Fotografía del las Jornadas Catalanas de la Mujer, 1976
PILAR AYMERICH: MEMORIA VIVIDA
Joana Baygual
«Veo los ojos que han visto al Emperador». Roland Barthes, La Cámara Lúcida.
Desde el 24 de octubre de 2024, en el Centre d’Art Tecla Sala de l’Hospitalet de Llobregat, Barcelona, podemos ver la primera retrospectiva de la fotógrafa catalana Pilar Aymerich (Barcelona, 1943). Esta exposición es una producción conjunta del Centro d’Art Tecla Sala y del Círculo de Bellas Artes de Madrid, y con la colaboración de La Fábrica, también de Madrid.
La exposición está comisariada por la crítica de arte y comisaria independiente Neus Miró y está organizada de manera cronológica, mostrando sus inicios y su evolución como fotógrafa.
Su producción es paralela y consecuente con el desarrollo de unos hechos históricos que determinaron un momento crucial de la historia contemporánea española como es la transición, y suponen una crónica valiosísima de esa época a partir de su propia mirada de mujer feminista y activista.
La exposición arranca con los inicios de sus primeros pasos en el mundo del teatro. Se formó en dirección teatral en la Escuela de Arte Dramático Adrià Gual en Barcelona, entre los años 1962 y 1965. Esta escuela se caracterizaba por unas ideas muy avanzadas teniendo en cuenta el contexto en el que se situaba, que era la dictadura franquista. En esta escuela entra en contacto con el contexto cultural de vanguardia en Barcelona. Sus inicios en el mundo del teatro serán determinantes en su formación como fotógrafa.
Posteriormente se va a Londres con la idea de seguir formándose en el teatro pero la barrera lingüística hace que vaya abandonando esa idea. Por otro lado es testigo de la efervescente vida cultural y activista en Londres. En ese momento su padre le envía una cámara Voigtländer y ella empieza a fotografiar lo que le llama la atención, desde la vida cultural de la ciudad hasta las manifestaciones contra la guerra de Vietnam.
Posteriormente se desplaza a Francia, a Montrichard invitada por su tío Xavier Tarragó, que había sido fotógrafo en el Comisariado de Propaganda de la Generalitat de Catalunya, y que estaba exiliado allí desde la Guerra Civil. En su estudio fotográfico Raphäel, heredado de su antigua propietaria muerta en el campo de concentración de Ravensbrück, Pilar trabajará y aprenderá la técnica fotográfica hasta su regreso a Barcelona en 1968. En la exposición podemos ver varias fotografías de sus comienzos en Londres.
Ya en Barcelona retoma su relación con antiguos conocidos en el mundo cultural. Un ejemplo es la escritora Montserrat Roig, con la que colaborará varias veces durante toda su vida profesional. Trabajará para varias revistas del momento, con sus imágenes acompañando los textos de escritorxs como Monserrat Roig, Manuel Vázquez Montalbán, María Aurelia Capmany.
Pilar Aymerich, durante esos años saldrá a la calle con su cámara para ser testigo de unos movimientos sociales que reclamaban cambios mediante manifestaciones y protestas. Su experiencia en el teatro se ve reflejada en sus reportajes sobre eventos ya que se puede ver una secuencia narrativa en sus series y con una cierta escenografía preparada con antelación. Unas dos horas antes de que se diera la manifestación , huelga, etc, se desplazaba al lugar para estudiar la luz, el contexto, puntos de vista y donde situarse para poder ser testigo del hecho que iba a producirse, siempre de una manera anónima. Nunca iba caracterizada como reportera, se vestía de manera arreglada y trataba de pasar inadvertida para que la policía le dejara hacer sus trabajo. Le preocupaba si alguna de sus fotografías se pudiera utilizar para detener a alguien por lo que guardaba los negativos en el armario de la ropa por si sufría un registro policial.
En la exposición podemos ver varios ejemplos de reportajes realizados en los años 70, como son las fotos del Carnaval de Vilanova y la Geltrú, o las fotografías de Katy, transexual que vivía en una pensión cerca de las Ramblas de Barcelona y a la que Pilar le pidió si podía hacerle unas fotografías, a lo cual Katy accedió.
Las fotografía del año 1976, justo después de la muerte de Franco son un testimonio de las manifestaciones y protestas que exigen cambios legislativos en todas las esferas sociales políticas y económicas.
Pilar Aymerich en la prensa de la época
Ese mismo año cubrirá las Jornades Catalanes de la Dona (Jornadas Catalanas de la Mujer) en el Paraninfo de la Universidad de Barcelona, organizadas por la Asociación Nacional de Comunicación Humana y Ecología (ANCHE), asociación feminista de la cual era miembro, y se publicarán sus fotografías en la revista feminista Vindicación Feminista.
En este momento es cuando empieza el asociacionismo y cuando se intenta elaborar una teoría feminista. En estas jornadas se consiguió reunir hasta 4000 mujeres en el Paraninfo, lo que supuso un despertar de muchas mujeres en referencia al feminismo y la concienciación de la existencia de múltiples feminismos.
