ORLAN: LAS MUJERES QUE LLORAN ESTÁN ENFADADAS
Joana Baygual
«J’ai donné mon corps à l’art»
ORLAN
“Las mujeres que lloran están enfadadas” es la primera exposición de la artista francesa ORLAN en la galería Rocío Santa Cruz en Barcelona. ORLAN es la principal representante de lo que ella misma denomina como “Carnal Art” o “body modification” y que se refiere a unos trabajos donde el autorretrato es el principal sujeto y objeto de la obra, en sentido clásico, pero utilizando cualquier medio tecnológico, científico o médico al que podemos acceder en estos tiempos. En este Carnal Art, el cuerpo se reconfigura y de-construye como arma política para poner en evidencia y en crisis los estereotipos asociados a las mujeres en la sociedad actual, y desde siempre, con la Historia del Arte como hilo argumental de sus obras. Su cuerpo es la obra de arte.
El título de la exposición “Las mujeres que lloran están enfadadas” parte de una serie de obras con el título La Femme qui pleure (1937), que Pablo Picasso pintó de su amante Dora Maar.
En el retrato principal de La Femme qui pleure , vemos a Dora con un terrible sufrimiento en el rostro, con lágrimas en los ojos y un pañuelo en las manos. Esta obra es contemporánea a la Guerra Civil española y coincide con un hecho que sucedió en esos días. Dora Maar se enteró de la muerte de su padre lo que le provocó mucho dolor. Esto es lo que representará Picasso, la agonía y la tristeza de Dora Maar, una metáfora del sufrimiento de las mujeres españolas por el bombardeo de Guernica y la Guerra Civil.
La relación de Dora y Picasso fue muy tormentosa y destructiva. Dora era muy inteligente pero muy frágil emocionalmente. También era una gran artista, fotógrafa, pintora y escultora que conoció a Picasso cuando este todavía estaba con Marie-Therése Walter. Maltrató a Dora, tanto psicológica como físicamente y consiguió que dejara el arte para dedicarse a él. Años más tarde Dora diría «yo no fui la amante de Picasso; él sólo fue mi amo». En “Picasso” de Patrick O’Brian, el autor lo define como un falócrata con éxito.
ORLAN en estas obras se pone en la piel de Dora Maar y de todas la mujeres en general que han sido maltratadas por hombres. Mediante tecnología digital elabora una serie de retratos collage (Auto-hibridaciones) al estilo de la época cubista de La Femme qui pleure, añadiendo sus facciones, sus ojos, manos, nariz, orejas y prótesis frontales. Les añade también el pañuelo para acentuar el dolor y la impotencia.
La coletilla de “están enfadadas” del título de la exposición es parte de la aportación de ORLAN a la nueva serie de obras actualmente en la galería. Invita a las mujeres a chillar y revelarse ante el abuso y las relaciones misóginas. Las mujeres de ORLAN están llorando de rabia y de coraje por las afrentas sufridas.
ORLAN desde sus inicios ha sido una artista muy performática y profundamente feminista, que no ha dudado en utilizar la ciencia, las nuevas tecnologías, las biotecnologías, la realidad aumentada, la IA y la robótica, así como las técnicas más tradicionales como son la fotografía, el vídeo, la escultura, el collage o incluso la pintura para realizar sus obras. No es tan importante para ella el medio utilizado sino que este medio se adecúe a lo que ella desea transmitir y como lo quiere materializar.
Desde sus inicios cuando tenía 16 años se ha ido creando a si misma. Su cuerpo le pertenece y desarrolla su arte basada en la creencia de que el cuerpo siempre fue mutable. Ella lo modifica y en estos procesos de transformación se acerca mucho al pensamiento de Donna Haraway, introduciéndose implantes a modo de cuernos o lo que considere pertinente para expandir su cuerpo. Se auto-hibrida para elaborar una máscara que lo que genere sea una nueva figuración diferente de la imagen que le ha sido dada.
No modifica su cuerpo en una búsqueda de la belleza o juventud. Dice que la belleza es únicamente una cuestión de ideología dominante, aquí y ahora. Cada época ejerce una presión diferente de la idea de belleza y sobre los cuerpos de las mujeres, según unos estándares y si no estás en esos estándares quedas fuera de la sociedad.
Con sus obras pone en evidencia el mercantilismo del arte, los dos estereotipos de géneros antagónicos que han caracterizado a la mujer como son la de santa y ramera, la alteridad y el mestizaje, con el concepto de belleza diferente según diferentes culturas y el concepto de musa.
En su obra La reencarnación de Santa Orlan se sometió a cinco operaciones de estética donde transformó algunos de sus rasgos en los rasgos de mujeres pintadas en obras maestras de la Historia del Arte. Le pusieron la frente de la Mona Lisa de Leonardo; los ojos de Psique, del escultor y pintor francés Gerone; la nariz de Diana atribuida a la Escuela de Fontainebleau; la boca de Europa de Boucher y por último, el mentón de la Venus de Botticelli. Todo ello documentado y transmitido vía satélite por televisión a diferentes museos y lugares del mundo y con una puesta en escena muy teatral. Un sinónimo de quirófano es Teatro de Operaciones, que a su vez tiene connotaciones militares, de campo de batalla. Siempre anestesiada por inyección epidural la mantenía despierta y consciente en esas operaciones.
Sus operaciones no se pueden considerar modalidades del Body Art de los años 60 porqué no busca sentir dolor sino lo que quiere es que sus modificaciones corporales sean generadoras de debate.
Estos personajes de la historia del arte fueron escogidas no por su belleza artística sino por lo que representaban históricamente. También para poner en evidencia que el concepto de la belleza es cambiante en épocas diferentes y lo que puede resultar bello y atractivo en una época no lo será en otra. La belleza es un estereotipo cultural que puede ser cambiado y revisado, y ella lo utiliza para perturbar al espectador ya que no le preocupa aparecer fea e hinchada, con cicatrices después de las operaciones, rayando lo abyecto. Para ella su cuerpo es político. Al final, después de las cirugías, el rostro de la artista pasó a ser una síntesis de la historia de la pintura. Una pintura realizada por la mirada de artistas hombres.
Podemos decir que la obra de ORLAN cuestiona los limites entre arte y ciencia. Como si fuera Mary Shelley creando a su Frankenstein , ORLAN se crea a sí misma y regala su cuerpo al mundo del arte, con el fin de que seamos muy conscientes de los prejuicios y estereotipos que nos rodean en cuestiones como el género, la raza o la clase.
Bibliografía:
CAWS, Mary Ann: Dora Maar con y sin Picasso. Una biografía. Ed. Destino, Barcelona, 2000.
IZQUIERDO, Paula: Picasso y las mujeres, Barcelona, Ed. Belacque, 2003.
O’BRIAN, Patrick: Picasso. Ed. Gustavo Gili, Barcelona, 1982.
HARAWAY, Donna: Manifiesto Cíborg, Ed. Kaótica Libros, Madrid, 2020.
ORLAN, Las mujeres que lloran están enfadadas, Círculo de Bellas Artes, Madrid. Hasta 3 de septiembre 2023.