GENERACIONES
Semíramis González
Hasta el próximo mayo de 2014 se exponen en La Casa Encendida los premiados dentro de la convocatoria de Generaciones, que es ya uno de los galardones más cotizados dentro del panorama emergente. Como cada año, el centro de arte acoge las piezas de los artistas ganadores e intenta hacer una visión de aquello que se está investigando desde la posición más joven.
Este año los diez proyectos premiados destacan por contar con un elevado número de ganadoras mujeres, un 90%, lo cual resulta, cuanto menos, sorprendente. Al fin las cifras se invierten, al menos en esta convocatoria.
Greta Alfaro (Pamplona, 1977) presenta A More Flimsy Device is Impossible to Imagine (Es imposible imaginar una estrategia más endeble), un proyecto en vídeo que incluye algunas piezas físicas y donde centra su interés en cuestionar cómo organizamos el trabajo; unos roedores guían la filmación con la cámara sobre sus espaldas mientras caminan aleatoriamente por un edificio, antigua sede de una empresa de trenes que se arruinó judicialmente (el título alude a este hecho legal).
Nora Barón (Madrid, 1979) concibe el proyecto Significación cabal de blituri como una instalación con múltiples elementos como vídeo, relato, espejos, piedra, fotografías y performance. Tratando de hablar del caos, propone vincular distintas obras entre sí aunque a priori nada las relacione, sugiriendo la participación del espectador. Un juego de espejos que propone la artista y que sin embargo resulta confuso y poco comprensible para quien vea las piezas o lea el texto explicativo de la sala. Quizá demasiada retórica que no ayuda a comprender en la práctica el sentido de las piezas y su relación.
Andrea Canepa (Lima, 1980), originaria de Perú y asentada en Valencia, llena todo un pasillo del centro con sus coloristas dibujos (siempre usando rojo, negro y azul) de distintas calles en el proyecto Todas las calles del año. Se trata de un trabajo muy interesante donde propone deconstruir la mirada que aplicamos a ciertos espacios públicos que se cargan de sentido simbólico al adquirir una denominación histórica. Calles de países tan distintos como Argentina, Perú, Uruguay, Paraguay, Bolivia o Brasil aparecen dibujadas por Canepa y acompañadas de textos explicativos del sentido de su nombre. Un archivo que recoge un gran número de espacios públicos conmemorativos en el que hasta la disposición del texto, en dos párrafos, a modo enciclopédico, nos remite a una construcción oficial de la historia de un país.
Sara Munguía (Santander, 1989), utiliza tres vídeos y varias maquetas en tres dimensiones en Tierra de Campos, una delicada instalación que aprovecha un espacio recogido de la sala para hablarnos de los palomares abandonados en Castilla y León, una metáfora de aquellos edificios en desuso que han perdido su sentido original y deben ser repensados en la actualidad.
Podríamos agrupar algunos proyectos por su interés en cuestionar la institución museo o lo que en ella se contiene, ya sea sus colecciones, su forma de mostrarlas o el sentido que adquieren al ser expuestas. Entran aquí los proyectos de Leonor Serrano (Málaga, 1986) con Colección pública (Bien de Interés Cultural), donde cuestiona el orden museográfico de algunas colecciones, el de Eduardo Hurtado (Valladolid, 1986), con Tótem. Coincidencia. Bastión, más centrado en los displays que dan protagonismo a unas piezas sobre otras; también Mariona Moncunill (Tarragona, 1984), que en Text on Snow on the Botanical Garden (Textos sobre la nieve en el Jardín Botánico) parte del Jardín Botánico de Helsinki para reflexionar sobre el sentido del lenguaje museográfico, tanto en las visitas guiadas como en las cartelas o planos. Anna Moreno (Barcelona, 1984), por su parte, en Select the Right Location (Escoge el lugar correcto), cuestiona directamente el sentido mismo del museo a través de una metafórica inundación en una ciudad que obliga a cinco artistas a refugiarse en el tejado del museo de arte contemporáneo.
Belén Zahera (Madrid, 1985), en The Relief under her Feet (El alivio bajo sus pies) juega con los sentidos léxicos y gramaticales de las palabras y las propias obras para hablar de confusión y cambio de sentido según el contexto en que se vea. Quizá también un proyecto excesivamente abstracto que no consigue plasmarse adecuadamente en la obra expuesta.
Tania Blanco (Valencia, 1978), presenta Unexpected Documents in a Waiting Room (Documentos inesperados en una sala de espera), una más que acertada instalación que nos traslada literalmente a una sala de espera cualquiera, un no-lugar con toda la higiene, pulcritud y neutralidad que caracteriza a estos espacios, y que sin embargo cuenta con publicaciones tan variadas como Time, publicidad del Carrefour, la revista Hola o National Geographic. Todas estas revistas están producidas manualmente por la artista, situando en ellas mensajes tanto textuales como visuales con una fuerte carga crítica: Ada Colau es elegida una de las 100 personas más influyentes en el mundo, la eugenesia se ha convertido en una rutina, el terrorismo de Estado, la represión y la dictadura campan a sus anchas… todo dentro de una publicidad de vivos colores, y con la que es fácil confundirse por su similitud con la que vemos a diario.
Son en total diez proyectos distintos, aunque como vemos las temáticas parecen repetirse. El cuestionamiento del museo y la institución arte es casi protagonista en la mitad de las ganadoras. ¿Casualidad? Muy probablemente, no. El contexto actual de crisis económica, pero sobre todo ideológica y de quiebra en la cultura, lleva a los artistas emergentes seleccionados en Generaciones a cuestionarse el sentido del que se dota a los museos y centros de arte.
La instalación, como soporte, parece también ser la protagonista, presente en casi todos los proyectos, con un resultado más adecuado en unos casos que en otros. Sin duda destaca el proyecto de Tania Blanco, tanto por sus referencias a Orwell y Huxley como por su resolución formal, que realmente consigue sobrecoger al que entra en su sala de espera.
En general, un panorama de artistas emergentes variado pero con intereses comunes, que parecen tener, en todos los casos, el cuestionamiento de lo establecido como bandera.
Generación 2014, La Casa Encendida, Ronda de Valencia 2, Madrid. Hasta el 5 de mayo de 2014.