CATACLISMO

HABLAMOS CON YASMINA Y NOUHAD DEL PODCAST LA GUARDIA MORA

La Guardia Mora: Yasmina (izqda.) y Nouhad (dcha.). Rodaje de “Tetuán, Tetuán, تطوان”. Fotografía de Serah Boom. Cortesía de Adrian Schindler.

 

HABLAMOS CON YASMINA Y NOUHAD DEL PODCAST LA GUARDIA MORA
María Bueno

 

María Bueno. Dadnos unas breves pinceladas de quiénes sois. ¿Cómo y desde dónde surge el podcast La Guardia Mora?

Yasmina. Somos de Tánger, esa pincelada es importante. Y hemos ido al mismo colegio e instituto español de la ciudad, venimos atravesadas por lo mismo… por el norte de Marruecos, por su particular relación con el “hispanismo” y por una frontera tangible.

La idea de hacer un podcast surge más o menos en época de pandemia, como una forma de canalizar mi trabajo. Soy profesora e investigadora universitaria en Estados Unidos y me enfoco en historia cultural ibérico-marroquí. Con el tiempo, me empezó a pesar el hecho de que las conversaciones que tenía entorno a España-Marruecos ocurrieran únicamente en la universidad americana y no con la diáspora marroquí o los/as amigas que han emigrado a España. De estos colectivos también he formado parte y en gran medida, lo sigo haciendo. El podcast parecía ser la plataforma más adecuada para democratizar y divulgar el conocimiento que reúno en las investigaciones y de crear un dispositivo que pueda re-articular las relaciones entre estos dos países. No quería hacer algo únicamente académico, sino más bien pensar un proyecto de cierta erudición popular que estuviera cruzado por el día a día de los que viven la actualidad de las relaciones Marruecos-España. Por eso se lo planteé a varios amigos después de Nouhad, y al final conseguimos que funcionara con ella y Ernesto en esta primera temporada. Pero debido a nuestras carreras profesionales, vidas viajeras, cambios de horarios Marruecos-España-USA no conseguimos sacarlo adelante hasta finales del 2022. Y todo online, claro.

Para nosotras el fin del podcast es poder circular esta cultura mezclada, de crear un espacio donde recuperar líneas de afecto perdidas y borradas de la Historia en nombre de una modernidad blanqueada, poniendo en primer plano las experiencias individuales a la vez que colectivas… y ojalá esté sirviendo para facilitar herramientas que desmonten estereotipos y prejuicios ante la ignorancia deliberada y voluntaria que hay sobre el país vecino.

Yasmina preparando la grabación con Hajar Loulichki, corresponsal en Tánger de La Guardia Mora. Fotografía de Serah Boom. Cortesía de Adrian Schindler.

Nouhad. En mi caso, yo vine a estudiar a España después de hacer la selectividad en el Instituto español de Tánger. Luego ya me quedé aquí para trabajar, y ya llevo 12 años. Para mí el podcast ha sido una manera de verbalizar la impotencia de estar explicando de dónde vengo y de mis circunstancias viviendo en España. Como ha dicho Yasmina, a parte del contexto histórico y de sus investigaciones, nos surge esto de nuestras quedadas donde no parábamos de contar nuestras anécdotas de vivir entre estos “mundos”. Las anécdotas que compartimos siempre fueron muy similares y de las que nos venía como un momento de desahogo y de calma. Y que aparte de compartirlo entre nosotras hemos encontrado a gente que se siente identificada, y nos dijimos, ¿por qué no empezar un proyecto en el que dar voz a mucha gente que está en nuestra misma situación? Darle una explicación y unos datos históricos a lo que vivimos, y sobre todo, validarlo. Lo que vivimos parece que es algo aislado pero en realidad muchas personas se sienten identificadas. Estuvimos mucho tiempo intentando sacarlo adelante, creo que el primer episodio lo grabamos a principios del 2021 y pasó casi un año hasta que recuperamos el ritmo de las grabaciones.

Ernesto, parte integrante de La Guardia Mora, en pleno proceso de grabación. Fotografía de Serah Boom. Cortesía de Adrian Schindler.

 

Integrantes de La Guardia Mora; Yasmina y Nouhad (Mohamed Chukri de fondo). Fotografía de Serah Boom. Cortesía de Adrian Schindler.

María Bueno. Sois personas que, desde diferentes puntos geográficos aunáis formación, intereses, culturas y vivencias, trasladándolas al terreno de la creación; en este caso el podcast. ¿Nos explicáis acerca de todo ello?

