PERSIGUIENDO, DÍA TRAS DÍA, UN IDEAL, CADA VEZ MÁS LEJANO…
Yolanda Herranz y Celeste Garrido, comisarias
El arte consiste en un
sacrificio de la vida misma.
El artista sacrifica la vida
en nombre del arte
No porque así lo quiera,
Sino porque no puede hacer
otra cosa.[1]
Louise Bourgeois
Las obras de las artistas que conforman la muestra Voilà la Femme. XXV Aniversario[2], acogen la reflexión en torno a los conceptos que enmarcan nuestras esferas de interés vital y profesional. Los núcleos de creación e investigación artística se centran en: Cuerpo, Género, Identidad y Existencia.
Para contextualizar esta propuesta, hemos querido dar ciertos datos, a modo de pinceladas, que enmarquen, no sólo el planteamiento artístico de estas veinticinco creadoras, sino también el de otras artistas cuya producción plástica, vinculada con cuestiones de identidad y de género se realiza de forma significativa desde la década de los 90.
Estos apuntes recogen determinados hechos de interés, producidos a finales del siglo XX, y que han supuesto hitos importantes para las mujeres y han condicionado nuestra producción artística. A veces, están referidos al contexto internacional y otras al de nuestro propio país.
La teoría feminista fue pionera, desde los años 60 en el desenmascaramiento de la política sexual que construye la realidad en todas las sociedades que conocemos, y pionera, así mismo, en la puesta a punto de un nuevo instrumento de análisis que abría puertas insospechadas para la evaluación crítica de las construcciones culturales. Este instrumento fue el género.
En manos de las primeras teóricas feministas el género se convirtió en una herramienta cada vez más sofisticada con la que emprender una disección de la cultura hasta entonces inédita y todavía hoy, revolucionaria. Debemos tener en cuenta que hablar de mujeres artistas es hablar de artistas mujeres de la segunda mitad del siglo XX. Hasta los 70 parece ser que nadie se había dado cuenta de que estábamos creando. Hasta este momento la inclusión de las mujeres artistas en la Historia del Arte y su representación en los museos era totalmente anecdótica y circunstancial. En esa década se empieza a reescribir la historia de las creadoras, con una desconocida mirada a través de esas nuevas interpretaciones que surgen de las investigaciones feministas.
El feminismo no debe desdeñar hacer sus ajustes con las tradiciones políticas que le han precedido,ni saber situarse con autonomía y poder frente y al lado de las tradiciones políticas presentes.
Debe reclamar su herencia y su propiedad.
Eso exige compromisos con el poder político al menos, pero compromisos con una concepción de lo político que ha sido precisamente el feminismo quien más ha contribuido a crear y consolidar[3].
Los 70 fueron años de activismo, de ideas y de revisión. Este periodo fue realmente vital para todas las mujeres artistas, ya que las teorías surgidas del movimiento feminista, nos hicieron preocuparnos de nuestras propias historias, y nos empujaron a desarrollar un mirar hacia sí, para generar un arte propio que, a la vez, redundaba en una creación más consciente de nuestra situación en el mundo y, además, aún más personal.
La revisión de la Historia de las mujeres artistas, ha supuesto una revisión en profundidad de la Historia del Arte misma. De esa inédita mirada divergente somos herederas todas las artistas actuales que vivimos la creación.
Escultura, Pintura y Dibujo son los lenguajes a través de los cuales las artistas encarnamos las ideas, y es quizás la Escultura, de entre todos los territorios de creación tradicionales, la que más honda transformación sufre durante la época contemporánea, aunque el punto álgido de este cambio radical se produjo a partir de mediados de los 60 a través de movimientos vanguardistas como el mínimal, el póvera, el Land Art y sobre todo el más radical: el arte conceptual, que postulaba la desmaterialización de la obra y la preponderancia de la idea frente a la materialización.
La creación artística, hoy, cuenta poco como procedimiento y mucho como acontecimiento.
El arte es un arma muy poderosa. Como artistas nos planteamos la responsabilidad que implica tener en las manos ese poder. El arte es un medio de transformación del “yo” y de “lo otro”.
Desde planteamientos que abordan como núcleo central las cuestiones de identidad y género, consideramos la creación como un puente entre el yo y el mundo con incidencia directa en lo social.
Nuestras obras surgen de un espacio de cuestionamiento en el que asumimos la oscilación entre dos posiciones:
- Nuestro compromiso con la vida (como seres humanos y como mujeres).
- Y la búsqueda de la coherencia con nosotras mismas (como mujeres y como artistas).
