CATACLISMO

LA MANO GUIADA: JOSEFA TOLRÀ – MADGE GILL. MUJERES VISIONARIAS

 

LA MANO GUIADA: JOSEFA TOLRÀ – MADGE GILL. MUJERES VISIONARIAS
Joana Baygual

“Solo cuando dibujo me siento en paz”
Josefa Tolrà

El Museu Nacional d’Art de Catalunya, MNAC, presenta, hasta el 5 de noviembre de 2023, la magnífica exposición “La mano guiada: Josefa Tolrà (1880-1959) – Madge Gill (1882-1961). Mujeres Visionarias”. Dos mujeres desconocidas en la Historia del Arte (con mayúsculas), pero que gracias al MNAC, y a la tenacidad de comisarias e historiadoras del arte, han entrado en unos de los principales museos de Europa por la puerta grande. Pilar Bonet, impulsora del grupo de investigación Visionary Women Art e investigadora principal de los trabajos de Josefa Tolrà, es la comisaria de esta muestra. Muchos años de estudio riguroso, curiosidad y análisis político han llevado a esta comisaria a valorar la figura de Josefa Tolrà. Por otra parte, la británica Vivienne Roberts es la historiadora que ha investigado más sobre la vida, el trabajo y la personalidad creativa Madge Gill.

Estas dos mujeres visionarias se parecen muchísimo, por sus creaciones y su trayectoria vital. Ambas de clase trabajadora y de signo astral Capricornio, sin formación artística ni educación superior, pero con vivencias traumáticas y duelos personales similares (ambas perdieron dos hijos), engendraron unas misteriosas obras que nos dejan perplejas e intrigadas. De lugares diferentes, Josefa de Cabrils (Barcelona) y Madge del East End (Londres), pero contextos muy paralelos, realizaron obras que parecen haber sido inspiradas por pulsiones similares*.

Sus obras suelen ser dibujos, algunos en cuadernos en el caso de Josefa u otros soportes como cartones de postales en Madge, pero ambas también realizan maravillosos bordados. Estas técnicas, consideradas menores dentro de la Historia del Arte, son las utilizadas por ambas creadoras. Sin relaciones con estilos o modas artísticas, ambas crearon su propia técnica y lenguaje, sin pretenderlo, ya que para ellas ni el mercado ni la perfección estilística eran importantes, eran solamente un medio. Mujeres visionarias que plasmaban lo que veían en sus visiones interiores, percepciones inexplicables para nosotras, pero para ellas la manera de visibilizar y de alguna manera materializar esas sensaciones y percepciones extrasensoriales. Sabemos que percibían el aura, ese halo invisible para muchas personas pero que las mujeres sensitivas identifican y a partir de ello pueden descubrir el estado anímico de un ser sufriente, se dice que según el color que adquiera ese aura.

Estas dos mujeres estaban muy vinculadas a los saberes esotéricos y al acto creativo guiado por el automatismo del lrance psíquico, por ello el título de la exposición es “La mano guiada”.

¿Quién guiaba a esas mujeres en sus creaciones? Ambas estaban cercanas a las nuevas espiritualidades laicas que se extendieron en Europa desde finales del siglo XIX. En especial el espiritismo y la teosofía, filosofías que reunían principios del cristianismo, el hinduismo y budismo. Ambas tenían experiencia en saberes y prácticas esotéricas: astrología, profecías, péndulo, imposición de manos, etc. Sus prácticas tenían como función principal la sanación. Podríamos decir que eran “brujas buenas”, médiums o una especie de curanderas que curaban las heridas del alma. Nunca cobraban por sus obras, como mucho las regalaban y tampoco las firmaban, renunciando a la noción de autoría. Trabajan de noche, sin modelos ni pausas con los medios que tienen a su alcance: papeles sencillos, lápices de colores, tinta y bolígrafo.

A la izquierda Madge Gill y a la derecha Josefa Tolrà, en la sala donde se reúnen dibujos sobre tarjetas postales y dietarios.

La exposición se inicia en una sala presidida por dos retratos de las artistas, trabajando, cosiendo en sus espacios domésticos, es decir, en sus talleres.

En esta primera sala encontramos una serie de postales dibujadas por Madge Gill y las libretas que utilizaba Josefa Tolrà para escribir reflexiones morales, poesías o incluso novelas con ilustraciones. Vitrinas llenas de documentos muy íntimos de estas dos artistas. Podemos ver muchas similitudes en sus grafías y símbolos. Ambas repiten la figura de la espiral que es el símbolo de la energía, del tiempo, del crecimiento, del cosmos, del espacio, del laberinto, etc.

Abandonando esta sala accedemos a otra estancia donde nos aparecen los “seres de luz”, grandes figuras de seres angélicos o espirituales. Caminamos entre las diferentes estancias a través de unos velos que simulan paredes semitransparentes de un hogar uterino, de una placenta, una metáfora para estas creaciones tan interiores y femeninas de las artistas. Creaciones “paridas” desde el dolor por ellas mismas.

Las obras y la autoría dialogan entre sí. Hay unas cartelas que nos indican a quien corresponde cada obra, y poco más. Ellas no solían datar ni titular sus obras. No son necesarias estas informaciones. Seguro que al final de la visita el público será capaz de poder distinguir las obras de estas dos autoras sin necesidad de mirar las cartelas. Parecen idénticas, pero no lo son.

En el centro dibujo de Josefa Tolrà rodeado por obras de Madge Gill.

Destacamos también los trabajos textiles, los bordados que realizaban de manera automática en el caso de Madge Gill, maravillosas texturas y relieves que parecen paisajes, cartografías, a vista de pájaro; y los delicados, perfectos y magníficos bordados realizados por Josefa Tolrà en mantones, llenos de simbologías femeninas y de la naturaleza: úteros y células, floraciones siderales.

Detalle del mantón de seda negra de Josefa Tolrà

Josefa decía que solo cuando dibujaba se sentía en paz, Madge que sus obras le liberaban de las preocupaciones. Es decir, una creatividad que les presta el tiempo interior para apaciguar las heridas del alma y una forma de transferir a quienes lo necesitan ese poder sanador. Donna Haraway nos dice desde el feminismo que debemos hacer un planeta o un mundo más habitable, aprender a habitarlo y crear otros mundos. Estas mujeres lo realizaban, eran visionarias que buscaban el bien de la humanidad a través de sus obras, ayudaban y se ayudaban a ellas mismas.

Nota:
* En el psicoanálisis, la pulsión es la energía psíquica profunda que dirige la acción hacia un fin, descargándose al conseguirlo.

La mano guiada: Josefa Tolrà (1880-1959) – Madge Gill (1882-1961). Mujeres Visionarias, MNAC, Barcelona. Del 7 de julio al 5 de noviembre de 2023.

Más información:
https://www.museunacional.cat/es/la-mano-guiada-l-recursos-para-la-visita

 

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