LA ESPIGADORA: ¿PARIDAD O EQUIDAD?
Pongo este ejemplo, como cualquier otro, podríamos encontrar decenas de casos semejantes. En el C3A de Córdoba se celebran estos días los Open Studios, con la presentación de los seleccionados. En la primera fase: Carmen Ayala Marín (Sevilla, 1991), Alberto Martín Menacho (Madrid, 1986), Isabel Bonafé (Sevilla, 1991), Isaías Griñolo (Bonares, Huelva, 1963), Samuel Perea-Díaz (Marchena, Sevilla, 1988) y Beatriz Ruibal (Pontevedra, 1969). Salta a la vista el reparto simétrico: 3 artistas hombres y 3 artistas mujeres. Por supuesto, cumple con meridiana exactitud la paridad (40%/60%). Pero me pregunto si también cumple la equidad.
El concepto de «equidad comprende un trato justo a las personas, dando a cada cual lo que le pertenece a partir del reconocimiento de las condiciones y las características específicas, por lo tanto significa justicia, reconocimiento de la diversidad y eliminación de cualquier actitud o acción discriminatoria«.
Pero con este 50% sí hay discriminación sexista. Sabido es que desde la década de los años 80 -cuando estudió el mayor de estos seleccionados-, las licenciadas en Bellas Artes han superado el 60%, en una progresión creciente que ya en este siglo XXI ha llegado hasta rondar el 90% en muchas facultades. Por tanto, la paridad perjudica a ellas, más cuanto más jóvenes son.
Las mujeres siempre hemos tenido problemas con la edad: en el sistema del arte, para diversos roles, cargos, reconocimientos, etc., somos o bien demasiado jóvenes (inexpertas), o demasiado viejas (diezmadas). Y las de media carrera, supeditadas a otros colegas más jóvenes o de mayor edad.
Es muy grave que se siga cercenando a las jóvenes con el pretexto de la paridad. El engranaje del sometimiento patriarcal sigue bien engrasado, aplastándonos.
Y en la segunda fase de estos open Studios en el C3A de Córdoba, todavía es peor. A partir del 13 de diciembre mostrarán sus trabajos: Álvaro Albaladejo, Enrique Castillo, Alba Lorente Hernández, Gala Knörr, Juan López López y Eduardo Rodríguez Barranco. En esta tanda ni siquiera se llega a la paridad.