La Guardia Mora. El hecho de que estemos cada una en un país distinto es precisamente la marca migratoria que nos une. A nosotras y a gran parte de la población marroquí, tanto dentro como fuera del país, eternamente marcada por el movimiento y la inmigración. El podcast nos permite hablar y recrear situaciones sin pasar por productores, ni tener que dar explicaciones al por qué de cada tema, sin prejuicios y sin plataformas ya ocupadas por narrativas de integración falsa, de feminismos blancos, de salvaciones, de morofobia o de islamofobia. Esto nos da libertad de creación y nos permite hablar desde nuestra dualidad y, sobre todo, hacerlo con la intención de unir y no de desconectar. Cualquier persona puede participar y gracias a esto estamos creando comunidad con gente que nos manda sus anécdotas personales, que en su mayoría giran en torno a situaciones xenófobas e islamófobas espeluznantes. También recibimos mensajes de gente que está interesada en conocer la cultura marroquí y su idioma, política, literatura, cine, etc. Quizás ante la terrorífica presencia de la extrema derecha en Europa y España y la centralidad e instrumentalización de Marruecos en los debates políticos y guerras culturales.

La parte creativa oscila entre: 1) Las introducciones, que parten de los libros/datos que usamos para enmarcar a nivel histórico y cultural las vivencias diarias. Esto nos sirve para mostrar que hay cuestiones arraigadas históricamente. Esta parte la hacíamos las tres (Nouhad, Ernesto y Yasmina). Incluiremos más voces en esta primera parte para poder analizar desde otras perspectivas que nacen del cruce Marruecos-España. 2) A esto sumamos trozos aleatorios del No-Do; que aunque usado de manera sarcástica, es una forma de llamar la atención a ciertas cosas que parecen no cambiar y solo renovar la alienación. O para ver lo que hemos cambiado, si es que lo hemos hecho. 3) En la segunda parte de los episodios damos paso a testimonios de gente que vive los resultados de todo lo que hablamos al principio, es la parte más valiosa del podcast.

Como espacio creativo nos ayuda a contar las cosas desde un punto de vista que hasta ahora no habíamos visto en las plataformas artísticas de España-Marruecos. Buscamos deconstruir los mitos que han articulado nuestras historias de manera separada y no conjunta, a la par que intentamos rellenar de cultura popular y luchas cívicas la fractura identitaria nacida del Estrecho. El mayor desafío creativo o artístico que podemos tener a veces es contar de manera desenfadada y humorística estos ciclos de violencia política, histórica y simbólica que llevan siglos existiendo y que, obviamente, hemos normalizado sin mirar atrás.

Ernesto durante el rodaje de “Tetuan, Tetuán, تطوان”. Fotografía de Serah Boom. Cortesía de Adrian Schindler.

Nouhad en el estudio de grabación. Fotografía de Serah Boom. Cortesía de Adrian Schindler.

María Bueno. Entre los contenidos artísticos y culturales que habéis presentado en el podcast, ¿cuáles han sido importantes y decisivos? ¿A qué tipo de contenidos les diríais sí sin pestañear?

La Guardia Mora. A cualquier contenido que acerque Marruecos a España y viceversa le diríamos que sí sin pestañear. En especial a contenidos que no jueguen con una representación jerárquica o vertical. Cualquier tema que pruebe que hubo otras formas de relacionarnos donde no había tanto odio, ni el rechazo o la diferenciación que vemos hoy en día. Por ejemplo, los episodios de la-hshuma, un concepto fundamental para entender la sociedad marroquí, o lo-femenino musical donde hablamos de las divas de la canción popular magrebí, el del fútbol donde analizamos tanto el tremendo odio que surgió en las redes españolas como la inabarcable ilusión humana que vivimos al vernos representados en el panorama internacional a través de la diáspora, el de extranjería que explica lo que supuso la Ley de 1985 y la entrada en el espacio imaginado de Schengen… los episodios sobre cine y televisión donde hablamos de la representación limitada del magrebí y el musulmán en la industria española, y por supuesto, de los más importantes que tenemos, el de los sistemas educativos extranjeros en Marruecos bajo la idea de la “misión civilizatoria”… Todos estos significan algo para nosotras y para nuestras invitadas, tanto a nivel personal como nacional y geopolítico. La clave también es que no hay nada guionizado, hablamos de nuestras experiencias e invitamos a gente para que haga lo mismo con la intención de poder pensar juntas y en voz alta. Con esto hemos conseguido que nos escuche gente desde España, Marruecos, USA, países europeos a donde ha migrado la diáspora marroquí de España (Dinamarca, Bélgica, Irlanda, Alemania, Italia, Suecia, Polonia, Suiza, Holanda, Francia, UK, etc.) y obviamente desde otros países del sur global.

