CATACLISMO

HABLAMOS CON LA ARTISTA MARIA ROSA ARÁNEGA

María Rosa Aránega. Fotografía: Rafa Blanco.

 

HABLAMOS CON LA ARTISTA MARÍA ROSA ARÁNEGA
María Bueno

María Bueno. Danos unas breves pinceladas de quién eres y a qué te dedicas. ¿Cómo llegaste al mundo del arte?

M. Rosa Aránega. Soy una tía que vive en Cúllar (Granada), nací en Almería, crecí en Gérgal (Almería). Mi madre trabajaba en los invernaderos de tomates, mi padre en el campo, llevando ganado, podando, injertando, trabajó también en la construcción. Comencé a dibujar a los 6 años por envidia a una compañera de clase y como el papel y lápiz es barato continué hasta ahora. Me refugié aún más en la literatura (siempre con préstamos de la biblioteca) y en el dibujo a partir de mi mudanza a Cúllar a los 8 años, donde sufrí bullying hasta que me fui a Granada a estudiar Bellas Artes. Con unos 13 años gané un concurso de dibujo del instituto, el premio era un cheque de libros. Fueron los primeros que iba a tener en propiedad, así que elegí sin dudar El cuaderno de Rutka, Rutka Laskier, un diario de una chica judía asesinada en un campo de exterminio nazi. Escogí Bellas Artes, aunque también tenía en mente periodismo o antropología. No accedí a una sala de exposiciones hasta los 19 años, con 20 más o menos comencé a comprar libros. La enseñanza en los primeros años de Bellas Artes para mí fue lamentable así que me los pasé participando en distintos movimientos activista hasta que entró la ley Mordaza. A partir de ahí me propuse hacer con el arte lo que no me atrevía a hacer en las calles.

Quise encontrar una cuestión endémica desde la que poder abordar la deriva política y social de la actualidad, así que acudí a mis abuelas. Ellas me enseñaron lo presente que está el trauma de la dictadura franquista y su legado, que inunda todos los aspectos de este país. Mi mayor satisfacción ha sido que mis abuelas se han muerto con menos miedo a hablar del franquismo, y creo que este proceso se ha repetido en muchas otras personas que han estado en mis exposiciones, o que la fotografía de mi bisabuelo, que se suicidó unos días antes del fin de la Guerra Civil, ha sido recuperada 80 años después para coronar el salón de mi casa. Trabajar en ese vaivén entre la historia familiar y social me ha ayudado también a entender a otras víctimas de otros conflictos o terrorismos de estado, de otros contextos. Desde entonces sobrevivo abordando por proyectos ese puente pasado-presente de esa dictadura y sus crímenes de la humanidad aún sin resolver, desde distintos temas y perspectivas. Se podría decir que llegué a esto de forma muy intuitiva y precaria, consciente de que la mayoría de mi obra la he sacado adelante dependiendo de convocatorias e instituciones y, cada vez más, de coleccionistas con compromiso político. Si no, hubiera sido imposible.

María Bueno. Eres una artista que aúna períodos históricos de luchas, haciéndolos convivir con tu presente, y todo ello trasladado al terreno de la creación. ¿Nos explicas acerca de tus intereses y cómo los vinculas a tu práctica profesional y artística?

M. Rosa Aránega. Siempre he tenido un compromiso político muy fuerte, desde que veía a mi madre llegar reventada de trabajar en los invernaderos de Almería, mi padre cuando volvía de trabajar en la obra o el campo. A día de hoy soy muy consciente de la correlación de esa violencia estructural y económica que ha sufrido toda mi familia, como tantas otras, especialmente en el sur de España. Veo muy palpable que somos consecuencia de un pasado lleno de abusos de poder. Esa es la idea que intento trasmitir a través de generar espacios visuales de memoria donde hacer dialogar planteamientos e imágenes, archivos rescatados de distintas fuentes, archivos familiares e institucionales. Es mi forma de hacer confluir la historia particular a la colectiva y viceversa.

Escenas de evacuación. Berlín Galería, Sevilla.

María Bueno. Entre los proyectos y exposiciones que has realizado, ¿cuáles han sido importantes y decisivos? ¿A qué tipo de proyectos o propuestas le dirías sí sin pestañear?

M. Rosa Aránega. Es complicado porque cada uno ha abordado un tema diferente y han sido fundamentales para ir ramificando y explorando áreas nuevas. Pero creo que me quedo con “Clandestina” y “Aquí yacen los restos de cinco compañeros”, las primeras obras que hice basándome en los testimonios de mis abuelas. Una de ellas vino a la inauguración, jamás había pisado una exposición. Creo que ver aquello en un espacio público le dio confianza para, a partir de ahí, hablarme de lo que sufrió en la dictadura con mayor libertad. Eso fue en 2017, y desde entonces crear un espacio visual seguro de activación de relatos de memoria y violencia ha sido el leitmotiv de mi obra.

