
LA ESPIGADORA. ARTISTAS ESPAÑOLAS HASTA 1955
Ante la escasez de obras de artistas españolas en la exposición Invitadas (1833-19931) en el Museo del Prado y su última sala con algunos préstamos del Museo Reina Sofía, nos hemos preguntado por su política de adquisiciones en las últimas décadas. Como es sabido, el nacimiento de Pablo Ruiz Picasso en 1881 divide cronológicamente las colecciones de nuestros principales museos nacionales, el Museo del Prado y el Museo Reina Sofía. Ambos han heredado una historia que ha dejado prácticamente fuera de sus colecciones las obras de las artistas.
Pero, ¿qué medidas han tomado estos museos en el siglo XXI y, en especial, desde la Ley de Igualdad de 2007?
Según el reciente I Informe sobre la aplicación de la Ley de Igualdad en el ámbito de la cultura dentro del marco competencial del Ministerio de Cultura y Deporte, realizado por el Observatorio de Creación y Cultura Independiente dirigido por Fátima Anllo Vento y por encargo del propio Ministerio, desde 2012 -y no antes- el Museo del Prado ha adquirido solo 3 obras de Sofonisba Anguissola, Rosario Weiss y Mariana de la Cueva y Barradas.
¿Y el Museo Reina Sofía? Los datos extraídos de dicho Informe son esclarecedores. También porque en este Informe se establece un marcador hasta 1955, año a mitad de la posguerra civil, cuando los dirigentes de la dictadura franquista decidieron abrir la cultura a la escena internacional con la I Bienal Hispanoamericana de Arte.
Comenzando por lo general, desde 2000 en el Museo Reina Sofía persiste un grave desequilibrio en la adquisición de obras de artistas hombres y mujeres.

Discriminación sexista que se acentúa en el caso de adquisiciones a artistas españolas: solo un 6’3%.

Las obras de las artistas adquiridas suponen el 10% del total de adquisiciones.

Otro dato interesante se refiere al coste medio de las obras de artistas hombres y mujeres (-57%).

Por medios de creación, podemos observar diferencias, por ejemplo, en pintura.

Estas diferencias concretadas por medios de creación también podemos considerarlas por el precio promedio.

Y volvemos ya a nuestra pregunta, ¿qué se ha adquirido en el Museo Reina Sofía durante el siglo XXI de artistas mujeres desde 1881 a 1955? A la vista del precio promedio, muy poco.

De hecho, supone un (-72%) respecto a obras de artistas hombres.

En la secuencia temporal 2000-2018, algunos años (2000-2002, 2004-2005, 2010, 2012, 2014-2025) se han adquirido ninguna o solo una obra de artistas mujeres del periodo 1881-1955.

Como se concluye en este Informe, pp. 161-162: «Se aprecia un mayor esfuerzo en el caso de los hombres por completar la colección en lo referente a los últimos años del siglo XIX y primera mitad del siglo XX. El 32% de las obras de artistas hombres corresponden a este periodo, mientras que solo representan el 10,5% de las obras de mujeres. […] Sorprende la especial atención del museo por ampliar el número de obras de artistas hombres, muy presentes en la colección –y que a buen seguro tienen precios considerablemente más altos–, mientras que no se aprecia igual interés ante la posibilidad de incorporar obras de mujeres de esas mismas épocas que están muy pobremente representadas o simplemente ausentes en el museo».
No entramos en el siempre debatido corte cronológico en 1881 para las Colecciones del Museo del Prado y el Museo Reina Sofía, y los relatos historiográficos que a partir de tal división se puedan establecer.
Las mujeres de este país –y la sociedad española– necesitamos recuperar nuestro patrimonio en femenino, para recuperar nuestra identidad. Necesitamos que la visibilidad de las obras de nuestras artistas históricas se normalice en las Salas de exposición de las Colecciones de nuestros museos nacionales.
Una llamada, una reclamación, una exigencia: Una obligación legal incumplida después de 13 años de Ley de Igualdad en nuestro país.