María Bueno. ¿Establece el podcast La Guardia Mora una conexión con quienes sois? Si es así, ¿pensáis que la cultura del podcast es transformadora?

La Guardia Mora. Sí, obviamente, nace de nuestras vivencias… más del hartazgo de hacerse las mismas preguntas: ¿Cómo puede haber tanta desinformación, tanta ignorancia, tanta historia omitida, tantas voces silenciadas, tanta necesidad de salvar al que no se parece a ti, tanta superioridad a la hora de referirse a Marruecos desde España? Y, ¿cómo podemos aliviar este sentimiento de marginación y constante frustración nacida de la otredad obligada? Pues hablando con esas dos o tres amigas que tienes. La Guardia nos permite sacar las charlas que tenemos a la luz y esperar a que la gente se sume a la conversación. Es importante dejar escuchar al resto de miles de personas que sienten lo mismo y que no han encontrado interlocutores o interlocutoras en todos estos años de relaciones entre Marruecos-España. Lo que antes era inimaginable a nivel representativo, político e identitario ahora nos lo deja hacer el podcast.

En nuestro caso, es el único espacio divulgativo accesible y posible debido a la lejanía, la ghorba, la especificidad de nuestros cruces identitarios y la imposibilidad de hablarlo en otros sitios. El podcast es auto-producido y auto-investigado, adaptable a las redes sociales y por supuesto a nuestros tiempos, donde hay que contrarrestar el mundo de las fake news. Los formatos artísticos y políticos cambian, con lo cual hay que cambiar también la forma de contra-contarlos. El podcast permite aún esa experimentación artística y tiene un gran alcance en cuestiones de justicia social. Porque el hecho de que no existan todavía “lugares” para nosotras no significa que no haya necesidad o interés en ello, simplemente manifiesta que los que manejan la centralidad artística o divulgativa del conocimiento no pertenecen a estos colectivos y hablan desde cierta homogeneidad identitaria. En otras palabras, es absurdo que no haya un espacio dirigido al cruce de lo marroquí-español para el que claramente hay una población (pues hay más de un millón de musulmanes o marroquíes o españoles de ascendencia marroquí en España, etc.) que se comunica desde la dualidad, o como decimos, desde el Darijiñol (la mezcla del Darija marroquí y el español) que al final es el espejo de nuestra identidad misma. No tiene ningún sentido que no haya una creación artística que ocupe ese espacio desde el conocimiento, la memoria y el presente.

María Bueno. Referentes… Dos creadoras, dos podcasts.

La Guardia Mora. Creadoras: Nadia Hafid y Zineb El Fasiki. Podcasts: En España Deforme semanal y Estirando el chicle, por crear lugares accesibles dedicados a la mujer en general desde el humor, el conocimiento y el activismo. Y en Marruecos, un videopodcast breve que se llama Sawt (voz) donde se da sitio para que la gente cuente y autocritique, en Darija, diferentes experiencias nacionales como el racismo, el machismo, la homofobia, la instrumentalización religiosa, el clasismo que atraviesa cuestiones de género y demás. De este mismo espacio nace otro en Youtube que se llama Debat Daba (debate ahora). Nos ayudan mucho a estar conectadas, a saber qué está pasando y cómo están pensando las juventudes marroquíes marcadas por la globalización. De toda esta mezcla nace La Guardia Mora.

María Bueno. Un colectivo.

La Guardia Mora. Moroccan Outlaws. 

María Bueno. Un evento que os haya marcado.