Concebimos la «creación» como un nexo doble e indivisible que aúna «pensamiento» y «acción». Nuestras obras son un puente entre el «yo» y el «mundo» visto a través de lo social. En ellas se da una implicación total de nosotras mismas y reflejan el posicionamiento vital y conceptual que asumimos con la realidad en la que estamos inmersas.
Las mujeres pueden enriquecernos con una voz diferente, al hacer cosas nuevas y al tratar temas de reflexión o transitar por sendas de pensamiento descentradas-marginales (…).
Desde la auténtica extrañeza, de los que se sienten otros en sí mismos, y desde esa otredad a veces inclaudicable, las mujeres pueden ser capaces de plantear problemas que hacen avanzar el conocimiento[4].
En los años noventa, con la apertura de la Facultad de Bellas Artes en Pontevedra, la ciudad se dinamiza, surgiendo múltiples eventos artísticos y acciones de estudiantes y profesores artistas, vinculados con la Universidad de Vigo, que provocaron un cuestionamiento por parte de la ciudadanía, en torno a diferentes aspectos que atraviesan el ámbito de lo artístico, para proyectarse en lo social, político y cultural a diferentes niveles. En este contexto, se gestan varios proyectos que tratan de dar visibilidad a la creación artística realizada por mujeres, siguiendo una tendencia que se estaba llevando a cabo, de manera simultánea, en Europa y en otros lugares del mundo.
El año 1992, nace Voilà la femme, en la que participaron una selección de mujeres artistas de prestigio. La exposición a la que puso título Yolanda Herranz, tomando como referencia la obra Voilà la femme (He ahí la mujer) del artista francés Francis Picabia, se inauguró en Marín, en la sede del Ateneo Santa Cecilia, entidad que cuenta con el reconocimiento de la UNESCO y, desde entonces, se han convocado en este mismo lugar, las sucesivas ediciones durante más de veinticinco años.
El objetivo de la muestra es conmemorar el 8 de marzo ‒Día Internacional de la Mujer‒ dando a conocer la creación artística realizada por mujeres, generando una reflexión acerca de la identidad y la desigualdad. En el año 1998, Celeste Garrido asume el comisariado de la exposición, iniciando una nueva etapa caracterizada por una apuesta firme por el arte emergente.
La selección de las obras se realiza a través de una convocatoria pública, que suele ser masivamente atendida por estudiantes de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, lo que convierte a Voilà la femme en un evento que ha logrado dar visibilidad a un gran número de jóvenes artistas, vinculando sus propuestas a las de otras creadoras con una trayectoria más consolidada.
De manera natural, desde la inquietud de lo femenino surge una preocupación por la problemática feminista y es en el año 2004, con la celebración en Vigo de la Marcha Mundial de las Mujeres, cuando se produce un nuevo punto de inflexión.
Voilà la femme no es ajena a ese posicionamiento más activista que utiliza las acciones en la calle y las performances como un medio de creación habitual para estas reivindicaciones, interviniendo el espacio público y generando propuestas artísticas que se abren hacia subjetividades alternativas más preocupadas por las problemáticas que afectan a las mujeres y que se podrían agrupar por cuestiones temáticas y conceptuales, mostrando las diferentes aportaciones de los posicionamientos feministas al arte contemporáneo: el cuerpo de las mujeres, su sexualidad, la violencia contra las mujeres, las relaciones de pareja, los roles de género, la maternidad, los cuidados y la dependencia, las cuestiones de identidad, lo interracial, la interculturalidad, el tránsito de lo privado a lo público, las condiciones laborales o el abuso de poder…, son algunas de las problemáticas de interés en las que se centra, también, la creación de las artistas que han participado en las sucesivas ediciones.
Durante la dilatada trayectoria de Voilà la femme las artistas han ido estableciendo un amplio recorrido por las problemáticas antes mencionadas encarnando, de forma significativa, sus proyectos y obras a través de la utilización de una amplia diversidad de medios: la performance, las acciones y el trabajo con el cuerpo, la instalación o la video-creación… así como otros más tradicionales.
