CATACLISMO

GEORGIA O’KEEFFE, UN CÓMIC IMPRESCINDIBLE DE MARÍA HERREROS

Página a lápiz y gratito + color digital del cómic Georgia O`Keeffe © María Herreros / Edita Astiberri.

GEORGIA O’KEEFFE, UN CÓMIC IMPRESCINDIBLE DE MARÍA HERREROS

Asier Mensuro

Con motivo de la celebración en sus salas de la exposición antológica de Georgia O‘Keeffe (1887-1986), el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza de Madrid encarga a María Herreros una novela gráfica sobre la pintora norteamericana que coedita junto a la editorial Astiberri.

Georgia O‘Keeffe de María Herreros es la reflexión de una artista sobre otra artista. De una historietista sobre una pintora. Y de una mujer sobre otra mujer. Ni más, ni menos. Y precisamente, que el museo Thyssen haya tendido claro este punto de partida, y que haya otorgado total libertad creativa a María Herreros, es lo que le ha permitido el que es para mí, su mejor trabajo hasta la fecha.

Una amiga inesperada:

En cierto modo, Georgia O‘Keeffe de María Herreros es fruto de la casualidad. Herreros afronta la soledad del confinamiento debido a la pandemia con una nueva amiga inesperada: Georgia O‘Keeffe. Entre los muros de su domicilio, los únicos paisajes por los que pasea María son los de Nuevo México que plasma en sus lienzos la pintora americana; y poco a poco, siente que entiende cada vez mejor a Georgia. Las afinidades entre ambas comienzan a surgir.

O‘Keeffe es un personaje fascinante. Su vida y su obra forman un todo indisoluble, y su libertad a la hora de crear y abrirse camino en un ambienta artístico en el que la mujer aún tenía muchas barreras que derribar, la convierten en un personaje inspirador.

Georgia se convierte en un extraño compañero de viaje, que como todas las personas que de algún modo marcan, obligan a María a plantearse preguntas fundamentales como el modo en que ella quiere estar en el mundo a través del arte, o sobre su propia sensibilidad como creadora.

La propia Herreros reconoce que el confinamiento domiciliario derivado de la pandemia, le ha permitido llevar a cabo una introspección muy intensa y concentrarse de forma continuada en este trabajo; y que, seguramente, si las circunstancias hubieran sido otras, esta novela gráfica habría sido muy distinta.

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Página a lápiz y gratito + color digital del cómic Georgia O`Keeffe ©María Herreros / Edita Astiberri.

La figura de Georgia y sus enseñanzas:

Según se avanza en la lectura de la novela gráfica de María Herreros, se puede apreciar una notable evolución estilística de la historietista, ya que su dibujo se vuelve más expresionista y más libre.

Esto se aprecia de forma especialmente clara en la manera en la que Herreros se acerca a la figura de Georgia a la hora de retratarla. Renuncia a las proporciones del canon clásico, y acentúa lo rasgos más destacados de su rostro, manteniendo ese difícil equilibrio entre expresividad y caricatura; pero sobre todo, dibuja a Georgia con unos ojos de profundidad infinita que revelan el genio que bulle en su interior.

Georgia O`Keeffe siempre fue muy consciente de su imagen como artista, y la construye de una forma muy consciente. Stieglitz la retrata de joven, desnuda e idealizada; pero es Ansel Adams el que consigue, en mi opinión, las instantáneas más bellas de Georgia. Sus fotografías son mucho más expresivas, y en ellas muestra a una O`Keeffe que ronda los 50 años, y luce su característico sombrero de ala ancha para protegerse del abrasador sol de Nuevo México.

Herreros es sensible a la fuerza de estas imágenes, con una O`Keeffe radiante, que emana esa característica fuerza interior de quién se conoce y ha sido capaz de trazar su propio camino. Creo que es la visión de estas fotografías, lo que impulsa a la historietista, de forma más o menos consciente, a potenciar y acentuar el estilo expresionista de las figuras. 

Pero es que además, Herreros prescinde del concepto clásico de la figura y el fondo. En sus viñetas, todo se reduce a un juego plástico de formas abstractas. Las montañas, los objetos más diversos o las figuras, están al servicio del resultado plástico; y esta es, sin duda, la mayor lección que aprende de O`Keeffe; e intuyo que dicha enseñanza, va a dejar un profundo poso en sus futuros trabajos.

La pintura de Georgia O`Keeffe habla de una mirada cercana y atenta hacia las cosas. Para la norteamericana, una flor o una montaña son básicamente formas que una mirada atenta sabe apreciar e interpretar según su particular y personal sensibilidad.

Portada del cómic. © María Herreros / Edita Astiberri.

Al estudiar la obra de O`Keeffe, Herreros toma plena conciencia de esta máxima pictórica y consigue trasladarla a su trabajo como historietista. Y es en este punto, cuando Georgia O`Keeffe de María Herreros adquiere su verdadera dimensión, explorando caminos de auténtica vanguardia en el noveno arte.

Su cómic es pura plasticidad, pero sin perder de vista la esencia narrativa que caracteriza al comic. La fluidez y claridad narrativa que María logra en este trabajo es pasmosa. Sus 128 páginas son una lección de inteligencia en el dibujo. Herreros doma a la forma, que se expresa en toda su belleza, sin que el resultado pierda un ápice de claridad y eficacia narrativa.

O`Keeffe inspira a María Herreros, que también es un verso libre del mundo de la historieta; y de forma análoga al camino que recorre en su momento la pintora norteamericana, construye, con su personal sensibilidad como guía, una de las carreras artísticas más sólidas, vanguardistas e interesantes que hoy día ofrece el noveno arte.

María Herreros junto a dos páginas de su novela gráfica Georgia O`Keeffe
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