Yasmina. Para mí ha sido irme a estudiar y trabajar a Estados Unidos, porque me ha facilitado mirar España-Marruecos desde fuera. A raíz de esto, uno de los eventos que me marcan cada vez que vuelvo a Madrid es escuchar la palabra “moro/mora”, o peor, “morita”. Fuera de la encrucijada Marruecos-España esta palabra no se suele escuchar ni acarrea las connotaciones que se activan en España. Y si se escucha, por ejemplo en EEUU, suele ser a manos de hispanistas en clases de español donde ni siquiera se cuestiona esta parte de la historia, no interesa lo más mínimo. Aunque, en general, es fácil de intervenir el uso de la palabra explicándole a los estudiantes lo que supone el término y su recorrido histórico, porque en EE.UU. también tienen este tipo de palabras violentas; a menos que sean profesores de origen español, entonces hay que lucharlo un poco más. En muchos departamentos cruzados por el hispanismo/peninsularismo, con poquísimas excepciones, se sigue mirando a África como un país, únicamente negro y cristiano, con cero exigencias éticas a la hora de investigarlo, no hace falta ni que vayas a los países que investigas o sepas sus dialectos, como los orientalistas/arabistas/africanistas de antaño, pero este es otro tema.

Sin embargo, ya en territorio peninsular me resulta delirante que se nos interpele con esta terminología cargada de fobia, diferenciación o filia y que además no significa nada… ni nacionalidad, ni etnia ni raza. Y se espera que respondas o que te sientas halagada. Me da igual que sea desde la derecha o desde la izquierda, quizás es peor escucharla desde la izquierda cultural, cada vez más desubicada a nivel global. En este tipo de encontronazos proyectados desde el lenguaje, en teoría inofensivo, es donde realmente te das cuenta de la extrañeza que se te atribuye y la dejadez cultural desde la que se te mira. Una vez ocurre esto ya no hay vuelta atrás: Siempre serás consciente de tu no-pertenencia, y siempre habrá alguien que se encargará de recordártelo, todos los días, en tu cara. Es agotador. Y la responsabilidad de arreglarlo y explicarlo recae sobre nosotras claro, no sobre el que ignora. Hasta he llegado a alejarme de grupos de “amigos” en España por el exagerado uso del término, porque la idea era además incluirme a través de su uso. Insisto, es delirante.

La cara B de este “evento lingüístico” es la continua re-apropiación de la palabra por la comunidad de origen marroquí y/o magrebí; de ahí también el nombre del propio podcast, hay que arrastrar hacia nosotras las palabras que han sido secuestradas por un pasado violento y un presente manipulado.

Nouhad. Para mi siento que el evento que supuso un cambio radical a la hora de relacionarme con el territorio viene con mi decisión de quedarme en España después de estudiar, y tener que tramitar los papeles de la residencia a través de una carrera laboral. Obviamente, es una realidad completamente distinta a la de una autorización de estancia de estudiante, bastante abrumadora cuando te das cuenta que la propia burocracia influye en complicar los procedimientos, en ralentizar y en desesperar tanto emocional como económicamente al inmigrante. Y que no todos los inmigrantes son tratados por igual. Esa frustración e incertidumbre de estar en vilo por conseguir citas previas o una respuesta a la resolución de tu expediente te marca de una manera definitiva. Este tipo de procedimientos de extranjería truncan tu relación con el país, que se convierte en territorio de ansiedad, miedo y aún más diferenciación de la que ya sentías a nivel social, porque ahora te la legitima la propia ley. Por otra parte, para mí también esta cuestión del uso de la palabra “moro/mora” ya me resulta cansina, aparte de ignorante.

María Bueno. Una propuesta artística.

La Guardia Mora. Desmontar la Ley de Extranjería del 85 en una performance. En esta Ley se decide que todos los países que hayan tenido “relación histórica y cultural” con España (como Portugal, los países de Latinoamérica, Filipinas, Andorra o Guinea) necesitan dos años de residencia en el país para acceder a la nacionalidad, con la excepción de Marruecos a cuyos ciudadanos y ciudadanas se les exige tener diez años de residencia permanente a pesar de los casi cien años de contacto militar y colonial. Pues se nos ocurre una performance en la que se demuestren las mil maneras y formas que hay de relación histórica y cultural aún vigente. Tan fácil como hacer un test de ADN de los que están ahora de moda a gente del público.

María Bueno. Una película, libro, canción y una receta inspiradora.

Yasmina. Película: Los caballos de Dios (Nabil Ayouch, 2012). Libro: ¡Uno solo no puedo! ¿Somos comos moros en la niebla? (Sarrionandia, 2012). Y por supuesto, todo lo que haga Youssef El Maimuni (Cuando los montes caminen y Nadie salva a las rosas) porque con él por fin tenemos una ficción propia a la vez que transcultural, lo que somos. Con temas tanto de memoria como del presente y alejados de las narrativas victimistas y auto-orientalistas premiadas por la modernidad europea. Canción: Leklam L’mresa de Jil Jilala. Receta: el Tajine de pollo con aceitunas de mi madre.

