CATACLISMO

DE CONVERSACIÓN CON LA ARTISTA CLARA LÓPEZ

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DE CONVERSACIÓN CON LA ARTISTA CLARA LÓPEZ
María Bueno

Sigo el proyecto Mesa Camilla en Instagram con detenimiento, desde que también sigo muy de cerca a la artista Costa Badía. Ambas me enseñan como incluir una mirada hacia la enfermedad, hacía “las personas tullidas” en el arte, e intuyo que también en la vida.

¡Cuánto desconocemos y cuántas veces metemos la pata por no saber, por no estar habituados a movernos y a crear atendiendo a una enfermedad que limita y a la vez permite ver de otra manera!

Mesa Camilla es un proyecto de Clara López que nos habla de enfermedad, arte y resiliencia, así que aprovecho estos días que ella se encuentra cerca del mar, descansando, para charlar en torno a este proyecto y mucho más.

María Bueno. Danos unas breves pinceladas de quién eres y a qué te dedicas. ¿Cómo llegaste al mundo del arte?

Clara López. Soy Clara, tengo 28 años y me dedico a la divulgación y la educación artísticas. Llegué al mundo del arte de la mano de mi abuelo Alfonso, con el que pasaba horas y horas dibujando, pintando y mirando libros cuando era pequeña. A medida que fui creciendo, mi interés por este mundo fue en aumento, así que comencé a ir a un estudio de pintura a los 11 años y fue cuando me di cuenta de que quería estudiar Bellas Artes.

María Bueno. Eres artista; una creadora que nos invitas a la reflexión, ¿nos explicas acerca de tus intereses y cómo los vinculas a tu práctica artística?

Clara López. Mis intereses evolucionan con cada etapa, y siempre van de la mano del proceso vital en el que estoy en cada una de ellas, pero es cierto que hay intereses comunes que permean todo lo que hago: la reivindicación de la voz propia, la visibilización de realidades normalmente no contempladas o la defensa de la capacidad de crear que hay en cada persona. Una de las maneras más efectivas que he encontrado a la hora de vincularlos a mi práctica artística fue a través de La Limonera Project, nuestra casa en el campo, que hace las veces de espacio de divulgación y residencia de arte. En ella hemos hecho talleres, encuentros en torno a la comida y también hemos acogido a creadores que normalmente no están contemplados por los circuitos oficiales, acompañándoles en los primeros pasos de sus proyectos.

María Bueno. Entre los proyectos y exposiciones que has realizado, ¿cuáles han sido importantes y decisivos?

Clara López. La Limonera ha sido y es un espacio fundamental desde el que puedo desarrollarme con total libertad. Ademáshay otros proyectos que han supuesto un punto de inflexión importantes. Uno de ellos, y el que marcó en gran medida el recorrido que he ido siguiendo en los últimos años, fue el taller sobre eco-feminismo y mujer rural que impartí en el 2016 en el Festival Reina Loba a partir de mi investigación de final de carrera. La energía y el cariño que se crearon durante el encuentro y los frutos que sigo recogiendo a día de hoy han sido determinantes. Por otro lado, haber sido tallerista en Chiquitectos me ha enseñado muchísimo sobre educción artística y la importancia de involucrar a todas las edades en la creación y el pensamiento de nuevas maneras de hacer. Y con Paquita Limón, la marca de gorros que creé junto a mi suegra, he podido desarrollarme de maneras muy bonitas, colaborar con otros creadores e involucrarme en causas que considero fundamentales, como la moda sostenible o los derechos del colectivo LGTBIQ+. Con Paquita Limón pretendíamos elevar a categoría artística el conocimiento de Paquita, que forma parte de nuestro patrimonio, pero del que ella misma renegaba por las creencias en las que ha crecido. Trabajar con ella, diseñar juntas y ver cómo cada vez apreciaba más del valor de sus saberes ha sido precioso.

La Limonera Project, Sierra de Madrid.
Taller de ecofeminismo rural, Reina Loba, 2016.

