Maite Méndez Baiges (ed.): Cruce de culturas. Transmisiones y alianzas entre artistas modernas. Akal /Arte y estética, Madrid, 2024.
CRUCE DE CULTURAS. TRANSICIONES Y ALIANZAS ENTRE ARTISTAS MODERNAS
Isabel Garnelo Díez
Cruce de culturas. Transiciones y alianzas entre artistas modernas es el resultado de años de investigación dedicados a pensar y debatir sobre perspectiva decolonial, feminista y de género en el contexto español y más allá de nuestras fronteras. Podríamos remontar el origen de este interés focalizado en la desigualdad de género en el ámbito cultural artístico español a la creación en 2009 de MAV-asociación de Mujeres en las Artes Visuales, cuya fundadora Rocío de la Villa Ardura es también la comisaria del proyecto de exposición Maestras en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid entre 2023 y 2024, que dio lugar, a su vez, al simposio dirigido por la también editora del libro, Maite Méndez Baiges “Cruce de culturas. Transmisiones y alianzas entre artistas modernas”, cuyas ponentes especialistas son las autoras de los ocho capítulos que componen este volumen.
El deseo deconstructivo de desnortamiento, que se aborda en los textos de esta edición, son el resultado de investigaciones desarrolladas desde la Universidad de Málaga y del resto de instituciones académicas a las que pertenecen sus autoras. Citaré los nombre y, sin querer ser muy exhaustiva, daré algunos datos profesionales de las escritoras implicadas porque, sin duda, llevará a interesar inmediatamente por su lectura. Griselda Pollock catedrática de Historia social y crítica de arte, directora del Centre for Cultural Analysis, Theory & History de la Universidad de Leeds; Camille Morineau, conservadora de museos, comisaria de exposiciones e historiadora del arte, fundadora de AWARE (Archivos de Mujeres Artistas, Investigación y Exposiciones); Concepción Lomba Serrano, catedrática de Historia del arte en la Universidad de Zaragoza, Directora del Instituto de Investigación en Patrimonio y Humanidades de la Universidad de Zaragoza, crítica, escritora y comisaria de exposiciones; Menene Gras, filósofa, crítica de arte, profesora e investigadora especialista en arte contemporáneo europeo y asiático, en la actualidad es directora del Asian Film Festival de Barcelona y directora de Cultura y Exposiciones de Casa Asia en Madrid; Karen Cordero Reiman es historiadora del arte, curadora y escritora. Profesora en la Universidad Iberoamericana y la Universidad Nacional Autónoma de México, miembro fundador de Curare, Espacio Crítico para las Artes; Carla Subrizi, Professore Associato de Historia del arte contemporáneo en la Universidad La Sapienza de Roma y directora de la Fundazione Baruchello en la misma ciudad; Mary Kelly, profesora de Historia del arte, Teoría y Gallery Studies y directora del MA MA in Global Gallery Studies en la University College Cork de Irlanda; Maite Méndez Baiges, catedrática de Historia del arte en la Universidad de Málaga, directora de IGIUMA (Instituto de Investigación de Género e Igualdad de la UMA y de RIAF (Red de Investigación en Arte y Feminismos); Rocío de la Villa Ardura, catedrática de Estética en la Universidad Autónoma de Madrid, crítica de arte, comisaria de exposiciones y fundadora de MAV, asociación de Mujeres en las Artes Visuales.
Lo que estas autoras plantean, cada una desde una perspectiva situada diferente, concluye en un enjundioso despliegue de metodologías de estudio y análisis de la obra de artistas mujeres de la modernidad en diferentes lugares del mundo que, a su vez, hacen visibles las miradas que las mujeres han imprimido en sus producciones artísticas de y desde los lugares codificados por la mirada masculina patriarcal dominante en o sobre la modernidad global.
Este encuentro internacional de investigadoras, corolario de la exposición Maestras es, al decir de su editora Maite Méndez Baiges, un ejercicio de sororidad, es decir, de amistad, afecto y solidaridad, entre especialistas en Historia y Teoría del Arte. Y ese es el poso que nos deja su lectura, un viaje intrépido, doloroso a veces por el contenido sensible para quienes conocemos y hemos visto padecer la injusticia de trato a las producciones de las artistas mujeres, les artistes LGTBIQ+, y más aún a lxs artitxs racializadxs, y para aquelles que comparten más de una de estas categorías en su humanidad. Son lecturas e interpretaciones, exquisitamente argumentadas, de propuestas de artistas mujeres que, aunque fieles a las técnicas artísticas de las academias o tendencias que les fueron coetáneas, han sabido, no obstante, representar la realidad desde una mirada femenina inédita, exenta de las telarañas deseantes y afanosas de poder que sus colegas masculinos veían inevitable imprimir a sus visiones de realidades desconocidas. Donde ellos marcaban distancia y codificaban sexualmente para imponer su privilegio, ellas entraban, convivían, compartían conocimientos y narrativas, observaban y parece que llegaron a entender algo que les era por completo ajeno, culturalmente hablando, para descubrirnos que los ámbitos del cuidado, por ejemplo, son los mismos en todas las culturas.
