a la programación de los siglos XVIII y XIX, pero en general estamos muy satisfechos. 

Marta ¿en qué consiste tu actividad al frente del Museo Coliseo? 

Ha habido mucha labor de investigación, hemos tenido que buscar, ordenar cronológicamente, clasificar, catalogar, inventariar todo el fondo de piezas muy variado y luego ya encontrar la mejor manera de exponerlas y explicarlas al público, y ahora estamos en la fase de ver el resultado y las sensaciones que todo ello causa en el público. Desde la apertura, hace menos de un año, estoy muy al tanto de cómo va funcionando cada parte del Museo. Me gusta escuchar los comentarios de los visitantes, atenta siempre a si hay alguna carencia que podamos subsanar o si hay alguna mejora que debamos hacer. De igual modo, procuramos crear sensaciones, que no sea una visita fría, que provoque la curiosidad, porque hay muchos rincones en los que detenerse: los bocetos, las máquinas de sonido, los instrumentos de música, los trajes, los diferentes programas y documentos. 

¿Como está estructurado el museo? 

Hay cuatro salas que son más historicistas, y otras que muestran diferentes colecciones. En las primeras, las piezas explican la evolución histórica del edificio y todos los avatares desde su creación en tiempo de Carlos III. Este teatro fue el primer edificio público que se construyó en el Real Sitio y dio nombre a la calle en la que se encuentra, en una época en la que estaba unido físicamente al Palacio del Monasterio para que la Corte se desplazara sin sufrir las inclemencias del tiempo; posteriormente pasó a ser acuartelamiento de tropas francesas y aliadas en la Guerra de la Independencia y fue sufriendo reformas a medida que era necesario. 

De la programación de los siglos XVIII y XIX tenemos menos información, que consta en los archivos de Patrimonio Nacional, en el Palacio Real. Nosotros aún no hemos podido investigar a fondo, aunque sí tenemos documentación y piezas que nos han hecho entender qué tipo de espectáculos se representaban, porque actividad siempre tuvo, excepto en el período de la Guerra de la Independencia.

En los primeros años del siglo XX tuvo una época de esplendor, ya que El Escorial fue sede de partido judicial, de la Escuela de Ingenieros de Montes y de la Escuela de Carabineros, y se convirtió en sitio de moda entre los artistas, los intelectuales y la clase política de la época. Surgió un movimiento importante de veraneantes y de vecinos entre los que estuvieron los Álvarez Quintero, Fernández Shaw, Benavente, Alfonso Paso, Maestro Alonso, etc., y había compañías estables fijas, primeros estrenos y funciones diarias de mañana y de tarde con actuaciones que se renovaban cada dos o tres días. En la II República se le cambió el nombre, pasando a llamarse Teatro Lope de Vega y eliminando los símbolos monárquicos. En 1943 sufrió una transformación importante para adaptarse al cinematógrafo, desmontándose el palco real, las tallas de madera y las pinturas pompeyanas del techo

La última sala está dedicada a la Comunidad de Madrid, con documentación de la época en que fue Teatro Nacional, como la relativa al estreno mundial de “Cinco Horas con Mario” de Miguel Delibes, programas de diversos festivales de teatro clásico, barroco, ciclos de música y fotografías, recuerdos de multitud de actrices y actores que pasaron por su escenario y recortes de prensa más actuales.

¿Qué objetos se encuentran en las diferentes salas?

La colección tiene obras muy curiosas, como la Campana del Coliseo de bronce, que regaló Carlos III al teatro, con el escudo de Carlos II por un lado y la parrilla de El Escorial por el otro. Se utilizaba para avisar al público y a los actores del comienzo de la representación y perteneció al carillón del Monasterio de 1673. Entre las pinturas, un retrato del mismo rey para los Reales sitios, procedente del taller de Mengs (siglo XVIII), otro de la actriz La Tirana, y primeras ediciones de libros de obras que se representaron, como una primera edición de las Comedidas de Calderón de la Barca. 

Además, planos, programas de numerosas obras, de papel y de mano, en papel y en seda, cartas de los actores anunciando sus representaciones, instrumentos de música, partituras, el padrón de San Lorenzo por el que sabemos quiénes estuvieron alojados en la residencia de cómicos, noticias sobre la Compañía de los Reales Sitios, diferentes escenografías, discos de vinilo y pizarra, fotografías y caricaturas de diferentes actrices y actores, colecciones de trajes de actores y público asistente a las representaciones, recreaciones de algunas partes del Museo, las antiguas máquinas de ruidos del teatro…

¿Seguís adquiriendo piezas?

Ahora no, tenemos muy completo el hilo de narración, la parte museológica creemos que está completa y no tenemos ningún vacío. Algunos particulares nos han donado alguna pieza. No obstante, si surgiera alguna obra muy representativa histórica o artísticamente del Coliseo, claro que nos lo plantearíamos. 

¿Tenéis relación con otros centros de este tipo? 

Hemos estado en contacto con el Museo Nacional del Teatro de Almagro que se ofreció a cedernos algunas piezas temporalmente, pero al final no hizo falta pues tenemos mucho fondo propio y nuestro espacio expositivo es limitado, y con el Museo del Traje.

¿Desarrolláis algún otro tipo de actividad? 

Tenemos una parte interactiva para los niños, puesta en marcha con la intención de que puedan tocar algún instrumento, disfrazarse, manejar marionetas y títeres…, porque así fomentamos su participación y estimulamos su curiosidad para conocer nuestros fondos. También, y cuando la situación sanitaria lo permita, está previsto que reanudemos las conferencias sobre temática relativa al Coliseo tanto desde el punto de vista del edificio como de su programación a lo largo de su dilatada vida y presentaciones de libros en nuestra Biblioteca.

¿Has notado algún tipo de rechazo por ser una mujer al frente del teatro? 

No, ni facilitar ni dificultar, creo que todo depende del grado de profesionalidad que cada uno tenga en su trabajo, y ni en esta andadura ni en mi profesión como abogada me he visto estigmatizada por ser mujer. 

En definitiva, una visita muy interesante, no solo desde el punto de vista del edificio, sino de la vida de los artistas y músicos que han pasado por allí en los más de doscientos cincuenta años de funcionamiento, que han dejado huella de su actividad a través de numerosos objetos. 

 

Museo Coliseo. Plaza Jacinto Benavente, 2, 28200 San Lorenzo de El Escorial, Madrid.

 

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