YO TAMBIÉN SOY MARINA ABRAMOVIC
Asun Requena Zaratiegui
Desde que el pasado 12 de mayo de 2021 se anunciase que la performer serbia Marina Abramovic iba a ser galardonada por el premio español de las artes Princesa de Asturias que se da a personas relevantes que hayan hecho un gran aporte la humanidad, las redacciones se quedaron sin letras en las teclas, sin tintas en la prensa y sin energía en las ondas.
Para más INRI viendo el informativo de Telecinco con Pedro Piqueras comentando la decisión del galardón, terminó diciendo algo así como: Antes la performance se veía mal. No me acuerdo de la fecha, pero fue en las dos primeras semanas de mayo, en el noticiero de la noche. Creo que pude encontrar cierta perplejidad del presentador ante la frase.
La primera cuestión para analizar es la primera palabra de la frase, antes. ¿Cuándo es antes? A principios del siglo pasado, cuando había acciones a las cuales todavía no se les llamaba performances, o en el siglo en qué vivimos, donde copias una performance de los años 1920 de la Bauhaus y parece lo más novedoso, antes de que nombraran a Abramovic para el premio o después. Hay que resaltar que las fuentes de la frase son inexistentes, de comentario verbal echando unas copas con los amigos, de una sociedad que va siglo y pico por detrás en educación básica artística porque los programas curriculares no incluyen ni siquiera a mujeres.
Luego viene el problema de la libertad de expresión. ¿Somos libres? Actualmente no. La sociedad se encuentra alienada y polarizada para su control, y no digamos ahora con el bicho. ¿Existe algo más valioso que la polarización? Pues no. Junto con el analfabetismo, las drogas y las nuevas tecnologías, son la forma de esclavitud del siglo XXI y si a eso le añades el ser mujer, pues apaga y vámonos.
Desde que salieron todo tipo de comentarios y todo tipo de relaciones con el satanismo y la masonería, además creando una nueva realidad basada en relaciones y correlaciones entre estado, nobleza, sectas y demás submundos, «de todo tiene la culpa Abramovic».
La no capacitación para discernir lo que es realidad o verdad en los medios de comunicación, hace que la sociedad crea como verdad absoluta lo que se escribe. No se plantean el color del medio, qué objetivos quiere conseguir y quién lo dirige, y creen a pies juntillas lo que se dice, como recuerda el dicho, dame pan y dime tonto.
Luego viene el problema de discernir entre realidad y ficción. Como a un niño al que se le enseña a distinguir entre el bien y el mal, adultos que deciden sobre muestro país pues votan y toman decisiones, no son capaces de diferenciar que un asesino en una película no es un asesino en la realidad, por lo que pensaríamos que posee algún tipo de demencia. Resulta que esto es más normal de lo que parece y en personas que se creen en su sano juicio. ¿Por qué asocias el mensaje que tú creas al ver la obra de Abramovic? Sin duda porque ella lo quiere así y trabaja con lo abyecto. ¿Es que la sociedad solo quiere cuentos de hadas de los de antes? Vivimos de espaldas a la muerte, a la enfermedad, al mal. Si existe el Bien por qué no va a existir el Mal, o las emociones positivas y las negativas. Jorge Oteiza lo llamaba La Ley de los Cambios.
Como Justicia con los ojos vendados, una parte de la sociedad prefiere a una Abramovic en la muralla china esperando a que Ulay, su compañero, pase a su lado después de haber salido uno de cada esquina de la muralla para decidir, al encontrarse, si siguen juntos o no. Para quién no sepa el final, no se miraron y la pareja se separó. Otra prefiere exclamar mientras observan el cuerpo realista de una mujer pastel desnuda cuyos pedazos te puedes comer, o el sistema respiratorio que colocó sobre su cuerpo y fotografió, como un interior real observado en exterior. La ciencia también utiliza el cuerpo humano en su trabajo diario y ya son multitudes las exposiciones con cuerpos reales seccionados. ¿En qué se diferencia la obra de Abramovic de estas exposiciones, las cabezas reducidas en museos de Latinoamérica, la cabeza en formol de Matahari en Holanda o cualquier reliquia cristiana? Lógicamente en la función que se le quiera dar. La del performance está clara, actuar como revulsivo, hacerte pensar, llevarte hasta tus límites, eso está claro, es lo que es. ¿Y en los otros casos? No dejan de ser comportamientos antropológicos y éticos también con su función, y es lo que experimenta la artista con nosotros.
Marina Abramovic no nació el día que la propusieron para el premio, su método forma parte importante de su carrera. El método Abramovic supuso un hito en la actividad perfomativa, Marina Abramovic, bella con su vestido rojo y su larga trenza sentada en una silla con los ojos cerrados, esperando a que una persona anónima se sentase en la silla opuesta de la mesa, abrir los ojos a la vez y unir sus miradas en silencio. Os puedo garantizar que es una experiencia única. Se entra mucho más allá.
Lucyinthesky Withdiamonds, Lucia Canone, editora, ilustradora, escritora e ingeniera italiana, ha creado una colección de libros sobre artistas y su forma de trabajar para niños, y por qué no, para adultos que quieren iniciarse en el arte contemporáneo también. Entre los títulos de Edizioni Il Ciliegio de Turín se encuentra el dedicado al premio Princesa de Asturias, The Abramović Method for kids.
En conclusión, respecto a las críticas por su obra abyecta, debemos empezar por respetar al prójimo. Entonces y solo entonces seremos capaces de utilizar otra mirada. Después, no opinar sobre lo que no se sabe, no inventar historias no ciertas ni crear relaciones no existentes. Respetar a las mujeres, respetar a las mujeres artistas y no juzgar el antes y el después. Cada artista lleva su camino en su proceso creativo y eso es lo que hace al arte grande. En cuanto a las amistades, como dicen, en la relación de cuatro personas, estamos todos relacionados.
Estoy con Abramovic:
“No soy satánica, soy artista». ¡Brava!
(De la entrevista para The New York Times)
