LA IMAGEN DE TERESA DE JESÚS
Asun Requena Zaratiegui
En Alba de Tormes (Salamanca) está teniendo lugar la exposición Teresa de Jesús; Mujer, Santa, Doctora que comenzó el 28 de marzo y estará en la iglesia del Monasterio de la Anunciación hasta el 22 de octubre. Las obras que se exponen pertenecen a la Orden Teresiana, a colecciones particulares y museos. Algunas de ellas no habían salido de los conventos desde su realización y de ello es muestra el estado de conservación en el que se encuentran. En las obras la imagen de Teresa de Jesús, algún hecho histórico de su historia, junto con representaciones de María Magdalena. Pinturas, esculturas, grabados, tejidos, títulos, orfebrería, libros, entre otros objetos, que cuentan la primera historia de la máxima representante de la mística española literaria.
Teresa de Ávila no ha sido diferente en sufrir las hieles de ser mujer, en su tiempo y en la actualidad, durante su vida tendiendo que justificar sus pensamientos y escritos, por lo cuales, era visitada por altos cargos eclesiásticos para demandarla por sus reflexiones y tener que justificarlas ante ellos. Seguramente, sería denunciada, pero su don de gentes y sus amistades en la nobleza, difuminaban la estrecha línea en que la colocaban entre el bien y el mal, y en la actualidad, el título y un detalle obviado en la museografía de la exposición. El primero es la separación en el título de las atribuciones de mujer, santa y doctora. Si la institución hace las exposiciones, ¿por qué separan su condición si la exposición está en un convento? No veo que otras religiones lo hagan, ¿es menos Teresa de Jesús por ser católica?, ¿va a visitar la exposición más gente si se separa su condición religiosa?, pues claro que sí, pero la Orden no necesitaba tal justificación. En cuanto a la segunda cuestión, en la museografía hubiese sido bueno avisar de ciertos escritos sobre la escritora donde se la tacha de mujer hombruna, puesto que hay mucha gente que no conoce su obra, ni el contexto social en el que vivió, que siendo un término despectivo por no atender a los cánones del momento, aun llevando hábito religioso que no dejaba ver más que rostro y manos, en la época y quién lo escribió, no lo hizo con la consideración oportuna, sino que la expresión era para alabar a la religiosa, por dedicarse a cosas de hombre, esto lo digo yo, como escribir y hacer público, conseguir dinero para sus Fundaciones, entre otros trabajos, así como de las finanzas, es decir, que si con una explicación se queda mal, con la otra peor.
Tratándose de la universidad de Salamanca, se podía haber preparado otro panel con visión de género, avisando a quién viese la exposición de las explicaciones que iba a encontrar. Bueno, cuando estuve todavía no había llegado el catálogo. Solo había una publicación pequeña, pero interesante. En ella, la definición de Teresa como mujer libre, escritora con libertad, libre reformadora y legisladora, valiente y combativa, mujer de la cultura. Dichas las cuestiones que me llamaron la atención por su dualidad, hay que remarcar que es la mayor muestra de la imagen de Teresa también en variedad. Entre ellas una gran diferencia entre las realizadas en España y las realizadas en otros países, por ejemplo, las esculturas italianas, mucho más idealizadas y claras.
Las españolas mucho más serias, dogmáticas y barrocas en cuanto al oscurantismo y el tratamiento de la luz. En algún cuadro podemos comprobar cómo estaba la escritora a una edad concreta como en el caso de la obra José Sola realizada en 1958 y que la muestra con 61 años. Para los tiempos que corrían entonces, vivió muchos años, hasta los 67 (1515-1582) y de ello son testigo sus más de 3000 escritos. Los temas más tratados son la Trasverberación y retratos. Otros temas únicos son: el de maestra (s.XVIII), de escritora, retrato con pluma y cuaderno de escritura, retrato con birrete de Doctora, glorificación en escultura (de Antonio de Paz, escultura en maderas. XVII), (Fernando Álvarez De Sotomayor y Zaragoza, Gabriel Ochoa, pintor iluminador,1922) de su título de Doctora, canonización, acompañada de su amigo Juan de Cruz, con María Magdalena. Casi todos son anónimos, por lo cual, no podemos saber si pudieron ser ejecutados por mujeres, habría que estudiar los talleres donde se crearon, pero como muchas veces esos anónimos suelen esconder algunas mujeres.
De sus obras literarias, mis preferidas, El Castillo Interior y las Moradas, y Camino de Perfección. Obras en donde reflexiona sobre el ser humano, sus dificultades, sus debilidades y los posibles caminos a seguir. El cuerpo simboliza el castillo, el castillo interior, el alma. Quería encontrar el camino hacia el alma con sus paradas para reflexionar, las moradas, y describir un camino perfecto para llegar a ella y dejarlo por escrito. ¿Cómo? A través del amor. Ella a su amado, y por ser la mística un lenguaje filosófico y exagerado, las descripciones en textos eran de enamorados, asunto ya comentado que le llevó a ser investigada y cuestionada por llegar al éxtasis sin hecho carnal. A partir de hacerse públicos sus textos, las visitas a las Carmelitas previo tributo para hablar se hizo común hasta su prohibición, los hombres de alta alcurnia podían encontrar mujeres cultas para saciar su curiosidad, ¿por qué dónde estaba la cultura entonces, mujeres que no querían casarse, viudas, y mujeres activas?, pues en los conventos. Era una salida fácil para las mujeres, aunque tampoco niego las vocaciones.
La representación en la exposición responde a cánones establecidos. En algún cuadro se le ve con los ojos muy abiertos, más joven o incluso existe uno en el que tiene dos pecas en el lado izquierdo de la boca, una arriba y otra abajo. En la temática de la Trasverberación las expresiones son más de dolor humano, de lo que en sí representa, que es atravesar un cuerpo desde la perspectiva de la mística, de Teresa de Jesús. Las obras españolas no muestran la teoría de la mística, las italianas sí, con muestra de una ensoñación o de éxtasis como la de Bernini. En pintura española, lo simboliza un Cupido con una flecha y fuego, literal de los escritos.
En el lienzo de Teresa maestra la encontramos con el dedo índice alzado y una corona de flores blanca y rojas en su cabeza, que simbolizan gloria, reconocimiento, cercanía con lo celestial, pureza, humildad y veneración. El espíritu santo se representa a la izquierda siempre en los cuadros de escritora, de cara, menos en un cuadro de la exposición, que se le acerca por detrás.
Las obras donde más humana se la ve, son con su amigo Juan de la Cruz, conversando, jóvenes, llenos de vida, en representaciones pequeñas de 40 x 30 cms. o menores. Además, existen también varias imágenes escultóricas a tamaño real para pasos de Semana Santa. Estas ya atienden al estilo procesional. Teresa Sánchez de Cepeda Dávila Ahumada fue su nombre hasta tomar los hábitos de la Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo, sin duda una mujer que adelanta a su tiempo y al nuestro.