El hecho de que la exposición se haya mantenido durante más de veinticinco años (un cuarto de siglo), ha convertido a Voilà la femme en la muestra colectiva que trata cuestiones de identidad y género con una mayor trayectoria debido al extenso número de ediciones realizadas, instituyendo a Pontevedra en un referente artístico, tanto a nivel nacional, como internacional. Consideramos que la dilatada trayectoria de Voilà la femme, y su especial relación con esta ciudad, la han hecho merecedora de una exposición conmemorativa que muestra una selección de obras de las artistas más relevantes ‒todas ellas creadoras con vinculación personal y profesional con Galicia‒ que han participado en sus primeras 25 ediciones. Así lo demuestra el hecho de que haya sido citada en tesis doctorales, trabajos y artículos de investigación, catálogos de exposición y otras publicaciones de relevancia, que tratan de forma específica estas problemáticas y que durante años haya sido considerada por diferentes colectivos: teóricos, críticos y artistas, como una muestra emblemática, en el contexto gallego.
Nuestra sororidad en todo el mundo traspasa fronteras, más allá de las diferencias culturales, económicas e ideológicas, las mujeres unidas luchamos por la igualdad desde todos los ámbitos. Consideramos el arte como un transformador de lo social que es capaz de mejorar al mundo.
No olvidéis jamás que bastará una crisis política, económica o religiosa
para que los derechos de las mujeres vuelvan a ser cuestionados.
Estos derechos nunca se dan por adquiridos,
debéis permanecer vigilantes toda vuestra vida[5].
Esta advertencia de Simone de Beauvoir nos exige y obliga a tener siempre presente que:
más de la mitad de los seres humanos somos mujeres.
Durante las primeras 25 ediciones han participado cerca de doscientas artistas, de entre las cuales mencionamos, a continuación, a las que han sido seleccionadas para esta exposición conmemorativa:
Menchu Lamas Pérez, Yolanda Herranz Pascual, Celeste Garrido Meira, Ánxeles Iglesias Charlín, Carme Nogueira Alonso, Carmen Hermo Sánchez, Mar Vicente Souto, Sara Sapetti, Reme Remedios Fernández, Sonia Tourón Estévez, Mª Covadonga Barreiro Rodríguez-Moldes, Ana Gil Rodríguez, Basilisa Fiestras Cachafeiro, Noemí Lorenzo Pérez, Beatriz Sieiro Caramés, Nuria Ruibal García, Itziar Ezquieta Llamas, Ofelia Cardo Cañizares, Gema López González, Isabel Alonso Vázquez, Mery Pais Domínguez, Colectivo LAG, Raquel Blanco Iglesias, Belén Diz Juncal, Tania Crego Gutiérrez.
Antes de finalizar, desearíamos dedicar unas afectivas palabras de reconocimiento a dos artistas vinculadas con la muestra y cuya trayectoria ha trascendido su propia vida para proyectarse como referentes del presente y del futuro del arte en Galicia.
En primer lugar, nos referiremos a la artista Ánxeles Iglesias, que fue, durante años, el motor esencial de la Escuela de Pintura del Ateneo Santa Cecilia y promotora de la formación artística de muchas de las alumnas que posteriormente cursarían estudios universitarios en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra. Ánxeles, quien ya no puede acompañarnos hoy, continuará, siempre, presente a través de su obra. Desde aquí, queremos hacerle llegar nuestro respeto y cariño y el máximo reconocimiento a esta pintora y profesora que puso al servicio de los habitantes de Marín su gran generosidad y su buen hacer.
Y de entre las artistas que han formado parte de este proyecto durante sus primeros años de andadura, es imprescindible hacer una mención especial a nuestra compañera Berta Cáccamo, fallecida en 2018. Para ella es, también, nuestro reconocimiento por su contribución a la formación de las nuevas generaciones de artistas a través de la docencia que impartió en la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra, así como a su dilatada trayectoria, que la han convertido en un referente dentro del panorama artístico actual.
[1] BOURGEOIS, Louise (2002) Destrucción del padre / reconstrucción del padre. Escritos y entrevistas 1923-1997. Madrid: Síntesis, p.100.
[2] En el año 2018 Voila la femme celebraba su edición número veinticinco. Por diferentes causas el proyecto expositivo relacionado con el XXV aniversario, no ha podido hacerse realidad hasta ahora.
[3] VALCÁRCEL, Amelia (1994). Sexo y filosofía. Sobre «mujer» y «poder». Barcelona: Anthropos. p. 123.
[4] GARCÍA DE LEÓN, Mª Antonia (2002). Herederas y heridas. Sobre las élites profesionales femeninas. Colección Feminismos. Madrid: Cátedra, p. 276.
5 MORÁN BREÑA, Carmen (2019, 17 de marzo). “Celia Amorós: ‘El feminismo es una revolución y está absorbiendo las demás’”. Entrevista. Valencia: El País. Recuperado de https://e-mujeres.net/celia-amoros-el-feminismo-es-una-revolucion-y-esta-absorbiendo-las-demas/