Hay que destacar de esa época el reportaje que realizó a las mujeres de la Prisión de Mujeres de la Trinidad de Barcelona donde un grupo de mujeres se había concentrado delante de la prisión reclamando que las monjas Cruzadas Evangélicas de Cristo Rey fueran sustituidas por funcionarias de prisiones. Se leyó un manifiesto donde se pedía que las reclusas pudieran vestir su propia ropa, leer la prensa legal, tener libertad de culto, escribir cartas sin censura y hablar su propia lengua. También reivindicaban una reforma del Código Penal, la amnistía para los delitos que discriminaban a la mujer y la derogación de la peligrosidad social.
No fue hasta el 78 que llegaron las funcionarias de prisiones y hasta ese momento las reclusas se organizaron entre ellas para auto gestionar la prisión estableciendo turnos de cocina, limpieza y cuidados. De todo ello Pilar Aymerich fue testigo y dejó testimonio con una serie de fotografías donde se puede ver el día a día de las reclusas. En estas fotos Pilar Aymerich les devuelve su identidad, las hace visibles y constata su existencia.
Mujeres de la Trinidad
En la exposición también podemos ver la vertiente de Pilar Aymerich como retratista. En sus retratos también se puede ver la influencia de su experiencia teatral donde la escenografía preparada de sus fotografías, acrecienta e intensifica los rasgos identitarios de los personajes retratados.
Pilar Aymerich continuó interesándose por el mundo del teatro pero más como cronista de ese ámbito. La escena teatral de Barcelona en los años 70 era vanguardista e innovadora y en el 76 se abre el Teatre Lliure que todavía continúa en su antigua ubicación. Se rompe con el teatro a la italiana y se situará el escenario en el centro rodeado de público por los cuatro costados.
También se realiza la primera edición del Festival Grec, que también continúa en la actualidad. Las fotografías realizadas por Pilar de esos eventos son documentos de esa época que muestran la relación de la artista con la escena teatral de Barcelona.
En 1982, Pilar Aymerich parte con Montserrat Roig a la Habana con el encargo del periódico El País de entrevistar a Fidel Castro. Cuando están allí les dicen que no será posible entrevistarlo pero consiguen entrevistar a Carlos Rafael Rodríguez, que era el vicepresidente del país en ese momento. Durante su estancia realizará reportajes diferentes, entre ellos a un grupo de poetas abanderados en ese momento con la revolución, y también fotografió a grupos de milicianas durante su instrucción.
La exposición continua con Viajeras a la Habana (2000-2008), que es un proyecto realizado con la historiadora Isabel Segura.
Ambas comparten su amor por Cuba y por la ciudad de la Habana en especial.
Este proyecto parte de cuarto mujeres españolas que viajaron a La Habana en diferentes momentos históricos y a partir de sus cartas, escritos y diarios, investigados por Isabel, las dos autoras elaborarán una publicación. Las mujeres seleccionadas para el proyecto eran la infanta Eulalia de Borbón (1864-1958), Zenobia Camprubí (1887-1956), María Zambrano (1904-1991) y María Teresa León (1903-1988). Estos cuatro personajes viajaron en su tiempo a la Habana en circunstancias muy diferentes. A partir de la selección de frases o pensamientos de estas mujeres, Pilar realizó las fotografías que complementan y son provocadas por esos textos.
Hay que resaltar que Pilar Aymerich normalmente trabaja en blanco y negro pero en esta serie de fotografías las realiza en color. La utilización del color para Pilar suponía una manera de proporcionar amabilidad a la ciudad de la Habana, ya que el color para ella ensancha el sentimiento, quita dureza a la imagen.
Viajeras a la Habana
Seguidamente en la exposición nos encontramos con la serie Brujas. Este proyecto parte de un encargo que le hizo el diseñador y escenógrafo Ignasi Cristià para la exposición “Per bruixa i metzinera. La cacera de bruixes a Catalunya” (Por bruja y envenenadora. La caza de brujas en Cataluña) realizada en 2007 en el Museo de historia de Cataluña de Barcelona. Pilar Aymerich se pregunta para este trabajo quien serían actualmente las mujeres consideradas brujas, susceptibles de ser perseguidas y marcadas por esa condición y decide fotografiar a una serie de mujeres pertenecientes al mundo sindical y militantes políticas de partidos de izquierda. Estas fotografías huyen de la escenografía que caracterizaba sus retratos anteriores, las mujeres aparecen sin ningún atributo identificativo ni ropa, sin artificios, mirando al espectador, lo que hace que todas sean en cierta medida mujeres anónimas, a pesar de que solamente aparece su nombre, sin cargos ni estatus político. Pero el hecho de verlas, cada una independientemente, dentro del grupo de las Brujas, hace que allí radique su fuerza, en la unidad. Serían las mujeres actuales que hubieran sido quemadas como brujas por ser mujeres libres.
Por bruja y envenenadora. La caza de brujas en Cataluña
A Pilar Aymerich se le dio un merecido reconocimiento a su trayectoria en 2021 cuando le dieron el Premio Nacional de Fotografía y sigue siendo un referente en la fotografía del país. En definitiva, sus fotografías son testimonio de una época desde una mirada feminista, en un contexto y tiempo eminentemente masculino.
Pilar Aymerich, Memòria viscuda, Centre d’Art Tecla Sala, L’Hospitalet de Llobregat, Barcelona. Del 24 de octubre de 2024 al 30 de marzo de 2025.
Más información:
https://teclasala.l-h.cat/actuals.aspx