María Bueno. ¿A qué tipo de proyectos o propuestas le dirías sí sin pestañear?

Clara López. A proyectos que tengan que ver con la puesta en valor de los cuidados, que favorezcan la creación de otras narrativas más representativas de la realidad, que es mucho más completa y bonita que la que solemos encontrar representada, y que impliquen la participación de otras personas. Hacer en común siempre me ha parecido enormemente inspirador y fructífero.

María Bueno. ¿Establece tu línea de trabajo una conexión con tu propia identidad, con quien eres? Si es así, ¿piensas que el arte es transformador?

Clara López. Totalmente. No sé hacer si lo que hago no me toca de alguna manera, más aún cuando se trata de crear, donde considero fundamental la conexión emocional. En cuanto al poder transformador del arte, para mí es una realidad incuestionable. Lo he experimentado en mí misma y no paro de ver muestras de ello en el día a día.

María Bueno. ¿Cómo surge el proyecto Mesa Camilla y por qué?

Clara López. Mesa Camilla surge como un desahogo personal tras un proceso de enfermedad en el que continúo y que ha supuesto un antes y un después en mi vida, en todos los sentidos. En julio de 2021 perdí los riñones en cuestión de horas por una necrosis cortical que me llevó a la UCI. A partir de ese momento comenzó una vida totalmente distinta a la que llevaba hasta entonces, marcada en gran medida por tres hospitalizaciones de larga duración con un segundo ingreso en la UCI de las que aún me estoy recuperando. Al no tener riñones, dependo de la diálisis, y la dieta en la enfermedad renal es una de las claves más importantes a la hora de cuidar el funcionamiento de los riñones. Sin embargo, todos los recursos que encontraba al respecto, pese a lo útiles que eran a nivel informativo, me resultaban muy tristes. Ya fuera por el soporte visual, por la presencia permanente de la enfermedad o por el hecho de que las fotos mostraran solo a pacientes de una edad muy avanzada, no me sentía reflejada, y lejos de animarme a abrazar el cambio de alimentación, me hicieron perder la ilusión por la comida, que para mí siempre ha sido uno de los mayores placeres. Por eso decidí crear lo que a mí me habría gustado encontrar, y lo que comenzó como una cuenta de Instagram en la que compartía lo que iba aprendiendo en torno a la dieta renal, ha ido evolucionando gracias al feedback que he recibido tanto por parte de otros pacientes como de personas que no conviven con la enfermedad, que está siendo enormemente ilusionante y motivador. Ahora Mesa Camilla va más allá de la comida para abordar la vulnerabilidad y la presencia de la enfermedad en una sociedad que la contempla como algo a combatir, y no dejo de sorprenderme por todo lo bonito que me está trayendo.

Fotografías del proyecto Mesa Camilla. @mesacamilla, 2022

María Bueno. Gracias a Mesa Camilla, ¿podríamos decir que es crucial hacer visible, normalizar e incluir una “visión poliédrica” del arte (y la vida)?

Clara López. Para mí, desde luego, lo es. Pero porque no contemplo al uno sin la otra. Simplemente vivir requiere de mucho arte y siempre he creído que ambos conceptos van de la mano y se alimentan entre sí.Desde esta visión, el arte está en todas partes y es enormemente útil y beneficioso porque enseguida se pone al servicio de lo demás, ayudando a disipar barreras ficticias e inútiles que no sirven para nada. Creo que todo siempre es mucho más complejo, en el sentido no de dificultad, sino de riqueza, y lo veo como una gran ventaja. Poder integrar el momento de hacerme la diálisis como una especie de performance y apreciar la plasticidad que hay en un proceso tan rutinario y aséptico (además, en todos los sentidos), me está resultando de enorme utilidad a la hora de asimilar el tratamiento, por ejemplo. O que de pronto la hora de prepararme la comida adaptada a la dieta renal haya dejado de producirme tristeza y se haya enriquecido tanto desde que comencé a aproximarme a ella desde la creatividad, ha marcado una gran diferencia.