Nouhad. Película: Meskina (Daria Bukvić, 2021). Libro: Hija de Inmigrantes (Safia el Aaddam, 2022) y todos los que mencionamos en La Guardia. Canción: Golo Bazz– Hoba Hoba Spirit & Bigg. Receta: la Pastela de pollo.

En proceso de grabación y rodaje, junto a Adrian Schindler. Fotografía de Serah Boom. Cortesía de Adrian Schindler.

María Bueno. ¿En qué tópicos, idealizaciones y estereotipos creéis que caemos cuando abogamos por una diversidad e inclusión, en el territorio cultural español (a su vez, reflejo de la sociedad), que no se termina de materializar?

La Guardia Mora. Ya sabemos que los propios medios de comunicación, las redes sociales, la escritura de la historia, y últimamente incluso nuestra colaboración, han hecho mucho daño a la imagen del migrante de origen magrebí, africano, musulmán y a la de la diáspora, convirtiéndonos en el enemigo común. En el caso español, es importante saber que esta imagen lleva siglos gestándose, y que se activa según se vaya necesitando, solo hay que echarle un ojo al impresionante libro de Eloy Martín Corrales, La imagen del magrebí en España. Se nos adjudican unos estereotipos que hacen que sea bastante complicada la inclusión, porque gran parte del tiempo estás luchando para desmontarlos y que no se te vea como una amenaza.

Hablar de la integración o la asimilación, el olvido del origen y la imposibilidad de forjar una cuestión doble o cruzada (que es mucho más rica y aporta mucho más a los paises por cierto) es el tópico principal que hay que frenar. Otro tópico o idealización es que estas exigencias sean unidireccionales, de hecho es increíblemente común vivir en Marruecos siendo español totalmente a espaldas del idioma del país, incapaces de mencionar un par de libros, un par de escritoras, un político o una cantante autóctona sin pasar por Google. Viviendo del residuo colonial. Ahora, si eres marroquí en España, más te vale saber cinco poetas del Barroco y la receta de croquetas de jamón de la abuela. El neocolonialismo es salvaje y el rechazo a la inmigración también.

A diferencia de otros países europeos, el silenciamiento de una cultura mezclada en España es obvio. Hay una preocupación inmensa por frenar la posibilidad de que podamos ser iguales o de que pueda haber partes compartidas con Marruecos. El miedo a pertenecer a lo-moro es inimaginable, pero la constante negación de este rechazo es aún más disparatada. Y hay obras que demuestran que se puede vivir y relacionarse con Marruecos desde España de otra forma, pero tiene que haber interés en consumirlas para poder reformular los imaginarios nacionales desde donde se mira lo-moro. Como no puede ser de otra manera, aquí aprovechamos para recomendar el libro de Al sur de Tánger de Gonzalo Fernández Parrilla porque es un ejemplo extraordinario de lo que se podría ser pero se elige no serlo. Esa preferencia por mantener las orillas separadas a la fuerza es un acto histórico e identitario falso y forzado; hay otra realidad y hasta otras realidades por conocer, de verdad que no es tan difícil verlas. Solo hay que tener interés, respeto y eliminar la enajenada superioridad desde la que se conoce.

Nuestra realidad, y la de mucha gente, es la que es, heterogénea; y da lugar a encuentros humanos, a creaciones y a dispositivos artísticos politizados maravillosos. No hay necesidad de crear lo-nuestro desde lo-impuesto, ni de reducir nuestras complejidades para hacerlas más estereotípicas, cómodas de consumir y que no pongan en duda el (des)conocimiento inicial. Eso sí, cuesta más hacerlo así, pero a la larga valdrá más la pena estar hablando desde donde realmente somos a adulterar una identidad universal-blanca-no-interseccional que no tenemos (ni queremos), aunque sí entendemos porque es lo que hemos mamado siempre desde los imperialismos culturales y las fronteras. La eliminación de ciertas memorias orales, a veces, es para que no veamos la continuación de la narrativa dominante. En fin, es un buen momento para marcar un giro cultural desde el cual nos empiecen a entender a nosotras que, al fin y al cabo, somos el resultado tanto de las políticas del pasado como del desborde cultural del presente.

Momentos de grabación.

