PINTAR, CREAR, VIURE. DONES ARTISTES A L’ALT EMPORDÁ (1830-1939)
Redacción
La denostada exposición Invitadas en el Museo del Prado ha tenido la desgracia, además, de coincidir con un proyecto regional, pequeño en presupuesto pero importante en su ideación y plasmación, Pintar, crear, viure. Dones artistes a l’Alt Empordá (1830-1939), en el que ,coincidiendo parcialmente en el periodo comprendido, se recuperan un centenar de obras de treinta y una creadoras. Este dato cuantitativo es ya, en sí mismo, una contestación a la «escasez» de artistas mujeres «encontradas» por quienes trabajaron en el proyecto del Museo del Prado.
Pero hay más diferencias: la comisaria, escritora y periodista Cristina Masanés ha partido de un planteamiento «feminista» y desde «los estudios de género», lleva años investigando y ha conseguido recuperar a tres artistas, entre ellas, la primera fotógrafa que trabajó en España. En su proyecto, que reconoce colectivo, se trata de poner en valor a las artistas nacidas antes de 1939: de rescatarlas como un acto de restitución de la memoria colectiva.
Un planteamiento que nos ha de hacer reflexionar sobre la distanca existente hoy en nuestro país en las diferencias prácticamente abismales en la política de género entre nuestras grandes y pequeñas instituciones, que llevan años aportando conocimiento en la recuperación de artistas mujeres.
Aquí video de la rueda de prensa en la presentación de la exposición.
Y las declaraciones de la comisaria Cristina Masanés, donde explica la fundamentación del proyecto, la investigación y su desarrollo, hasta la restauración de las piezas.
En total, cien obras: pinturas, dibujos, esculturas, fotografías y objectos de diseño industrial de 31 artistas, nacidas antes de 1939. Junto a artistas ya conocidas como Ángeles Santos, Esther Boix o Mercè Huerta, se hallan otras cuyas obras pueden verse y se ponen en valor por primera vez, como las de la escritora Caterina Albert, Carme Escursell (1924 – 1981), la ilustradora y caricaturista Rosa Soler (1898 – 1981) o la pintora Carme Roget (1903 – 2002) y artistas de proyección internacional como la escultora y coleccionista Mary Callery (1903-1977), la escultorra francesa Parvine Curie (1936) o la pintora Rita Donagh (1939).
El relato, que no sigue un desarrollo cronológico sino dictado por conceptos y metáforas utilizados por el feminismo, comprende las siguientes secciones:
Pintura y clase social: mujeres del mil ochocientos presenta a las pintoras Hermínia Massot, amiga de Anna Maria Dalí, y Pilar Nouvilas, ambas con formación particular que desaparecen tras casarse. Un caso diverso es Antònia Gironès (1850-1916), la «matriarca» de los Pichot, impulsora de toda la saga de artistas de su familia, con acciones visionarias como la adquisición de la península Es Sortell –en Cadaqués–, donde sus hijos desarrollarán diversas disciplinas creadoras.
En la habitación propia, encontramos a la pintora y escultora Caterina Albert (1869-1966) conocida como escritora bajo el seudónimo Victor Català, junto a Mercè Huerta (1929-2015), Magda Folch (1903 – 1981), Rosa Cervera (1912-1993), Rosa Genís (1917-2002), y también a la pintora de origen argentino Elena Paredes (1912-2006), que dispondría de toda la isla de Arenella, en Cadaqués, para la creación de una obra valiente y estéticamente avanzada.
En Educació de les noies, se reúnen las alumnas de Juan Núñez, Ramon Reig, o Joan Sibecas, de diverses generaciones. Algunas, abandonaron el camino artístico cuando se desposaron, como Maria Cusí (1892-1953), o Carme Roget (1903-2002). Otras, que se forman durante los años de la República, no dejarán de pintar, como Esther Boix, o Dora Riera y Àngels Carbona.
Con las Peligrosamente modernes, el recorido se adentra en una dinámiica vanguardista y progressista, con la fotògrafa Mey Rahola (1897-1959), descubierta en el transcurso del proyecto de esta exposición y que antes de la Guerra Civil dejó un legado fotográfico de una gran modernidad, que se muestra aquí por primera vez. Y las escultoras Mary Callery, Parvine Curie, la artista visual Ritah Donagh, la pintora Ángeles Santos Torroella, o la catalizadora e impulsora del arte Gala Diàkonova, promotora de Paul Éluard y de Salvador Dalí.
En El convento como un espacio de libertad, se presenta el segundo gran descubrimiemto de esta investigación: la primera fotògrafa del Estado español: Paulina Buxó, nacida en 1835, que además de fotógrafa sería también compositora, pianista, poeta y religiosa.
El apartado El techo de cristal sirve de metáfora para aquellas mujeres que, bajo la sombra de una figura masculina, no pudieron firmar ni hacer pública su autoría, como la fotógrafa Maria Xirau Rumbado (Màlaga, 1898 – Figueres, 1973). Finalmente, cierra el recorrido De modas y muñecas: creación y diseño industrial, con la diiseñadora de moda Estrella Rivas Franco (1921-2013) y la creadora de la muñeca Gisela Carme Cervera Giralt.
Fruto de una investigaciones de base, entrevistando a abuelas y tías todavía supervivientes del legado «familiar» de las artistas, todo ha sido recogido en el catálogo que cuenta con un texto a cargo de la comisaria, Cristina Masanés, un artículo de Assumpta Bassas, una entrevista coral con los 14 especialistas que han colaborado y las biografías de las 31 artistas bien documentadas.
Aquí un recorrido virtual de la exposición.
Y el proyecto Viquipèdia para crear y mejorar las biografías de las artistas en la exposición.
Además se han programado conferencias y un ciclo de cine arte y mujer.
Recordamos que ya antes de esta exposición, se habían puesto las bases en la investigación de Rosa Pous Tenas, L’art a Girona als segles XIX y XX. Empremtes de creacií femenina 1872-1960.
Pintar, crear, viure. Dones artistes a l’Alt Empordá (1830-1939), Museo de l’Empordà, Figueres. Del 2 de octubre 2020 al 10 de enero 2021.