Han sido muchas exposiciones donde he visto ese poder detonador de mi trabajo, pero donde ha sido más evidente ha sido en contextos más periféricos. Por eso tengo una mayor preferencia por mostrar mi obra en núcleos más pequeños siempre que el tiempo y mi economía me lo permite. Guardo un recuerdo increíble de “Del sepulcro a la cuna”, en Z Jornadas de Arte de Montalbán (Córdoba). Fue exagerada la forma en la que la exposición sirvió como activador para que decenas de vecinas y vecinos de diferentes edades verbalizasen y compartiesen la memoria traumática que atravesaba sus familias. Ese espacio transcendió al propio espacio expositivo hasta el punto que después de la inauguración, ya en los bares, la gente seguía hablando de ello. Ha sido el lugar donde más útil me he sentido, alejada del postureo y el esnobismo artístico.

María Bueno. ¿Nos hablas del proyecto que actualmente te tiene conviviendo con otros artistas en Iznájar, Córdoba?

M. Rosa Aránega. Ahora mismo estoy en la primera edición de las residencias artísticas EJES en el entorno de Iznájar. Como siempre, todo lo que tiene con el impacto de diferentes episodios de la dictadura se ramifica hacia muchísimas campos y contextos diversos. En Iznájar se creó el pantano, el mayor de Andalucía, en los años 60, destruyendo decenas de aldeas donde se encontraba la mayoría de la población y las tierras más fértiles de la zona. Esto provocó un desplazamiento de más de la mitad de la población de Iznájar y un fuerte decrecimiento de la economía. Por supuesto, aparte de hogares y recuerdo, bajo las aguas también se encuentran fosas comunes de asesinados de la dictadura que nunca más podrán ser buscados.

Llegué con la idea de rastrear la complejidad de circunstancias más emocionales que rodean al pantano de Iznájar, como a otros muchos de España, pero en mis contactos con personas que fueron obligadas a abandonar sus casas me he dado cuenta de que existe una memoria más traumática de lo que pensaba. La gente sigue hablando en presente de sus hogares, en momentos de sequía vuelven a visitarlos e incluso conservan sus llaves. Me he encontrado con un gran daño emocional pero también con una economía muy limitada que depende en gran medida del turismo y de una burbuja inmobiliaria que ha atraído a una población de centro y norte de Europa, lo cual también ha provocado una brecha social en el pueblo. También he percibido cierto rechazo de la población local al pantano desde sus inicios por estar vinculado a las muertes de obreros en su construcción y por múltiples casos de ahogamientos hasta la actualidad. En estos momentos estoy trabajando con elementos de hemeroteca, archivos, testimonios y álbumes familiares para mapear y reconocer a las víctimas de ese desplazamiento forzoso, cuyas consecuencias continúan.

Del sepulcro a la cuna. Montalbán, 2022.

María Bueno. ¿Establece tu línea de trabajo una conexión con quién eres? Si es así, ¿piensas que el arte y la cultura son transformadoras?

M. Rosa Aránega. Por supuesto, soy una mujer antifascista, feminista, andaluza, de pueblo, de clase obrera, hija y nieta de trabajadoxs del campo y de represaliados del franquismo. Creo que todo ello confluye de una forma u otra en toda mi obra, aunque por el momento no sea explícitamente autobiográfica.

Creo que si la cultura no fuese transformadora no existiría la censura. La política es imagen y cualquier imagen es política. No es nada nuevo y eso bien lo han sabido prácticamente todos los regímenes políticos. Controlar la cultural es sinónimo de tener el poder. De igual forma que la cultura y el arte han tenido un papel fundamental en toda visibilización de una causa social. Por supuesto es una herramienta para ampliar y transformar la percepción de la realidad y un soporte para vehicular la denuncia social en el debate público. Si a través de ella se pueden poner  cuestiones periféricas y otros contra-rrelatos en un plano protagonista, mejor que mejor. Me vienen a la cabeza nombres de personas del “mundillo” que critican el arte con contenido político. Parece que nacieron ayer, que no comprenden la historia del arte y que no llegan ni a imaginar la pulsión de cualquier artista para expresar las violencias que le atraviesan a través de un lenguaje artístico. Y por supuesto, este tipo de opiniones apestan desde lejos a ciertos posicionamientos políticos… Por supuesto que la cultura es transformadora y si molesta a ciertos sectores privilegiados, mejor.

Pan, trabajo y libertad, 2022.

María Bueno. Referentes… Dos artistas.

M. Rosa Aránega. Abel Azcona y Teresa Margolles.

María Bueno. Un colectivo.

M. Rosa Aránega. Alegría y Piñero.

María Bueno. Un evento que te haya marcado.

