EL FEMINISMO POP DE MARI CHORDÀ
Mª Ángeles Cabré
Un año después de que en Barcelona tuvieran lugar las emblemáticas Jornades Catalanes de la Dona, donde se dieron cita casi cuatro mil mujeres, se abrió en pleno corazón del Raval barcelonés el espacio feminista autogestionado laSal, un bar-biblioteca que no tardaría en tener su propio sello editorial, cuna de la famosa Agenda de les Dones que tantas mujeres fueron adquiriendo año tras año como seña de identidad y de pertenencia al movimiento feminista.
Una de sus fundadoras fue Mari Chordà (Amposta -Tarragona-, 1942), una pequeña gran mujer polifacética, sobre todo artista visual pero también escritora y, por supuesto, activista de un feminismo que jamás abdica de sus reivindicaciones y sus luchas. Hoy hay obras suyas en museos tan importantes como el Reina Sofía o la Tate Modern. Que ahora se le dedique una exposición individual en la calle Consejo de Ciento de Barcelona -aún el centro motor de las galerías de la ciudad, aunque ya debilitado- es un acto de justicia.
Se habla de ella como pionera de la expresión plástica de la sexualidad femenina porque fue la primera en pintar -desde la abstracción nada courbetiana- una vagina. Vaginas pintadas en un temprano 1966 que sin duda no le enseñaron a pintar en la Escuela Superior de Bellas Artes de Barcelona donde se formó y que beben de una clara influencia del pop art norteamericano y de artistas como la francesa Niki de Saint Phalle, que siendo joven la deslumbró, aunque ella no se sirva de colores tan primarios, tan del parchís, sino que use una paleta mucho más matizada. Siempre clara, la artista dijo en una entrevista unas palabras que resumen muy bien su objetivo artístico: “Necesitábamos palabras desde el coño y para los coños”.
Crecida como todas y todos sus contemporáneos en una España férreamente católica y víctima de violencia de género en su matrimonio con un pintor -por cierto, recientemente fallecido y cuyo nombre no vale la pena ni mencionar aquí-, la representación de los genitales femeninos y la expresión no figurativa de su propio cuerpo son en ella campo de exploración y ejercicio de liberación. Rebelándose ante la representación tradicional de la feminidad, desobedece descaradamente al patriarcado y explora nuevas sendas que la llevaron en su día a retratar asimismo el proceso de la maternidad e incluso a visibilizar la experiencia lesbiana en su faceta como escritora.
En la colección del Reina Sofía hallamos una de las vaginas iniciáticas a que hacía alusión, “La gran vagina”. De entre las piezas tempranas que se exponen en la Galería Mayoral se incluye Vulva (1968), también de pequeño formato pero que en esta ocasión opta por pintar los labios en tonos rosados. En la misma línea se encuentran por ejemplo “Comunicacions” (1962) y “Glotis” (1964). Pero mi favorito es el gran óleo “Colgada de un cuadro” (1972), que pertenece al universo de orgánicas larvas y no menos orgánicas erupciones volcánicas. Aunque también me encanta “Cap humà” (cabeza humana) (1966), una pintura sobre caja de madera tremendamente pop art que no le conocía.
Amén de un par de poderosos paisajes de los lugares donde creció, destacan algunos de los juguetes que construyó para su hija en madera policromada y con piezas para encajar, aunque en la galería se hayan convertido en esculturas y, obviamente, no se puedan manosear. En la entrada, en una mesa-vitrina podemos curiosear en algunas piezas que nos ayudan a completar su trayectoria, como un ejemplar del Quadern del cos i de l’aigüa, editado en 1978 por laSal y con dibujos de Montse Clavé, o la historia de un embarazo que constituye el poemario Umbilicals (2000) destinado a romper con el mito de la gestación idealizada.
La puesta en valor de la figura de Mari Chordà empezó en el año 2000 en su ciudad natal con una retrospectiva titulada Mari Chordà. Passar i traspassar 1960-2000. En el 2012 estuvo también presente en la antológica Genealogías feministas en el arte español: 1960-2010 que pudo verse en el MUSAC de León y fue asimismo incluida en la exposición Feminismos que tuvo lugar en 2019 en el CCCB (Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona). El otro día, en una conversación de la artista con la historiadora del arte Assumpta Bassas celebrada en el auditorio del MACBA pudimos constatar la vitalidad de esta resistente del arte y del feminismo que finalmente ha dejado de ser invisible. ¡Larga vida a Mari Chordà!
Mari Chordà, una artista feminista pionera. Obras de 1962 a 1972, galería Mayoral, Barcelona. Hasta el 21 de enero 2022.
Comisaria:
Chus Martínez
http://galeriamayoral.com/es/magazine/chus-martinez-sobre-mari-chorda/