CATACLISMO

VISIBILIZANDO A ROSA IRIBARREN

Rosa Iribarren, Paisaje inédito, primera foto, 1920

 

VISIBILIZANDO A ROSA IRIBARREN
Asun Requena Zaratiegui

En el Museo Gustavo de Maeztu de Estella (Navarra), está teniendo lugar desde el 30 de marzo hasta el 25 de junio de 2023. El Museo toma el nombre del hermano de la directora de la Escuela de Señoritas de Madrid y sin sombrero, María de Maeztu. Posee un retrato de gran formato que refleja toda una declaración de intenciones de la filosofía educativa, profesional y personal de la escritora.

Centrándonos en la exposición, está forjada a través de muchos años de colecciones de la familia Muruzábal durante los últimos setenta años. La colección ha tenido dos pilares fundamentales, el padre de Muruzábal Soler que trabajaba en la antigua Caja de ahorros de Navarra, que poseía varias salas de exposiciones y contribuyó a conocer a los grandes artistas de la época. Con los artistas de la primera generación se hicieron tres libros donde están incluidas algunas de las pintoras a las que voy a mencionar en esta ocasión. No están todas porque la no visibilización de las mismas, y el abandono de otras perdidas en su vida matrimonial y maternal, ha hecho que su obra posterior no haya sido pública o publicada. Lo digo por experiencia propia en el 2005 cuando fui madre por primera vez y un amigo artista me advirtió sobre el conflicto de ejercer la maternidad en el arte, y la complejidad de compatibilizar las dos cosas a los que yo contesté que no me había muerto, que ellos me habían matado, que mi hijo enriquecía en todos los aspectos, y así ha sido después de dieciocho años. Este fue el caso Rosa Iribarren, pero no el de Francis Bartolozzi también presente en la exposición, y no el de Ana Mari Marín que no la ejerció en su derecho de hacerlo, ¿no?, porque otra cuestión es porque por el hecho de ser mujeres, no hay que hacerlo obligatoriamente, ¿verdad?, pues retomaremos este tema en otra exposición posterior que me vendrá como anillo al dedo.

Esta exposición, aunque no tiene catálogo, pero sí tríptico, es una exposición de las que no se han hecho hace tiempo. José Mª Muruzábal del Soler, historiador y docente, ha trabajado y trabaja por la visibilización de las artistas navarras compartiendo con una servidora datos inéditos sobre la artista que hoy nos ocupa.

 

Rosa Iribarren, Retrato de Don Tiburcio de Redín, 1928

Rosa Iribarren nació en Tudela en 1894 y murió en Madrid en 1958. Estudió en Tudela en la Escuela de Artes en Madrid junto a Miguel Pérez Torres y apoyada por Natalio Hualde, pintor ribero navarro. Fue copista del Museo del Prado en 1920 y en 1924, de los cuales pintó veinticuatro cuadros en 1920, y trece en 1924. Entre ellos está la copia de Santa Cecilia del pintor flamenco Michel Coxie propiedad de la Filarmónica de Tudela (1925) y varias copias de Tiburcio de Redín en la Diputación Navarra y otro similar en el Palacio de los Mencos en Tafalla, fruto de las donaciones de los becados por la misma, como intercambio por el tributo económico y las exposiciones que hacía la institución. La Guerra Civil y la posguerra hizo que poco a poco los privilegios hacia los artistas se convirtiesen en favores partidistas y lo que no comulgaban con un régimen u otro, fuesen apartados. Es curioso, pero a partir de los años setenta fue cuando en Navarra se empezó a invisibilizar a las mujeres con más fuerza o a crear mínimas exposiciones solo de mujeres artistas, creando guetos. En esa década comienza nuestro calvario, vigente hoy en día, y en el que nuestros compañeros se encuentran comodísimos. Las redes sociales y el nacimiento de nuevos círculos artísticos, ha hecho que podamos trabajar fuera de estas fronteras impenetrables.

 

Foto de sala. Sala Museo Gustavo de Maeztu (Estella-Navarra)

Volviendo a la exposición, sobre las paredes un paisaje de Rosa Iribarren inédito, otro Ana Mari Marín con toda musicalidad y movimiento en sus pinceladas con sabor a los códigos pictóricos de su prima Menchu Gal, de mediano formato, y paisaje urbano de primer plano de la fachada de una tienda de Francis Bartolozzi. La exposición cuenta también con los paisajes Julio Martín Caro, Miguel Echauri, Gerardo Lizarraga, Etxenique Ansorena, Juan Larramendi, Pedro Lozano Sotés, José Mª Ascunce, Jesús Lasterra, Enrique Zudaire, Eugenio Menaya, José Mª Monguilot, Florencio Retana, César Muñoz Sola, José Abad Azpilicueta, Javier Ciga, Julio Briñol, Enrique Zubiri, Miguel Pérez Torres, Inocencio García Asarta, Prudencio Pueyo, Natalio Hualde, Martín Domingo Izangorena, muchos de ellos maestros de la siguiente generación de las pintoras navarras. Estos cuadros, todos ellos, muy academicistas, curiosamente los que salen de la rutina son los de ellas.

Seguro, que la colección tiene muchas más obras de artistas. Desde aquí invito a Muruzábal del Soler a preparar la siguiente.

 

 

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