María Bueno. Referentes…

Clara López. Hay muchos, pero actualmente hay dos mujeres que lo están siendo de manera muy especial: Costa Badía y su trabajo por la visibilización de la diversidad funcional desde el arte y Elisa González con su proyecto Crepitantes, donde habla de la Fibrosis Quística a través de la ilustración y el humor.

-Un colectivo y propuesta artística.

Clara López. El colectivo Du-Da y suproyecto Morir guay, en el que plantean una investigación en torno a los discurso imperantes sobre la muerte y la obsolescencia de los cuerpos a través de leguajes muy diversos. Creo que es fundamental re-imaginar y replantear los relatos hegemónicos que han configurado la realidad de muchos ámbitos, pero el que a ellas les ocupa (el deterioro físico, la vejez, etc.) es, de verdad, muy necesario.

-Un evento que te haya marcado.

Clara López. Aunque pueda ser una reiteración, haber estado en la UCI en unas condiciones que hacían muy difícil pensar que iba a salir adelante y, pese a ello, haberlo hecho y seguir aquí, ha sido EL EVENTO.

-Un comisario, espacio cultural y tendencia artística.

Clara López. El trabajo curatorial de la cuenta de Instagram @odeandiefreude me parece muy inspirador y nutritivo. El espacio PACA (Proyectos Artísticos Casa Antonino) de Virginia López en Gijón es uno de los espacios de arte más completos, valiosos y bellos que conozco. En cuanto a tendencias artísticas, el arte confesional me interesa mucho; pone de manifiesto la vulnerabilidad y la humanidad de la persona como fuente de creación. Creo que en una sociedad como la nuestra, que penaliza ambas cualidades, propuestas de este tipo aportan y sanan muchísimo.

-Una película, libro, canción y paisaje inspirador.

Clara López. Película: Better Things, aunque no es una película, sino una serie, pero es una obsesión. Si tuviera que escoger una película, seguramente sería Little Miss Sunshine. La vi por primera vez con 14 años y fue determinante en esa época. Siento mucho cariño por ella y siempre me trae mucha certeza. Libro: Canto yo y la montaña baila de Irene Solà Sáez. Canción: Soft & Tender, de November Ultra. Paisaje inspirador: cualquiera de las películas de Studio Ghibli.

María Bueno. ¿En qué tópicos, idealizaciones y estereotipos crees que caemos cuando abogamos por una diversidad e inclusión que, en el fondo, no se termina de materializar? ¿Cómo podemos desactivarlos?

Clara López. Esta pregunta se puede responder desde muchas perspectivas (género, raza, enfermedad, etc.), y creo que, salvando las diferencias que hay entre todas ellas y sus particularidades, que son cruciales, sí hay un mismo impedimento común: el patriarcado. Un sistema piramidal que pone en la cúspide a unos pocos privilegiados que cumplen requisitos absurdos y absolutamente interesados a costa de otros cuerpos, sexos, razas y especies, lo pone realmente difícil a la hora de abogar por una diversidad y una inclusión reales. Entre otras cosas, porque en esa estructura no caben las voces no autorizadas, y eso lo dificulta aún más. En ese sentido, creo que uno de los mayores tópicos es precisamente el de no escuchar a las personas que son las protagonistas de los temas que tratamos con tanta libertad e ignorancia desde posiciones de privilegio. Hablando de ser tullido en concreto, esto es algo que Costa siempre ha explicado muy bien en sus redes, y ahora más que nunca me doy cuenta de hasta qué punto es cierto. No solemos escuchar a la persona que está viviendo la situación, sea esta la que sea, sino que más bien hablamos en su nombre, negándole el conocimiento y la autoridad que le da su propia experiencia, que por otro lado suele mirarse con pena y, de algún modo, por encima del hombro. Esto nos lleva a otro estereotipo: ver al no normativo como defectuoso. Desde el momento en que se está dando esa jerarquía, no puede haber inclusión que valga. Además, y de esto me he dado cuenta a raíz de todo lo que ha pasado desde julio, no somos conscientes de hasta qué punto todos somos vulnerables, interdependientes y susceptibles de sufrir, en cualquier sentido, no solo físicamente. Todos, en algún punto de nuestra vida, vamos a estar en posiciones de absoluta vulnerabilidad y va a ser fundamenta el sostén del otro. Sin embargo, no terminamos de tenerlo claro, y en lugar de prepararnos para ello y fomentar relaciones que de verdad partan de los cuidados de los que tanto hablamos, simplemente lo negamos y hasta podemos impedimentos. Es una pregunta que da para mucho, pero creo que una de las muchas estrategias que hay para desactivarlos está, precisamente, en el arte y en su capacidad de poner sobre la mesa ciertos temas que, desde otros ángulos, resultan mucho menos evidentes.