M. Rosa Aránega. En 2017, cuando recién estaba iniciando mis primeras obras sobre memoria y su legado franquista, iba a menudo a la tapia del Cementerio de San José de Granada. Allí fusilaron a cerca de 4.000 personas. En una de esas visitas, me di cuenta de que alguien acababa de tirar cenizas a los pies de la tapia, de alguien que probablemente quería reunirse décadas después, con algún familiar asesinado allí.

María Bueno. Profesional del comisariado, espacio cultural y propuesta artística. 

M. Rosa Aránega. María Arregui, Casa de la memoria La Sauceda (Jimena de la Frontera, Cádiz) y la exposición En una casa. Genealogía del trabajo del hogar y los cuidados de Ana Penyas y Alba Herrero en el IVAM.

María Bueno. Un libro, canción y lugar inspirador.

M. Rosa Aránega. La buena letra de Rafael Chirbes, El pajarillo de Angelillo y cualquier cementerio.

María Bueno. ¿En qué tópicos, idealizaciones y estereotipos crees que caemos cuando abogamos por una diversidad e inclusión, en el panorama artístico español, que no se termina de materializar?

M. Rosa Aránega. La verdad es que es cierto que veo propuestas artísticas ligadas a la diversidad e inclusión, que a veces se siente como un atrezzo. La visibilización de estas cuestiones es importantísima pero hay que cuidar el enfoque. Veo últimamente propuestas que aparentemente prometen mucho pero luego me encuentro con un «arte tokenista» que parece inclusivo en la superficie, pero no hace más que perpetuar los mismos clichés, tópicos y estructuras de poder que viven de espaldas a la calle.

En lugar de cuestionar el sistema y abordar problemas profundos, pareciera que hay comisarixs, directorxs de centros de arte o críticos que apuestan por representaciones superficiales y políticamente convenientes y poco incómodas. Una forma muy común de despolitizar y desactivar cuestiones que son imposibles de leer, desde la crítica política.

Yo a menudo me pregunto hasta qué punto otrxs artistxs o yo misma, nos sentimos presionados para encajar en un molde predefinido de diversidad y colectivismo, perdiendo nuestra identidad propia en el proceso. Colectivizar a las identidades disidentes en exceso, obviando sus discursos individuales puede ser terriblemente contraproducente. Incluso a veces me da sensación de que existe un empeño en convertir a quienes hacemos una obra con un contenido crítico en portavoces de una comunidad más amplia y creo sinceramente que ese no es el punto. Este enfoque lleva a la simplificación y a la disolución de los discursos propios de cada artista. La verdadera inclusión no debería ser una etiqueta o un accesorio de moda en el mundo del arte; debe ser una revolución constante y un desafío a las estructuras de poder arraigadas que nos rodean, que no son pocas en un sector tan hermético y elitista como el nuestro.

Que mi nombre no se borre de la historia, 2022.

María Bueno. ¿Qué estrategias piensas que nos permiten paliar las necesidades y dificultades en dicho contexto actual?

M. Rosa Aránega. Como artista echo en falta más descentralización en todos los aspectos. Esto implica romper con la homogeneidad del poder de definición de los relatos y el monopolio de las agendas culturales y sus narrativas artísticas. También es necesario replantear los sistemas de financiamiento cultural y crear demanda de espacios culturales no solo en las capitales, sino también en regiones rurales y menos representadas. Acceder a la cultura es un derecho humano, como tal debe estar presente en cada rincón y esto requiere de un proceso largo de educación y de asimilación. Este acercamiento permitiría poco a poco descentralizar la imagen estereotipada que se tiene del “artista” o del “arte contemporáneo” para incluir relatos y artistas más diversos y con más contacto real con la sociedad. Evitar, en definitiva, que el mundo cultural se convierta en una burbuja hermética elitista, monopolizada en cuatro o cinco capitales de provincia, dependiente total de individuos privilegiados y con un contenido completamente desconectado de la realidad.

Como lucha bajo el fuego enemigo. Berlín Galería, Sevilla.

María Bueno. ¿Nos adelantas algo de tus proyectos venideros?

M. Rosa Aránega. Por el momento estoy enfrascada en “Un recuerdo de agua”, mi proyecto para la residencia Ejes Iznájar. En noviembre comenzaré “Yo bandera” en las Residencias Artísticas de La Puebla de Cazalla, trabajando con las personas del Centro Ocupacional. Después de ello me quiero poner con varias ampliaciones de proyectos que inicié hace meses o incluso años. Nunca doy una obra completamente por acabada, todas tienen un carácter procesual, así que siempre estoy trabajando en una o en otra. Estoy tanteando a algunos espacios y también me gustaría meterme pronto en algún formato más editorial… Por suerte o por desgracia tengo decenas de proyectos pendientes como para estar trabajando varios años…

Para más información:
https://mariarosaaranega.cargo.site/

 

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