Así pues, desde la pregunta que inicia el capítulo de Griselda Pollock “¿Es la historia del arte una mera historia de los artistas?, los capítulos van desgranando hitos históricos como el que inicia el capítulo de la francesa Camille Morineau que incide en las artistas extranjeras que llegan en masa a París en los años veinte del siglo pasado, dando lugar a importantes redes transnacionales en su ir y venir desde su país natal al de acogida, dejando la impronta de sus culturas de origen, tan lejanas a menudo como Polonia, India, China, Rusia, etcétera, generando un amplio despliegue de asociaciones y dinámicas colectivas que incentivaron las exposiciones y las alianzas sociales a favor de las producciones femeninas. El desnudo será en este contexto una vía de cuestionamiento de las relaciones y prescripciones de género, dando lugar a actitudes y poses inéditas hasta el momento, destacando una incipiente transdisciplinariedad que se convertiría a finales de siglo en el signo distintivo del arte.
En su capítulo, Concha Lomba analiza el compromiso político y social de las artistas españolas en el período comprendido entre 1870 y 1936, demostrando cómo las artistas fueron capaces de vehicular sus ideas en sus creaciones, pero también mediante su implicación activa en revistas y manifestaciones públicas. Desafinado no solo las limitaciones impuestas culturalmente por razón de sexo, sino también las que imponía el periodo de entreguerras por razones ideológicas y políticas.
Menene Grass desarrolla un ambicioso y concienzudo mapa cultural, político y social siguiendo la Ruta de la Seda como camino de ida y vuelta entre Oriente y Occidente, para situar en la modernidad a artistas desconocidas de China, India y Japón, anteriores al año 1930.
Las preguntas que inician el capítulo de la historiadora americano-mexicana Karen Cordero Reiman dan paso a la presentación de la exposición comisariada por ella bajo el título (Re)generando … narrativas e imaginarios. Mujeres en diálogo (2022), una interesante indagación en el concepto de “comisariado feminista” que concibe la exposición como un espacio de experimentación, diálogo y cuestionamiento a nivel multisensorial de imágenes y objetos históricos y su relación con la experiencia contemporánea, con el objetivo de crear nuevas narrativas con respecto al género, la clase y la raza.
La investigadora italiana Carla Subrizi propone una visión expandida mediada por los afectos, tradicionalmente rechazados por la historia del arte. Interrogándose por lo que pudo dejar fuera del análisis de las obras esta tendencia, crítica esta exclusión de lo emocional en la hermenéutica. Así, desde estos presupuestos analiza y contrapone las obras de dos artistas modernas muy distantes entre sí geográfica y formalmente, para encontrar conexiones y significados que las viejas clasificaciones, o el añadido sin más de artistas mujeres al mismo modelo de historia, harían imposible encontrar.
La irlandesa Mary Kelly, indaga en cómo las artistas francesas hicieron progresar la estética orientalista mediante la representación de interiores árabes hacia una mejor comprensión de las costumbres y usos sociales implícitos en estos espacios, a menudo sexualizados por sus colegas masculinos. Y lo hará valiéndose de una metodología que siguen en el libro muchas de sus autoras, el estudio simultáneo de dos pintoras que han trabajado, en este caso, en el mismo contexto geográfico y cultural al que no pertenecían, demostrando cómo sus aportes si fueron originales lo fueron porque tuvieron un conocimiento más directo y participativo de los lugares que pintaron.
Como continuidad a los planteamientos y metodología de Kelly, el capítulo de la española Maite Méndez Baiges, analiza la producción de imágenes del quartier réservé de Túnez realizadas por dos fotógrafas francesas con diez años de distancia entre sí. Méndez, tras un minucioso y estratégico análisis, consigue demostrar que las imágenes de las prostitutas de estas dos fotógrafas difieren por completo de las imágenes producidas y explotadas por la tradición orientalista.
Este libro, en cada uno de sus capítulos, es una lección magistral sobre las metodologías a aplicar al acercarnos a las obras de las artistas mujeres de cualquier periodo de la historia desde perspectivas decoloniales, de género o feministas. O aplicando todas ellas de forma simultánea, ya que es evidente que estas problemáticas atraviesan las producciones artísticas como nos atraviesan a nosotras, marcadas como estamos por los discursos que han servido para legitimar unas producciones y modos de hacer en detrimento de otros, tan válidos o más que los puestos como modelo universalmente aceptado. El entrecruce de la raza, la clase social, el colonialismo y la orientación sexual, transitan la escritura de todas las autoras presentes en este libro, en un intento de reorientar las direcciones de los discursos sobre la historia del arte moderno que pueblan los textos especializados y los que sirven para su difusión en las escuelas y universidades, perpetuando una concepción de la vida de los otros y las producciones artísticas que hoy, y más aún a la luz de textos como el que nos ocupa, resulta completamente desfasada e incompleta.