María Bueno. ¿Qué estrategias pensáis que nos permiten paliar las necesidades y dificultades en dicho contexto actual, gracias a vuestro podcast?

La Guardia Mora. Hablar con normalidad de la hibridez cultural, de las identidades no homogéneas, validar las identidades combinadas (español-marroquí, marroquí- español, español-musulmán, y más), no dar explicaciones a cosas básicas, que se esfuercen en averiguarlo los otros. Reaccionar ante el uso desviado y dañino del lenguaje, dentro y fuera de las aulas. Para ello hay que desterritorializar y crear espacios donde tener un punto de enunciación propio desde el que hablar de manera natural y con interlocutores abiertos a aprender.

Otra estrategia es el uso del idioma. Siempre hemos sido nosotras las que hemos tenido que aprender idiomas y prácticas culturales para acercarnos a Europa o a EE.UU. Y sin problema lo hemos hecho, es más, se ha hecho con ganas y esfuerzo y hasta ha llegado a sustituir nuestras propias culturas y lenguas en muchísimos aspectos. Pero ahora no tenemos por qué hablar en inglés, en francés o en un español puro para camuflar nuestra realidad y hacerla más accesible a través de la generalización o la reducción. No hace falta eliminar nuestros idiomas y dialectos para probar que somos aptos para la modernidad. Cambiar estas dinámicas supone primero darnos algo de respeto y segundo, empezar a eliminar el complejo de inferioridad que se tiene respecto a la idea de occidente. Reescribir Marruecos-España desde otra perspectiva, la nuestra. Quién quiera escuchar nuestro podcast en Darijiñol y aprender, mar7ba, quien no… jod ra7tek.

Se suele decir que “no somos ni de aquí ni de allá”, una expresión quizás ignorante para los que hemos emigrado, pero en cualquier caso es reduccionista y profundamente divisoria. Esta idea lo que hace es marcar siempre la imposibilidad de sumar identidades y conocimientos, manteniendo la separación como punto de partida y única manera de relacionarse en/con o desde el Estrecho. Nosotras abogamos por ampliar la visión de España-Marruecos, los episodios muestran que somos “tanto de aquí como de allá” porque una cosa no quita la otra, más bien una cosa atrae a la otra y hasta se complementan.

María Bueno. ¿Nos adelantáis algo de vuestros proyectos venideros?

La Guardia Mora. Por lo pronto, se estrenará la segunda parte de la trilogía “Tetuan, Tetuán, تطوان”, de Adrian Schindler de la que hemos sido parte desde el 16 septiembre hasta el 15 de octubre en La Casa Encendida (Torreón II) de Madrid. Pero en realidad, lo único que podemos adelantar es que ¡necesitamos patrocinadores!

Nuestro mayor desafío es que cada episodio puede llevar unas seis horas de investigación previa, más el tiempo de cuadrar con los invitados e invitadas porque en general grabamos en dos tandas, más un par de horas de edición del bruto antes de mandárselo a nuestro editor Miguel Ángel que está en Bogotá (otro cambio de horario más a tener en cuenta). Y finalmente, la cuestión de las redes sociales donde compartimos archivo para mostrar cómo se ha representado al afrodescendiente, marroquí y/o musulmán durante los diferentes periodos históricos donde han entrado en contacto Marruecos y España. Es muchísimo trabajo. La siguiente temporada por ejemplo, por cuestiones de trabajo no podemos cuadrar las tres y Ernesto estará fuera la primera mitad. Nos gustaría poder profesionalizar nuestras horas en el proyecto y des-precarizar este tipo de iniciativas para que podamos estar todas sin poner en juego nuestras carreras profesionales o vidas personales. Nos encantaría poder grabar en vídeo también, pero se nos hace imposible porque sería añadir varias horas más de montaje a toda esta labor. En fin, que son muchas horas y poco capital humano especializado. Pero de momento seguimos otra temporada más con nueva colaboradora principal y nuevas voces testimoniales inshallah!

Antes de cerrar, muchísimas gracias por habernos entrevistado y por ayudar a visibilizar este tipo de proyectos, María. También nos gustaría decir que estamos muy agradecidas y mandar miles de shukrans a todas las voces que han participado en esta primera temporada.

Escenario durante la grabación.

Para más información:
https://open.spotify.com/show/6Gc2gwDjEcQDEzlDrEmqzb
https://instagram.com/la_guardiamora?igshid=OGQ5ZDc2ODk2ZA==

 

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