María Bueno. ¿Qué nos conecta a las mujeres creadoras en el contexto artístico español? ¿Qué crees que nos facilita acercarnos y unirnos?

Clara López. Casi todo lo que he desarrollado ha sido en el ámbito de la autogestión. Siendo esto así, solo puedo hablar de lo que conozco. Creo que hay muchas conexiones y que en gran medida están vinculadas a la dificultad extra que supone ser mujer, como sucede en cualquier otro entorno. Pero una de las primeras cosas que me ha venido a la cabeza es, precisamente, positiva, y es que tengo la impresión de que algo que nos une es el activismo y el interés por desactivar discursos que ya no sirven desde el arte. Creo que ese impulso por evolucionar, dejar atrás esquemas y creencias caducas y activar la transformación de nuestra sociedad en todos los sentidos es uno de los elementos que más vinculan a las artistas de nuestro país. En este sentido, colaborar entre nosotras o dar visibilidad al trabajo de las demás a través de nuestras redes, etc., son recursos que facilitan mucho ese acercamiento.

Maternidad. Sanación y cambio, 2015
Origen (detalle). Pieza de la serie Abuela Julia. Homenaje a una generación, 2016

María Bueno. ¿Qué estrategias piensas que nos permiten paliar las necesidades y dificultades en dicho contexto actual?

Clara López. El apoyo real entre artistas, colectivos y agentes culturales, independientemente del ámbito al que pertenezcan. Descentralizar el mundo del arte (cosa que en los últimos años está sucediendo con propuestas, por ejemplo, que trabajan desde lo rural), apostar por la autogestión y concederle el valor que realmente tiene, etc. Creo que, en definitiva, resulta de gran ayuda humanizar el mundo del arte y la cultura y actuar desde esa visión. En el momento en que desaparecen ciertas etiquetas y simplemente compartimos una comida, por ejemplo, se activan muchísimas cosas que pueden resultar de enorme utilidad. Integrar los gestos más cotidianos y elementales me parece una estrategia que, pese a ser muy simple, tiene grandes beneficios.

María Bueno. ¿Nos adelantas algo de tus proyectos venideros?

Clara López. En estos meses me estoy centrando en Mesa Camilla porque es el momento que estoy viviendo y me está ayudando mucho a asimilar las nuevas circunstancias, pero poco a poco voy retomando otros proyectos. Uno de ellos es La Limonera, en la que estamos trabajando de cara a poder retomar la actividad. El proyecto cuenta con un espacio en plena naturaleza, El Campito de Limones, que estamos acondicionando para poder dedicarlo a encuentros al aire libre con pequeños escenarios, mesas y zonas diferenciadas e integradas en el propio paisaje. Por otro lado, dentro de Mesa Camilla, me encantaría lanzar un podcast en el que poder abordar de una manera mucho más cercana los temas que estoy tratando desde la cuenta de IG. Creo que poder escuchar a otras personas, hablar de sus procesos de una manera desenfadada y en un formato tan libre como es el podcast puede dar lugar a conversaciones muy interesantes y valiosas.

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